-¡Hey! ¡Javier espera! -El chico ojos color esmeralda corrió para alcanzarlo, una vez junto a él tomó su mochila para ayudarle.
-¡Déjame imbécil! -Jaló su mochila, Diego se detuvo, una vez que miró quien era, sus mejillas no pudieron evitar ponerse rojas, mierda, el imbécil era él, no el nuevo. -Lo siento.. -Susurró con la mirada baja. -No fue mi intención llamarte imbé-
-Tranquilo. -Interrumpió el ojiverde -Sé que sólo querías defenderte -Le dio una sonrisa sincera -¿Me permites? -Dijo señalando la mochila del otro, refiriéndose a llevar las dos al aula siguiente.
-No te molestes, yo puedo sólo querido.
-Sólo quería ayudarte lindo.. Pero.. ¿Seguro?
«Lindo, lindo, lindo, lindo»
Esta palabra sonaba en su cabeza, sus mejillas ardían.
—Y-Yo puedo solo.. —Bajó la cabeza durante todo el camino hacía el aula, pues no quería que su nuevo.. Compañero se diera cuenta de lo sonrojado que estaba. Al fin salieron a almorzar, tomaron su bandeja, sirvieron sus cosas y se encontraban pagando su respectiva comida. —¿Cómo te llamas?, bueno, tu nombre completo cuál es? —Rió ante la estúpida y obvia pregunta que le había hecho. Buscaron una mesa y se sentaron ahí, uno en cada banca quedando frente a frente.
—Diego Gardner Díaz Rodríguez —Rió cálidamente.
—¿Garden? —Preguntó mientras abría la envoltura que guardaba su sándwich.
—¡G A R D N E R! —Dijo enfadado, pues odiaba que dijeran su nombre mal, para finalmente golpear el hombro de su.. ¿Amigo? Le comenzaba a agradar.
—L-lo siento..
—Tranquilo tontito —Llevó un bocado directo a esos labios Rosa palo, tragando esa pequeña mordida que dio.
—¿No extrañas a tus amigos? —Preguntó.
—No tengo amigos.
—¿Y yo? —Ops, corazón roto en 3...3...1
— No es que me agrades... Yo no necesito a nadie, y nunca lo haré. El cariño no existe. —Su mirada se tornó fría, nunca nadie le había dado cariño, por los negocios de sus padres, ninguno de ellos lo dijo que lo quería, o asistió a sus cumpleaños; Por eso para el era común no socializar, pues no mostraba afecto alguno o hacia algo para agradar.
—Muerdes muy pequeño. —Quería cambiar de tema, tratando de olvidar esas palabras hirientes.
—Calla. Así como yo.
—Bien, "No te me esponjes" —Imitó las acciones que el chico nuevo hizo en el aula. El castaño ojos esmeralda se encontraba comiendo el helado que cogió de la nevera en la cafetería, tomando un sobre de crema batida derramando esta sobre la cara de Javier.
—¿¡Qué te pasa!? —Comenzó a limpiar su cara con las servilletas que ahí estaban.
—Queria ver tu cara llena de líquido balnco, me entró la curiosidad. —Siguió comiendo las últimas cucharadas de la cremosa sustancia congelada sabor chocolate.
“Tu cara llena de líquido blanco..."
Sus mejillas ardían de nuevo, pensando el doble sentido que encontró en aquellas palabras, mierda, de verdad quería eso. Vamos Javier, calma. Terminó de limpiar los restos de crema batida sobre su cara. Se quedó serio un rato, tratando de olvidar esa frase; Al fin recuperó su tono normal. —¿Y.. ?
—¿Y...? —Levantó una ceja, y tomó un trago de su licuado mientras miraba fijamente al ojiazul
—¿Por qué estás aquí? Nos falta poco para terminar el 2do Grado, la mayoría entra en el 3ro. —Mordió su sándwich.
—El ojiverde Bajó la mirada, mierda. Esa pregunta..
~Flash back~
• Hace 3 semanas.
—¡Nadie puede prohibirme que ser o no ser! ¡Nadie! Yo soy feliz así, y no afecto a nadie ¡ESTA ESCUELA ES PATÉTICA! —Aquellos orbes esmeralda se empezaron a cristalizar, pues era cierto, no afectó a nadie.
—Diego, eres un buen chico, y estudiante, pero no puedo dejar que los demás imiten tu comportamiento, así que tienes que empezar desde cero. —Su voz tenía que ser sería, sin expresión alguna, quizás con un tono de comprensión, pues no quería perder al orgullo de ese colegio, —En una nueva escuela.
—¡SÓLO LE TOMÉ SU MANO! ¡NO LO BESÉ, NO LO TOQUÉ, NO HICE NINGÚN ACTO INDEBIDO! —sus ojos Rompieron en llanto, ¿Quién no lo haría al saber que era una injusticia? Sólo era amor, nada más.
—Lo siento mucho jóven Díaz, usted ha sido... Expulsado de esta institución.. —Su voz se quebró —Permanentemente.
~Fin del flash back~
—¿Diego? —Sus ojos miraron fijamente la figura del dueño de los orbes esmeralda que tenía la mirada viendo hacia la nada.. ¿Estaba recordando? —D-Diego.. ¿Estás bien? —Lo observó preocupado, no sabía que ocurría. El mayor de los dos tomó sus cosas y se fue serio, con el ceño fruncido, enojado, lo último que el quería era recordar cómo fue expulsado de su antiguo colegio sólo por tomar de la mano a su.. Ex-novio Josh, siendo obligado a terminar con él. Ese chico despertó tantos recuerdos y tristezas, mierda, era un idiota, un.. Lindo idiota. —¡Diego espera! —Su corazón se rompió en mil pedazos, aunque apenas tenía dos horas de conocerlo le había empezado a gustar. —¡Diego! —Tomó su comida y corrió hacía el, necesitaba saber el motivo del enojo por parte de su enamorado. Corrió lo más rápido que pudo hasta alcanzarlo, quería mejorar las cosas.
—¡ALEJATE DE MI, IDIOTA! —Lo empujó haciendo que se golpeara en un árbol, sus lentes* se posaron sobre el pasto húmedo, el menor perdió la vista. El ojiverde se detuvo, se sintió mal por haber hecho eso, quizás Javier no sabía lo que pasó, no fue su intención hacerlo sentir mal. Regresó junto al más alto tomando sus lentes y colocando sobre su cara para ayudarlo a ver mejor. —¡D-Diego! —El mayor interrumpió las palabras de la mirada zafiro con un tierno beso que duró unos segundos, 15 para ser exactos. Los mejores 15 que pudo tener en su vida.
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*Lentes, anteojos, gafas. (Perdón, quería ponerlo xd)