Me encontraba en la cafetería más cercana a mi casa, en espera de mi mejor amiga Annie que como siempre estaba siendo impuntual, entre por cuarta vez en el día a mi registro de llamadas verificando que anoche había tenido 3 llamadas perdidas del mismo número que no tenía registrado.
Alcé mi vista y logre visualizar a aquella rubia que había estado a mi lado desde hace 5 años.
-¡Sophie!- Chillo la ojiazul desde la entrada de la cafetería, inmediatamente me levante y corrí hasta ella, llevaba semanas sin verla y ahora necesitaba contarle todo lo que me había ocurrido esta semana pasada, al igual que ella tenía tantas cosas que contarme o al menos eso me dijo en el último mensaje de texto que me había enviado.
-Annie- dije separándome de ella -te extrañaba demasiado- dije sinceramente pues estábamos acostumbradas a vernos diario, y por cuestiones personales me había tenido que cambiar de instituto.
-Ay, ya no seas cursi y vamos a sentarnos que tienes cosas serias que contarme sobre tu acosador- me miró picara y entendí de que todo iba por otro rumbo, segundos después llegó el mesero entregándonos el menú y esperando a que ordenáramos nuestra bebida.
Después de contarle lo sucedido las noches anteriores, había llegado al punto de que el hombre detrás de la llamada era un total loco y que tenía que cambiar de número rápido. Ahora era el turno de ella de contarme lo que le había pasado en las semanas que no nos habíamos visto.
-Y me dio unas rosas, ¿puedes creer que Thomas es tan lindo?- me dijo con una voz muy suave, esta mujer está completamente enamorada y es mi turno de soportarla de este modo. Mi móvil empezó a sonar y por un segundo imagine que sería aquel tipo pidiéndome una disculpa, pero no, era mi padre.
-So ¿dónde estás?- me dijo con una total seriedad que creí que algo malo andaba en casa.
-Tomando un café con Annie, ¿pasa algo?- Mientras háblala la rubia me miraba preocupada, y al no recibir respuesta de mi padre colgué y me despedí de Annie prometiéndole vernos el fin que venía. Salí de la cafetería y estaba camino a casa cuando recibí un mensaje de mi hermana diciéndome que llegará pronto a casa, al ver el mensaje acelere mi caminar para llegar más rápido a mi casa. Al llegar escucho gritos desde afuera de mi madre.
-¡No es posible que no te des cuenta de que por mi culpa ha pasado!- gritó mi madre desde la cocina enfurecida, y cuando entre lo único que hizo fue irse toda hecha fuego a su habitación. Cuando voltee a ver a mi padre este estaba con una cara triste encaminándose a la sala.
-¿Qué es lo que ha pasado?- le pregunte a mi padre sentándome a su lado.
-Ella cree que por su culpa has tenido que cambiarte de instituto- me dijo con voz baja, casi un susurro. Desde mi cambio mis padres han discutido por lo mismo, y es que ambos se echan la culpa cuando fue por mi propia voluntad.
(...)
Estaba en la cocina cenando unos cereales junto con mi hermano mayor de 17 años.
-No me gusta que mamá y papá peleen siempre- le dije con tristeza, el solo me abrazo y me recordó que todo iría bien y que me fuera a lavar los dientes pues ya eran las 2 de la mañana.
Acabando de cenar ambos, y fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Me encontraba hablando por mensaje con mi mejor amigo y ya se hacia tarde por lo que habia decidido dejar el celular e irme a dormir.
El sonido de mi móvil me despertó a las 3:30 am, cuando respondo oigo música al fondo, y dudosa me atreví a hablar.
-¿Quién habla?- cuestione esperando que no fuera de nuevo aquel tipo.
-Tu dueño, pequeño demonio- y esa voz ronca hizo que todo mi cuerpo se erizara.
ESTÁS LEYENDO
Llamadas.
Teen FictionSé que jamás me arrepentiré de haber cogido la llamada entrante aquella noche.