Capítulo 1: Una y otra vez la lluvia dirá cuán frágiles somos.

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~Our star~



"Todo estará bien."




La lluvia caía torrencialmente en la pequeña y melancólica Holmes Chapel. Sus calles estaban desérticas haciendo de ese el día perfecto para que Harry pudiese llevar a cabo lo que hace meses estaba planeando hacer sin que nadie se diese cuenta.

Sus pequeñas y débiles manos forzaron el agarre al resbaladizo barandal oxidado. El pequeño observó hacía abajo con temor y nerviosismo, allí el profundo arroyo estaba casi desbordando debido a los continuos días de lluvia que atravesaba la ciudad.

El caudal de agua corría velozmente debajo del puente. El niño tragó en seco, tenía demasiado miedo en ese momento, no iba a ocultarlo. Su corazón empezó a bombear a un ritmo más acelerado de lo normal. Había llegado la hora, tenía que hacerlo ahora o no la haría nunca.

Respiró hondo y acercó ambos de sus pies más a la orilla del viejo puente. Uno de éstos, resbaló torpemente con una de las tantas piedras que constituían el puente, haciendo que su pequeña zapatilla se le saliera y cayera al arroyo. El pequeño se sobresaltó, aferrándose con más fuerza al barandal y observó cómo su calzado era violentamente arrastrado por la corriente.

Su cuerpo entero comenzó a temblar. Ya no quería hacerlo, ya no quería quitarse la vida; tenía mucho, mucho miedo. Tragó en seco cuando vagos pensamientos comenzaron a llegar a su mente.


"¡Hey, mirén! ¡Ahí viene el rarito enfermo!" La risa cruel de aquellos niños nunca abandonaba sus pensamientos. Eran todos muy hirientes con sus comentarios ofensivos.


"¡No te me acerques, quizás me contagies con tus enfermedades!"

"¡Oigan todos, vamos a reírnos de Harry!"

Los nudillos del pequeño empezaban a volverse blancos de tanto que apretaba el antiguo barandal con su agarre.


"Harry, ¿Por qué no puedes ser normal como tu hermana? ¡Estoy harta de andar yendo y viniendo de ese maldito hospital contigo!"

Ahora la voz de su madre decidió colarse en sus pensamientos. Un nudo gigante apareció en su garganta, y por más que el chiquillo intentara hacerlo pasar tragando fuerte, parecía estar dispuesto a no abandonarlo, seguía allí, incomodando.

Para ese entonces la lluvia se había vuelto más severa, y las ráfagas de viento hacían bailar a los árboles con gracia, moviéndolos de un lado a otro con violencia.

Harry se preguntó si ya habrían notado su ausencia en la casa. Él estaba seguro de que no, y en el caso de que lo hicieran, no se molestarían en preocuparse por él. Siempre era así, él era solo una carga para su madre, una máquina de derrochar dinero en medicamentos para su padre, un estorbo para su hermana, y un genial objeto de burlas para sus compañeros de la escuela primaria.


Sin embargo, no era su culpa. Él nunca había tenido la oportunidad de decidir nacer con esa tonta enfermedad, pero todos actuaban como si la fuera.


Desde los tiernos dos años, la madre del pequeño había notado la recurrencia severa con la que distintas enfermedades atacaban al niño. Era muy vulnerable a cualquier cambio brusco de temperatura, así que recurrió a los médicos en donde le informaron que su hijo tenía una enfermedad hereditaria que hacía a su sistema inmune muy frágil e incapaz de detener con tiempo a las enfermedades. Así que Harry pasó la mayor parte de su infancia en un hospital, mientras que los demás niños jugaban en el parque como era común. Él conocía mejor los solitarios pasillos de aquella fría y triste edificación con olor a yodoformo que a su propia casa, era muy triste pero cierto, y Harry había comprendido desde muy pequeño que la vida a veces era muy injusta con algunas personas sin razón aparente.

Our Star. {Larry Stylinson} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora