Virgen y casada

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-Lestath te exigo que te muevas y me dejes ir.-  sus enormes ojos en sus horribles lentes se clavaron perfectamente en mi mirada.
¡Me sorprende como la soporta!, seguro es por que no ve bien.

-Muy bien, si quieres irte adelante, pero no me haré responsable de lo que te pasé al salir por esa puerta-. Si eso no lograba persuadirla la dejaría irse, no podría salir de la dimensión ella sola, y aquí en lo que ami concierne no corre peligro. Bueno quizas corra más peligro dentro de mi casa ya que el amigo en mis pantalones  aún sigue reclamandola.

Hiso un puchero y se fue directo a la puerta, aun seguía con el estúpido  gorro de la pijama y ese cuerno de unicornio que la hace ver tan graciosa, dándole un aire infantil.

-Muy bien, me largo de aquí.- se le dificultó un poco girar el picaporte pero al final logró salir.
Claro está que no se lo dejaría tan fácil, como esta es mi dimensión la modificaría y asustaría tanto que regresará rogando que la deje entrar.

Me dirigí a la ventana observando  como se alejaba de la casa, quedando  parada en la nada, mirando hacia donde ir, su cara de incertidumbre y desesperación me hace divertida la espera a que regrese.
Se nota completamente que no tiene ni ídea de donde se encuentra.

De pronto vino una idea magnífica a mi, recorde que solo tenia esa ligera pijama de unicornio.
Haría que una horrible tormenta invernal invadiera las afueras de mi casa; con sólo esa pijama no soportará absolutamente nada y regresará pidiendo posada. Una lágrima escapaba de mi ojo al pensar lo perfecto de mi plan.

Invoque el viento invernal llenando las afueras de mi casa y provocando que un ligero copo de nieve cayera en su nariz, alcance a escuchar que maldecía,  y me sonaban deliciosas esas palabras, necesitaba escucharla maldecir más y más.

El viento empezó a soplar más fuerte y los pequeños pezónes se observan erectos a través de el pijama, vi como se acurrucaba en el tronco de un árbol. La nieve empezó a tornar blancuzco el césped y la escuche maldecir, su cara me parecía exquisitamente afligida, quería más,  necesitaba verla suplicar su entrada a la casa.

Sus dientes empezaban a tiritar mientras se teñía el verde de blanco, las hojas empezaban a caer. Su nariz y mejillas parecían tornarse rojas con ligeros toques cían. Mi boca se tornaba húmeda, la exitación de verla ahí desolada recorría mi cuerpo, y mi sexo se ponía duro, me gustaba verla expuesta y temerosa,  me éxitaba, abrí mi pantalón y saque mi sexo y acaricie cada parte de él regocijandome  en el sufrimiento de Beth.

-¿Lestath?, ¿Qué haces masturbándote en la ventana?-. La voz me saco de mi trance y caí al suelo.
-¿Tan pronto regresaste?, apenas empezaba a disfrutar de Beth-. Guarde mi sexo y abroche mis pantalones.
-¿Tan bajo has caído? te masturbas... ¡viendola!, ¡JA! Me avergüenzo de ti-. Agarro su cabello y lo paso a un lado de su cuello.
-Bien Nicole, quizás nunca entiendas mi punto. ¿Qué averiguaste? -. Me incorporé  de un salto.
-¡Nada! Todo parece tremendamente normal, aun que algo no me cuadra en esa foto de su boda, y hay un cuarto al cual no pude entrar, parecía sellado, pero por mas que intente abrir me fue imposible.- mordió su labio inferior de una forma tremendamente sexy, pero sabía de antemano que debía ir a averiguar.

-¡Tengo que ir yo!, te quedaras con ella un rato en lo que yo investigó-. Nicole giro sus ojos y chistó  su lengua, supuse que eso era un si, así que emprendí camino abriendo un portal que me llevase directo a casa de Beth.

***

Atravesé el portal dejándome en un costado de su casa, al parecer la casa seguía vacía, me parecía extraño debido a la hora de la madrugada, quizás el esposo de Beth estaba de viaje, pensé.

Atravesé el porche y me adentré a la casa, todo parecía normal dentro, me acerqué a la enorme sala, que se me antojó vacía, el enorme librero parecía estar lleno, más de lo que recuerdo la ultima vez que lo vi, la sala parecía estar mas espaciada y la luz de la luna resplandecía en la foto de bodas de Beth, me acerqué sigilosamente a observar la foto de cerca,  los ojos de Beth se veían distantes y el hombre se veía diferente a como lo recordaba, podría jurar que cambio de posición su boca, ahora se veía realmente sonriente a la última vez que vi esa foto. Ignorando aquél detalle y llevado por mi curiosidad caminé hacia las escaleras que con la poca luz que las ilumina me parecen  realmente altas y anchas, subí con cuidado.
No quisiera llevarme un sorpresa.

La planta alta se encuentra vacía,  hay dos cuartos y un baño, me acerqué a la puerta de  mi izquierda y abrió a la perfección,  un edredón rosa chicle viste la cama tamaño matrimonial,  me reí al imaginarme que ellos dormían alrededor de esas sábanas rosas, que homosexual, quizás por eso no la había desflorado.

Abrí los cajones de la cómoda para observar chucherías de mujeres, observe un cajónera cerca de la ventana y me acerque para abrír cada cajón que había ahí,  para mi sorpresa había ropa interior de Beth, y no cualquier ropa, diría que ropa extremadamente sexy, agarre una tanga de encaje rojo con una pequeña cola de conejo blanco pegada al hilo, y un sostén del mismo color  con pequeños adornos brillantes en las copa que hacían  juego perfecto con la tanga.  y algunas cosas más,  que no me parecían tan interesantes como esa tanga con cola de conejo.

Me acerque a el armario  que sorprendentemente esta algo vacío,  la ropa de Beth consiste en jeans y blusas de animales, algún otro vestido de colores extraños, y algunos pares de zapatos.

Y como de costumbre no hay nada interesante aquí,  aún que ahora que lo pienso; ¡la ropa de su esposo no se encuentra aquí!.

Salí de la habitación, y me adentré en la puerta  que quedaba a la derecha, la abrí fácilmente.
El cuarto es algo austero, para mi gusto, la cama es matrimonial cubierta solamente por sábanas blancas, no había almohadas, ni retratos, ni nada fuera de lo normal.
Pero... la puerta que Nicole me había mencionado, no la encontraba.

¡Bah! seguro se metió a la casa equivocada,  no había nada extraño aquí, quizás el tipo si es gay y por eso no se la ah follado,¡ Simple!  misterio resuelto, me largo de aquí.
Baje las escaleras rápidamente   topandome de nuevo con la foto de boda, que ahora me parecía más extraña,  la cara de Beth en el cuadro se veía desencajada y la del tipo "homosexual" seguramente  se veía aún más sonriente, este cuadro si que es espeluznante...pero ¡vamos!, que podría ser más espeluznante que un demonio.
Me large de ahí ignorando aquélla  estúpida foto.
Seguro la noche estaba jugando algún juego cruel conmigo,  la diosa de la "Luna" podria llegar a ser una perra.

Abrí un portal de regreso a casa, tanta boberia ya me estaba hartando.
Iré a la biblioteca infernal a buscar algún libro sobre los estúpidos ángeles. Mi padre me  había contado que algunos abandonaban a sus humanos...


¡Eh regresado de la muerte! jajaja, bueno, espero poderme poner al día con sus historias, ustedes saben quienes son ♡. Espero y les agrade este cap.

Bye.

Muerde la manzana (Bite the apple) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora