«Olvídalo Camila, esa parte de tu vida ya está en el pasado, sabes que tú nunca sentiste nada por ella, te veías reflejada en un espejo de falsedad que te ofrecía una salida para escapar de sus peligrosas garras, así que simplemente abandona esos recuerdos que te están atormentando.»
"Una noche más, sólo una noche más" Me repetía esta frase incansablemente mientras daba otro sorbo de café para no quedarme dormida mientras hacía mi tarea del instituto, aún no puedo creer que haya quedado como la mejor alumna de mi salón en el último parcial de la carrera. Aquélla fue la última semana de clases, también la más pesada de todas, y por mucho, la peor. Aunque mis sacrificios dieron los frutos que yo esperaba, valió la pena matarme estudiando, valió la pena mi esfuerzo, valió la pena todo lo que luché, valió la pena.
Aunque ahora que no tengo nada que hacer me siento ligeramente vacía, dije que tomaría un año sabático para reponer mis energías que se habían agotado con la escuela y al finalizar buscar un trabajo digno de mi título; pero no ha pasado ni siquiera un mes y siento la necesidad de hacer algo, levantarme temprano y estar con mi agenda llena, tal y como lo estaba en mi universidad, quizá es simplemente que me acostumbré a tener un horario fijo, con el tiempo se me pasará. Pero bueno, supongo que es normal sentirse así al poco tiempo de terminar mi vida como estudiante, por ahora me preocuparé en hacer lo que mejor se me da, dormir, algo ya bastante común en estos momentos, pero hace unas semanas hubiese matado por conseguir unas horas de sueño extras.
Me levanté de mi cama, tratando de no despertar a mi pequeño gato Ceniza, tomé mi pijama, mi toalla y me dirigí a la bañera, tomar una buena y fría ducha antes de dormir es algo que amo, descanso mejor y me refresca durante las calurosas noches de septiembre. Abrí lentamente la puerta de mi cuarto, teniendo cuidado de no tropezarme con nada que esté delante mío. Prendí la luz del pasillo y me metí a la bañera, me desprendí de las pocas prendas que tenía en ese momento, puse música y por fin me metí a bañar. No sin antes mirarme al espejo, había perdido bastante peso en los últimos días, pero bueno, tampoco es que me vaya a quejar por eso.
Cuando terminé acomodé todo, envolví mi cuerpo con la toalla, limpié el agua que había derramado, tomé mi celular y salí de la bañera, revisé mis notificaciones por si había surgido algo nuevo y me percaté que tenía un mensaje en whatsapp de Dinah, una de mis mejores amigas durante la universidad.
«¡Camila! ¿Te parece si vamos la próxima semana a una fiesta en casa de una amiga? Ya sé que no eres del todo social pero no te vendría mal divertirte de vez en cuando»
Inmediatamente pensé en responder a su mensaje con un "No" ya que mi cuidad no era nada segura en los últimos meses, se habían reportado varios casos de secuestro sin rastro alguno de una posible solución, la policía estaba vuelta loca, no encontraban ninguna relación entre las víctimas, nadie las acosaba, no tenían problemas con familiares, no tenían problemas con amigos, no eran personas adineradas, todo apuntaba a unos secuestros al azar. Pero, las posibilidades para que me pase a mí seguramente sean muy bajas. Aunque la idea de una fiesta, no lo sé, hace bastante que no salgo a una y las amigas de Dinah son muy extravagantes para mí, pero bueno, creo que me la merezco, durante años me prohibí salidas para concentrarme en mis estudios, quizá es hora de dejar de ser tan aburrida, comenzar a divertirme y desarrollarme como la adulta joven que soy.
«Dinah, amor mío, está bien, puedes contar conmigo. ¿Qué día es?...» Esperé a que me contestara el mensaje y, después de haber quedado la hora y el día exacto continuamos con la conversación hasta que me fui a dormir.
Los días siguientes no fueron diferentes a lo que ya era común en mi vida, despertarme, bañarme, prepararme algo de comida e ir a ver películas o serias de mi interés hasta que me diese hambre, comer de nuevo y seguir continuar con mi divertida actividad, leer de vez en cuando algún libro que tuviese por el departamento, escuchar música, tomar té, etcétera, seguir una vida relajada hasta que llegase la noche para quedar finalmente dormida.
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Cautiva
FanfictionCuando desperté seguía con esa incesante opresión en el pecho, sabía que aunque no estaba completamente a salvo, el poder verla tan cerca de mi pecho me daba una sensación de alivio, sensación que se desvaneció en el instante en que él irrumpió en l...