Tic,tac...¡sal a ligar!

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Tic, tac, hace el reloj.
Y en menos de lo que he podido darme cuenta, ya solo faltaban diez minutos para que Cassie hubiera llegado.
Yo, por su puesto sigo sin vestir.
Siempre he sido bastante tardona a la hora de escoger mi vestimenta, y, para que voy a mentir ; tengo un lado de diva. Diva se nace, no se hace y yo soy la prueba.
Antes de que empiece a pensar en mas tonterías de mi vida cotidiana, algo me devuelve a la realidad.
Es un sonido.
Y si escuchar música a un volumen bastante alto no me ha dejado sorda todavía, me arriesgaría a decir que lo que está sonando es un timbre.

MI timbre.

No.
No puede ser.
Cassie es la persona más impuntual del mundo.
Tan impuntual que si el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas tuviera que ir con ella a un sitio, la asesinaría por ser tan impuntual.

Definitivamente,no.
No puede ser Cassie.

- ¡BLEU!- Grita una voz al otro lado de la puerta.- ¿Abriras la puerta algún día, pedazo de zorra?

Y...
Vaya.
Al final si que era Cassie.

Debería habérmelo esperado.
Eso no lo veía venir.
Pero viniendo de ella, si que debería haberlo visto. Todo lo impuntual que es lo tiene también de sorprendente. Nunca sabes por dónde te va a salir.

Aún con la toalla, voy a abrirle la puerta, hay suficiente confianza.

Y ya que estábamos hablando de puertas...Cassie iba más pintada que todas las puertas de mi edificio juntas.

- Pero, ¿que haces todavía así? Vamos a llegar tarde.- Dice mientras pasa a mi piso como Pedro por su casa. Otra cosa muy típica de Cassie.

- ¿"Girls just wanna have fun"? ¿De verdad? Parece la típica pelicula cliché de los años 80. Aterriza ya en 2016, querida

-No sabía que ponerme.-Dije igorando su comentario.

-Eso tiene solución.

-Ahora te vas a convertir en mi "Personal shopper" , ¿o qué?

- Mucho mejor.-Dijo mientras iba a abrir mi armario- ¡Voy a conseguir que ligues esta noche!

Y aunque la idea no me convencía mucho, me apetecía ver de que era capaz.

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Mucho antes de llegar a ese bar, dónde Cassie se encontraría con su "amigo", me di cuenta de que quizás no había sido tan buena idea dejar a Cassie escoger mi ropa.

No sé exactamente cuando me di cuenta.

Quizás cuando por poco me quedo sin aire cuando Cassie me (medio) obligó a ponerme una falda más ajustada que los embutidos de la tienda que hay a tres manzanas de mi casa.

O cuando estuvo a punto de quemarme un mechón de pelo con la plancha para alisar.

Pero creo que cuando de verdad me di cuenta fue cuando me caí en medio de la calle y casi me rompo un tacón.

Sigo sin estar segura.

-¡Anima esa cara, mujer!- Dice "Cassie Alias Doña Optimismo".- Ya hemos llegado.

Levanto la cabeza y antes de que pueda decir algo, Cassie me arrastra hacia el interior del bar.

Sigo sin decir nada cuando entro.

Es más, si antes no dije nada, ahora estoy muda.

Es una especie de...¿Bar de Rock?
Con pósteres de Jimi Hendrix, Bikini Kill, The Doors...Nirvana.

Creo que estoy sufriendo un orgasmo visual.

¡Es demasiado precioso!

Para ser verdad...

-Cassie, ¿estoy drogada? - Pregunté mientras seguía flipando.- Oh. No, espera, ¿te drogaron a ti para venir aquí?

-¿Que estupideces dices idiota?- Dijo empujándome.- Mike toca aquí .

-Espera, ¿quien?

-Mike, es el chico del que te hablé, ese tan mono.

-Ah, bien. En fin, vayamos a pedir algo antes de que se te pasen los efectos del LSD que te dió el tal "Mike".

Fuimos hacia la barra, y pedimos unas cervezas.

Tras unos minutos, Cassie terminó su cerveza.

-Voy al baño, mi vejiga está a punto de morir reventada. - Cassie no es Cassie sin su típica explicidad.- Si por casualidad me encuentro a Mike, no me esperes.

- Y ¿que hago mientras?

-  Folla con alguien, pasatelo bien, que vas muy guapa y necesitas un polvo.

Me guiño un ojo y se fue.

Necesito dos cosas.

Aire. Y un cigarro.

Suena irónico, lo sé.

Y por si fuera poco, cuando me bajo del taburete, una camarera me derrama una bandeja llena de cócteles mas coloridos que toda la ropa de mi armario.

- Lo siento - Dijo la camarera-Soy nueva.

Ya, y ciega también.

-Disculpe, ¿está bien?

-Uh, si. No importa.

Y cuando por fin salí, sentí la brisa del frío aire neoyorquino.

La ropa se me pegaba demasiado gracias a los cócteles, estaba muy pegajosa, y aquel hecho estropeo por completo mi momento de película reduciéndolo a momento cutre.

Saqué mi querida caja de cigarros.
Un mal vicio que he adoptado últimamente.

Antes de que pudiera encenderlo, una mano se posó en mi hombro, haciendo que me girara.

-¿Me podrías dar un cigarro?

Y entonces vi esos ojos.
Esos ojazos azules.
Esos iris demasiado bonitos como para ser de este mundo.

***********************************"

Hasta aquí el capitulo, espero que os haya gustado. 💞



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