...¿Porque debiste aparecer?...

//Te odio.//

Las semanas pasaron.

Dos semanas, dos semanas eran en las que diario cada noche por la salida, sucedia.

Si, tu y yo nos besabamos.

¿Por qué esta semana es diferente?

¿Por qué siento un raro presentimiento?

¿Por qué ya no siento dolores en el estómago cada vez que suena el timbre de salida?

¿Por qué me ignoras?...

Me apareces en linea, pero aún ya no te llegan los mensajes.
Mucho menos me sonries, ni me hablas en el parque.

Te e mandado a hablar con algunos amigos, sin embargo niegas a verme.

¿Qué sucede?

Aún recuerdo la última noche que me diste un beso.

Flasback.

—Entonces...¿dejo tarea el profesor Williams?—pregunte con certeza a Elli, mientras íbamos directo a la salida, después, de un largo día de aburrimiento.

—Creo que no.

—Esta bien, ¿ya salió Kendall?

—Si, ya no había nadie en su salón.

—De acuerdo. —baje la mirada recordando uno de esos días—.

—Tienes que dejar de pensar en eso, no te hace bien, lo que pasó, pasó y pues ya. El ya te explico lo sucedido.

—Si pero, es horrible que te digan que al que supuestamente le gustas —dije haciendo comillas con los dedos— Te diga que estas fea, por favor, estoy segura que el que dijo eso no fue el tal Mars, si no que haya sido Kendall.

—Tu le gustas a Kendall y hablando de él, deberías de ir a verlo. —hizo un ademán, para que me fuera—.

—Cállate —brome— Adiós, nos vemos mañana.

Me giré y muy decidida cruza la calle, para ir directo hacia el parque, quizá tenga razón.

Y le guste en verdad. Después de todo, cuando alguien besa a otra persona es por amor.

—¡Hey! Aquí estás. —llega Kendall y me abraza por detrás, habrá notado que lo estaba buscando—.

—Si, Mmm, aquí estoy, ¡¿sorpresa?! —hable sin ningún entusiasmos, estaba nerviosa —.

Mire a mi alrededor y encontré a dos chicas muy sonrientes, Jessica y Audrie. Ambas me miraron muy extrañadas, no tuve de otra, sonreírles.

Caminamos los cuatro por el parque en silencio hasta llegar afuera de una tienda.

Kendall colocó un brazo sobre mis hombros y me atrajo hacia el. Mientras Jéssica y Audrie se colocaron frente a nosotros.

—¿Cómo les fue? —pregunte rompiendo este silencio—.

—Bien —dijieron los tres—.

—Ah. —esto era bastante raro, de nuevo ese silencio—.

—¿Y ya andan? —pregunto Jéssica—.

Ambos nos miramos a los ojos sin decir una sola palabra.

—No, aún no me a dicho nada. —conteste—.