L A N O C H E E N C U E S T I Ó N

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descripción: Remus y Sirius se enamoran en una noche al azar donde las conexiones se pierden y las razones están demás.

palabras: 2654

09:46 pm.

El camino que conducía a Honeyduckes desde Hogwarts estaba más oscuro y frío de lo normal cuando dos jóvenes de unos recién cumplidos descisiete años corrían por él.

El más alto de ellos sostenía la varita enfrente de su cuerpo para que iluminara el camino y al mismo tiempo corría, haciendo que sus pasos resuenen en todo el abandonado lugar.

─¡Vamos, Lunático! ─decía animado, mientras aminoraba la marcha y sonreía al ver las escaleras que subían hasta el sótano de la tienda de dulces.

─No...puedo...más...Sirius ─Remus Lupin apareció unos minutos después detrás de él, sosteniendo con una mano el mapa del Merodeador y con la otra su varita que le iluminaba un poco el rostro.

─Oh, eres una abuelita.

─¡No es mi culpa que hayas decidido venir a Hogsmeade...a... último momento! ─se quejó Remus, alzando el tono de voz ─, tampoco que James no te quiera acompañar.

─Sí, el muy maldito prefiere quedarse con Evans en vez de venir a pasar un rato con nosotros ─hizo una breve pausa ─, ¿Y Peter?

─Tiene que...entregar un trabajo...de pociones...para mañana ─contestó Remus en tono serio, para mirarse los pies y apoyar ambas manos en las rodillas, tratando de reconfortarse.

Sirius se limitó a quedarse en su lugar, esperando a su amigo, que daba grandes bocanadas de aire para que su respiración volviera a un ritmo normal, se quedó mirándolo con cierta expresión soñadora, alumbrado por la leve luz que la varita le proporcionaba, mas se sorprendió al hallar cierto atractivo en el rostro de éste, las mejillas coloradas, el cabello revuelto y una leve sombra bajo los ojos, imperceptible para quién lo hubiese visto sin mirarlo, hizo que quedara petrificado ante tal humilde belleza.

Le gustaba el rostro de Remus en aquella agrietada oscuridad.

─¿Porqué me miras? ─preguntó Remus, guardándose el Mapa del Merodeador en el bolsillo.

─No es nada ─respondió Sirius, esbozando una sonrisa.

Ese tipo de sonrisa era una nueva para Sirius, como el mismo sentimiento que reflejaba, algo acallada y casi imperceptible.

Remus también sonrió, pero de manera distinta, era aquella que afloraba en sus labios como involuntario reflejo de la contraria, mostrando gratitud y comodidad.

10:15 pm.

El pueblo de Hogsemade, hundido en la calma que esa noche de octubre les proporcionaba, hubiera sido una hermosa escena para cualquiera que la contemplara, más aún sabiendo que uno de los que caminaban a través de aquel callejón poco iluminado se encontraba debatiéndose mentalmente que fue aquel sentimiento que fugaz había pasado por su mente estando en el túnel.

─¿Vamos a las Tres Escobas? ─preguntó Remus, rompiendo un poco el monótono silencio que los envolvía.

─No, nos podrían ver ─contestó Sirius con recelo ─, ¿Porqué mejor no vamos a Cabeza de Puerco?

Remus dio un paso atrás, entre ofendido e impresionado ─Canuto, ya sabes lo que me pasó la última vez que fuimos allí ─repuso en tono duro, mientras Sirius soltaba una risita socarrona ─, o vamos a Las Tres Escobas o me vuelvo a Hogwarts y ayudo Peter con su trabajo.

La Noche En Cuestión . Wolfstar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora