III

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Entonces el espíritu Daven salvo al príncipe – dijo Calipso emocionado

Así es pequeñito, te lo había dicho o no – hablo Andrómeda, sonriendo con picardía

Sí, pero –

Nada de peros Calipso y colorín, colorado, esta historia ha terminado

Entonces fueron felices juntos –

Claro que lo fueron, ahora ya puedes ir a jugar – y así el pequeño niño corrió gritando de alegría, era una vista tan tierna.

Él, es hermoso no crees André – dijo un hombre alto de cabellos amarillos, que relucían como una armadura del mismo color, propio del rey.

No me llames así – contesto con un mohín en la cara

Jajajaja veo que tu historia tuvo un final feliz –

La tiene, solo que tal vez, es muy chico para escucharla toda Caballero – con una sonrisa nostálgica.

-♦♦♦-

Caleb se despertó al sentir algo presionar contra su espalda baja, él no era un inocente, bueno físicamente sí; pero había espiado lo suficiente a algunos caballeros y criadas del castillo para saber en qué posición comprometedora se encontraba, y era de mas decir que se encontraba totalmente asustado, no recordaba nada, bueno si recordaba entrar en el bosque, y después se había dormido del cansancio, cuánto tiempo había pasado de eso, rápidamente inspecciono su cuerpo, bueno su ropa estaba en su lugar, pero una mano rodeaba su cintura, ¿Acaso lo habían secuestrado? Y si fue así, desde cuando tenía el sueño tan pesado como para no darse cuenta.

Levanto suavemente la mano que lo apresaba, no iba a quedarse para averiguarlo, salió lo más rápido de la rustica cama, habría huido rápidamente de haberlo intentado, pero no. Se quedo observando los delirantes y perfectos rasgos del cuerpo contrario, alguien no podría ser tan hermoso verdad.

Si me sigues observando tan fuerte, me vas a degastar – dijo aun con los ojos cerrado Daven

Ah...a...a –

Te comió la lengua un gato por lo visto – sonrió Daven, mientras se levantaba de la mullida cama, flexionando sus brazos y torso, era una trama para que el Príncipe babeara aun mas por él.

Caleb se ruborizo la instante, que pensaba ese chico para hablarle así, y para mostrarse así, porque aunque la vista era magnifica, como alguien decente podía andar solo con unos ajustado pantalones de cuero café, dejando a la vista, se blanco y trabajado abdomen.- A mi no me ha pasado nada – dijo con orgullo – Y exijo que se me explique qué es lo que hago en este lugar y quien es usted.

A Daven le gustaba el fuego en los ojos del mortal, pero también sentía que era gracioso que tratara de intimidarlo, el muy bien superaba por unos cinco centímetros al chico de ojos grises y bueno los dioses como él, ya nacían con una musculatura envidiable. Bueno en realidad no, pero había vivido suficiente tiempo para encontrar un momento para ejercitar su cuerpo, y valla que valía la pena.

Daven –

... -

Ese es mi nombre Daven –

Amado, era un nombre hermoso, para un hombre hermoso – Soy el príncipe heredero del Sur Caleb – recito de memoria

Daven, creyó que nada que el lindo humano le diga, lo podría sorprender, pero el hecho que estuviera, mejor dicho que fuera un príncipe lo hacía (jejeje) podría tachar coger con la realeza de su lista de "Cosas terrenales que hacer, antes que mami venga por mi".

Un cuento para Calipso #FS2017Where stories live. Discover now