Capítulo 28

5 2 0
                                    

—Hola Diana—saludas—¿Quedamos hoy?

—Lo siento he quedado con Norberto—te responde.

—N-no pasa nada.

Tú decides irte pero estás demasiado nerviosa como para volver a casa así que decides ir a la cafetería a tomarte un té relajante.

Tras unos minutos caminando llegas a la cafetería y abres la puerta oyendo ese peculiar sonido que hace la campana al entrar un cliente.

Te sientas en una mesa y esperas a que uno de los padres de Diana te atienda.

Con olor del té y el vapor dándote calor te relajas y tus preocupaciones se van de golpe, decides degustar el té cuando de repente unas risas y un golpe te asustan y te tiras parte del té encima.

Cuando ibas a quejarte de ellos te fijas que son Marcus y Why. La garganta se te cierra y decides ir al baño.

Te limpias la mancha mientras piensas en todo lo que ha pasado hoy, sin duda ha salido todo mal. ¿Habrás elegido mal? ¿Si hubieras elegido otra opción hubiera cambiado algo?

Con cada una de estas palabras y malos pensamientos te salen lágrimas que bañan tu rostro.

—¿Llorando en un baño? Eso es muy americano ¿No te parece?—habla una voz detrás tuya.

—¡Ah! Eres tú...—exclamas condescendiente.

—Tienes la camisa hecha un asco.

—Es por tu culpa.

—Es que acaso fui a tu mesa y te tiré...—coge una punta de tu camiseta y la huele—¿Té? En fin, toma—saca una blusa hermosa de su bolsa y te la ofrece.

—¿Porque haces esto? ¿Creí que querías hacerme quedar mal?

—¡AG! ¡Es que no aprendes! No estoy aquí para hacerte sufrir si no para dificultarte las cosas, lucha y supérame.

—¿De que hablas psicópata? Yo vine aquí para pasármelo bien y todo salga a mi favor.

—¿Es que acaso no lo entiendes? Este libro no fue creado para que todo te salga bien como tú querías, si no para que aprendas que si la vida te da una patada voladora en toda la cara tú tienes que levantarte del suelo con la nariz ensangrentada y sonreír como si no pasara nada; a lo que voy es que aquí no estás para ser la chica que todos quieren si no, para aprender de tus errores. Créeme, no sé tú, pero yo aprendí a base de golpes, patadas voladoras entre ellas.

—Bueno pero ahora has ganado tú.

—¿Ganado? Sal ahí y vete con Marcus idiota.

—No sé yo...

—Tienes dos posibilidades, ir ahí y disfrutar lo que queda de día con Marcus o volver a casa sin hacer nada.

—Tengo muy claro lo que voy a hacer.

—Si vas a disfrutar del día con Marcus ve al capítulo 29. Si vas a llorar como una estúpida en tu casa ve al capítulo 30.

⏺El Libro Del Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora