Anécdota 26

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-Happy Birthday
12 de diciembre

Hoy es mi cumpleaños, 19 años.
Como desearía que el tiempo se detuviera, digo ¿para que apresurar la vida?
Odio cuando me siento en lo más alto, cuando me siento plena porque sé que pronto acabará y vendrá algo que quizás no me guste mucho y es ahí cuando odio haberme sentido feliz algún día y ya no estarlo, mi vida está en su mejor momento ¿porque no puedo detenerme ahí y vivirlo para siempre? La vida es algo injusta, yo soy injusta, hace unos meses tratando de suicidarme y ahora hablando de vivir para siempre aunque si éstos momentos duraran siempre jamás intentaría suicidarme, ese será mi deseo cuando apague las velitas, que éste momento dure para siempre, que el tiempo se detenga.
Mi teléfono ha estado sonando casi toda la mañana que ni he podido dormir, mensajes y mensajes de felicitaciones, SON LAS 8:27 AM, LO QUE DESEO ES DORMIR.
Entra mi mamá a la habitación con un cupcake de chocolate.
-Ya levantate mi reina ¡HOY CUMPLES 19 AÑOS! -  Decía mi mamá moviéndome mientras yo solo me tapaba más con la cobija- Vamos, no seas floja- dijo y empezó a jalar mi cobija.
-Ahora noo- dije debajo de la cobija.
-Más tarde veremos que hacer princesa, me voy que se me hace tarde, te adoro- escuché que dijo y salió de mi cuarto.
Finalmente, no comprendo porqué la gente se emociona con los cumpleaños, a mí lo que me emociona es los planes que tenga ese día, hoy será con Federico, en cuanto salga de clases, no sé si tenga alguna sorpresa, espero que sí.
Me levanté, comí el cupcake que me dio mi mamá y me metí a la ducha, olía delicioso en la cocina, no veía la hora de salir a almorzar, me puse la pijama de nuevo, aún era temprano, casi las 11.

Enchiladas suizas, era ese el delicioso olor que salía de mi cocina, al parecer mi mamá le pidió eso a Irene, adoro las enchiladas suizas, almorcé y al terminar decidí por fin vestirme decentemente, algo casual, quizás vaya al gotcha o algo por el estilo, quiero un tipo de deporte extremo, algo que alborote mi mente y mis sentidos, quiero ese sentimiento de adrenalina en mí.

Después de un buen rato mi teléfono sonó, era él, Federico.
-Buenoooo- dije en un tono bastante feliz.
-Feliz cumpleaños pequeña, no tardo en llegar a tu casa para hacer planes ¿Si? Será el mejor día de tu vida- Dijo Federico, supongo que él estaba tan feliz como yo.
-Eso espero, dejo mi vida en tus manos jaja- le dije
-No tardo linda, besos- dijo y colgó.
No veía la hora de que llegara, me mire en el espejo mil veces, escuchaba a Pac ladrar y me asomaba para ver si era él, ya quería verlo, quería estar con él.
Finalmente llegó, corrí a abrirle la puerta y estuve a casi nada de asfixiarlo a besos.
-Lo siento, te extrañé demasiado- dije y hundí mi cara en su cuello.
-Yo a ti jaja, espero no tener la cara llena de labial ahora- dijo y besó mi frente.
-Ni siquiera tengo labial- dije y lo miré aún abrazándolo.
-¿Y qué quieres hacer hoy?- dijo él y se pasó a la sala.
-No lo sé, quiero salir a un antro pero no te dejan entrar, también quiero ir a bailar y comer mucho y aghh, muchas cosas, demasiadas- dije yo con una enorme sonrisa.
-¿Quieres ir al gotcha?- dijo él mirándome con su hermosa sonrisa.
-Siiiiiii y luego vamos a alguna fiesta o algo, mi cuerpo pide baile- dije meneandome en el sillón.
Tomé mis cosas y subimos a mi auto directo al gotcha, después de varios minutos llegamos y al entrar nos cobraron y nos dieron lo necesario para protegernos y empezar a jugar.
Me escondí de Federico en cuanto me vestí, quería dejarlo lleno de pintura y atacarlo, sentí que algo golpeó mi espalda, volteo y era Federico que salió huyendo yo salí corriendo detrás de él e intenté dispararle pero iba muy rápido y por error le di a un chico que estaba jugando con sus amigos, no sabía si pedir perdón o solo seguir corriendo detrás de Fede y el chico voltea y me dispara a mí, hijo de la gran perra, lo mío fue accidental, me quedé sorprendida y él al verlo me disparó de nuevo, lo miré mal y empecé a caminar para seguir buscando a Federico, mientras caminaba el chico me volvió a disparar, maldita sea, de verdad me enojé y di la vuelta y empecé a caminar hacia él.
-¿Tienes algún problema?- dije y crucé mis brazos parada frente a él.
-¿Que? Pero si fuiste tú quien empezó y luego me ignoraste- dijo el chico riendo igual que sus amigos.
-Fue un accidente, no quería darte a ti- dije aún molesta.
-Jaja tranquila, es solo un juego, pensé que querías jugar con nosotros- dijo el chico bastante relajado.
-No, solo fue un accidente- dije ny seguí mirándolo, él solo me miraba en silencio - Bueno, me voy- dije y me di la media vuelta y seguí caminando tenía que seguir buscando a Federico, sentí otro golpe en mi espalda, otra vez ese imbécil, me quedé parada en ese lugar un buen rato y después volteé rápidamente y le solté un disparó, se escuchó que gritó, cuando logré darme cuenta le había dado en la pierna y el chico llevaba bermudas, no tenía protección ahí, ahí yo, arruinando todo, ahora pensará que fue a propósito, me acerqué rápido para ver como estaba, sus amigos solo se reían y él estaba sobando su pierna.
-Lo siento- dije con bastante pena.
-Es mi culpa, dijiste que no querías jugar- dijo él riendo.
-No fue intencional, tengo muy mal tino- seguía apenada, seguro ya estaba roja como tomate.
-Dijiste que no querías jugar, tranquila- repitió él -¿Cual es tu nombre?- dijo él y seguía sobando su pierna.
-Oh maldita sea, de verdad lo siento ¿estas bien?¿algo puedo hacer por ti?- me alteré un poco, pánico.
-Tranquila, un pequeño golpe, casi nada ¿Como te llamas?- decía el chico riéndose de mi actitud.
-Ahm, Iliana- dije y me senté a un lado.
-Hey ¿porqué tardas tanto?- dijo Federico corriendo hacia mí.
-Lastimé al chico, soy una tonta- dije aún reprochándome.
-No pasa nada, sigan jugando, ya ni siquiera duele- decía el chico de forma simpática, aún ni sabía su nombre.
-Vale, vámonos Iliana- dijo Fede.
-Claro, nos vemos, lo lamento demasiado en serio- dije y me paré caminando detrás de Federico.
-¿Ahora vas a decirme que hacías con ese tipo?- dijo Federico en cuanto nos quedamos solos.
-Le disparé en la pierna, fue todo- dije normal.
-¿Y por eso te sonreía así?- Federico continuó.
-A ti te sonrió igual, ya para con tus dramas, vinimos a divertirnos ¿no?- le dije antes de empezar a Irritarme, al decir eso me disparó y salió corriendo, yo casi me caigo del impacto y al reincorporarme salí corriendo tras él, no había logrado darle en una sola ocasión, no logré alcanzarlo y lo perdí de vista, comencé a deambular por el terreno para ver si lo topaba y logré verlo de espaldas, uno, dos tres disparos en la espalda y enseguida volteó y me disparo también pero sus balas de pintura se habían terminado, era mi momento, lo aceché mientras solo se quedó en su lugar con su linda sonrisa.
-¿Que es lo que quieres de mí?- dijo Federico riendo.
-Todo- dije y me acerqué lentamente.
-¿Todo?- dijo él y yo asentí con la cabeza, él se acercó a besarme, y yo seguí sus labios, era lindo tenerlo conmigo, estar con él, besarlo era una maravilla pero hoy, hoy se sentía mejor, más pureza o serenidad, no lo sé.
-Te adoro- dijo cuando paró de besarme.
-Yo a ti- dije y lo abracé.
Pasamos un buen rato más jugando y no volví a toparme al chico que golpeé, fue una linda tarde, estaba oscureciendo y manejé a casa para ir a cenar, llegamos y mi mamá no estaba, de hecho la casa estaba sola, aún había enchiladas del almuerzo y Federico y yo decidimos cenar mientras seguíamos riéndonos de lo que pasó en el gotcha y de otras cosas, al terminar pasamos a mi cuarto a oír música y tirarnos en la cama, estábamos ahí, sonaba esa canción, the less i know the better mientras estábamos acurrucados en la cama, todo a oscuras.
-Quiero estar así siempre- dije mientras jugaba con el pelo de Federico.
-Yo también- dijo él y sentí como acariciaba mi pierna.
Había esperado algo más drástico para éste día pero no importaba, si estaba con Federico todo iba perfecto, me moví un poco y empezamos a besarnos, en la oscuridad y con la música de fondo era el momento perfecto, era mi cumpleaños y quería olvidar todo, quería simplemente sentirme infinita, dueña de mí.
De un momento a otro Federico estaba encima mío mientras me seguía besando, sentía como mi corazón palpitaba más rápido cada vez, mi respiración era agitada, sentía una gran desesperación de seguir besándolo, quería comérmelo, sentía que si separaba sus labios de los míos solo un segundo sería como dejar de respirar, no podía parar de besarlo ni de tocarlo, mis manos estaban explorando cada rincón de su cuerpo por encima de la ropa, las manos de él hacían lo mismo que las mías, quizás era momento de que por fin pasara, realmente hoy nada me detendría, diablos, él es apenas un niño, falta poco para que cumpla 16 y todo estará normal de nuevo, ésta sería mi primera vez, la primera.
-¿Quieres hacerlo?¿Ahora?- escuché su voz cerca de mi oído.
-Ya es hora- dije y comencé a besar su cuello.
-¿Segura?- decía Fede casi susurrando.
La luz de la luna que daba desde mi ventana me permitió ver su rostro, sé que él lo deseaba tanto como yo pero estaba nervioso igual que yo, besé sus labios y comencé a deshacerme de mi ropa mientras él aun seguía vestido, esta vez no había quien interrumpiera, él también empezó a quitarse parte de su ropa, estábamos ahí, en ropa interior y a oscuras besándonos y sintiendo nuestra piel con las yemas de los dedos, yo lo tocaba desesperadamente, sentía unas terribles ganas de estar con él ya.
Fueron muchos besos y muchas caricias cuando por fin sucedió, de manera espontánea, dos pequeñas partículas, dos niños, dos inexpertos teniendo su primera "conexión", sonaba estúpido y a la vez demasiado romántico, fue raro y divertido porque de pronto estábamos riendo, cuando terminó todo solo empezamos a reírnos por lo mismo, ninguno sabía que estábamos haciendo.
Pasó, después de tanta espera, me sentía feliz y sé que Federico igual lo estaba o al menos así se veía.
-Entonces así se siente- dije yo para acabar con el silencio.
-Si, así se siente- dijo Fede
-Siempre había pensado que todo era solo sexo y ya, pero ahora veo que los sentimientos también influyen y demasiado- dije yo, aún estábamos a oscuras, ya nos habíamos vestido, seguro mi mamá no tardaría en llegar con pastel y esas cosas.
