...¿Porque debiste aparecer?...

Capítulo ocho //Sola//

No hacia otra cosa más que pensar en lo que acababa de suceder...

Me había dejado sola.

En ese momento me dolió el pecho.

¿Como es que me dañaba que hiciera eso?

—¡No te gusta!—grite para mi misma en un susurro—.

Camine hacia la camioneta y me monte en ella.

—Buenas noches—dije tratando de que mi voz no sonara quebrada—.

—Buenas noches—contesto amablemente mi vecino—.

Si no lo hubiera buscado no estaria en estás condiciones.

—¿Te dejo sola cierto?—preguntó Mich—.

Yo solo asentí.

—Los vi desde aquí,  el iba a besarte y tu te negaste.

—Quería pero tenia mal presentimiento.

—¿De qué? —preguntó—.

—Ni yo se...—susurre mientras veía a través de la ventana...¿en que momento había llegado su hermana?—.

—Habla con el mañana...—hablo Mich—.

—¿Que habrá querido decirme con lo de ayer?—preguntó para mi misma—.

—¿Acaso estas idiota? ¡Le gustas! No te hubiera besado si no fuera haci....

—Pudo haber sido juego—rodó los ojos —.

—No, nada de eso....—me toma de los hombros—.

—El gusta de ti...—sonríe —.

—No, no le gusto ni me gusta—habló,  ya se a lo que quiere llegar—.

—¿Estás segura Kelly? — pregunta—.

—Oh si, créeme.

—¿Entonces porque te dolió?— eleva una ceja—.

—No me dolió pendeja—miento —.

—Claaaaro—volvio a rodar los ojos y alargo la "aaaaaaaa"—.

—Eres reee mentirosa—golpeó su hombro—.

Ríe.

—Ten cuidado que tus goles si duelen—dijo ahora ella dandome el golpe—.

Eso dolió más.

—Auch—me queje—.

Ríe.

—¿Alguna vez te llego a pasar esto?—pregunte viéndola directamente a los ojos—.

—No, nunca.

—Mmm, está bien.—me acomode sobre el asiento y observe por la ventana—.

***

—Gracias señor, nos vemos mañana.—agradecí—.

—Si, de Nada, nos vemos.

—¡Eh!—gire sobre mis talones—.

—No estés mal por eso, ¿de acuerdo?—hablo Mich—.

—Claro, nos vemos.—me despedí y toque el timbre de mi casa—.

Mi mamá se asomó por la ventana de la sala y abrió la puerta.

Ahora sí, de nuevo a fingir que todo está bien.

—Hola Kelly.—me da paso para que entre a casa—.

—Hola mamá.—pase y me dirigí a la segunda planta—.