-Jamás pensé llegar hasta aquí contigo, ni con nadie, normalmente suelen alejarse antes de que las cosas lleguen tan lejos, quizás es mi culpa, no me gusta tener que apegarme a alguien- dijo Federico.
-Haz intentado alejarme y aquí sigo, si no fuera porque te adoro seguro me vería muy tonta, siguiendo a quien quiere estar solo- le respondí.
-Por eso te quiero, te vale madres que te haga daño, no te importa salir lastimada con tal de estar conmigo, que suertudo soy jaja- dijo él riendo.
-Bueno, digamos que se llama sacrificio, supongo que me dolería más estar lejos de ti- decía yo mientras jugaba con sus dedos.
-Lamento haber dejado que Gael te hiciera eso, debí haberte llevado conmigo- dijo Federico, sonaba serio.
-No es tu culpa, igual pronto le haré daño, no se va a quedar así- decía yo tranquila.
-Hay que invitarlo a cazar y que la bala de mi pistola le de por accidente en la cabeza y en el pene jaja- dijo Federico riendo.
-Suena bien jaja, aunque su cabeza debe estar hueca, quizás no le pase nada jaja- le respondí.
-Y sus boxers vacíos- respondió Federico.
Después de un buen rato platicando, escuchamos a Pac ladrar y la puerta abrirse, se prendió la luz de la sala y nosotros seguíamos tirados en la cama.
-¿ILIANA?¿ESTAS EN CASA?- gritaba mi mamá desde la sala.
Me paré y me quedé recargada en el marco de mi puerta, mi mamá me vió.
-Ahí está mi princesa, ya 19 años, como vuela el tiempo, mira que te traje- decía mi mamá destapando un pastel en el comedor.
-Buenas noches- salió Federico detrás de mí.
-Ah, que sorpresa Federico, ven, vamos a partir el pastel, tu hermana no pudo venir y tu hermano... Tampoco, solo seremos nosotros- decía mi mamá sonriendo.
-Excelente, así mejor ¿Y Oscar?- dije yo sentándome en el comedor.
-No creo que tarde en llegar de trabajar- decía mi mamá desde la cocina, buscaba platos y vasos.
Después de pocos minutos llego Oscar, mi padrastro, partí el pastel, empezaron a cantar y fue un desastre porque Federico canta muy mal y Oscar Igual, mi mamá fue la única que continuó cantando, empezamos a comer el pastel y como era de esperarse mi mamá empezó a recapitular mi vida, contar de cuando era una niña, incluso contó de la vez que salí en el festival de primavera y me puse a llorar porque me equivoqué, de cuando fue mi fiesta de 15 años y quebré mi copa, hasta contó de la vez de navidad que bebí demasiada sidra y según yo ya estaba bien ebria, lo contó casi todo, no podíamos parar de reír, en ese momento solo me preguntaba ¿de verdad hago tantas estupideces? Quizás, será lo que siempre recordaré, estupideces que ahora me hacen reír.
Ya era tarde, mi mamá llamó a casa de Federico para avisar que estaba en mi casa en mi cena de cumpleaños pero nadie respondía las llamadas, decidí llevarlo a su casa mejor y al llegar su mamá estaba dormida en la sala, quizás por eso no respondía, seguro estaba exhausta, Federico me acompañó hasta mi auto afuera y nos despedimos.
-Fue el mejor cumpleaños- dije y besé su mejilla.
-Y fue el mejor día, no lo olvidaré- dijo Federico.
-Yo tampoco, te adoro- le dije y nos besamos, me subí al auto, lo vi entrar a su casa y me fui yo a mi casa.
Había sido un gran día, no recuerdo hace cuanto que no me reía tanto, debió haber sido demasiado como para olvidarlo, 12 de diciembre del 2016, declarado como el mejor día.

Había sido un gran día, no recuerdo hace cuanto que no me reía tanto, debió haber sido demasiado como para olvidarlo, 12 de diciembre del 2016, declarado como el mejor día

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