Parte 4 No lo dudes

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¿Otra vez vienes de las afueras del pueblo?-pregunta Lara con una sonrisa en la cara, que hace que tenga el mejor complemento que pueda llevar una chica.

Si, ¿Cómo lo sabes?-pregunto con curiosidad.

Lara hace una risa tonta-sabes que soy adivina, y además, tienes la cámara de fotos, y en este aburrido pueblo, no hay mucho que fotografiar.

Ese lugar es distinto, la mansión guarda secretos que la cámara, a diferencia de nosotros, si puede percibir-respondo, guiñándole el ojo.

Lara se recoge el mechón de cabello que se le cae sobre la frente y se lo esconde detrás de la oreja. Asiente cómo si no pensase que soy un bicho raro, aunque seguramente si lo piense.

Lara-un matrimonio reclama a Lara para pedirles nota.

Debo atenderles, ¿te vas a quedar mucho tiempo?-pregunta Lara

No creo-hago una muesca con la cara.

Ah-exclama Lara-pues entonces...mañana nos vemos.

No lo dudes enana.

Me bebo el café de dos tragos y pago, después, cojo mi abrigo de la percha y me voy. Ha empezado a llover, pero no soy de ese tipo de gente a la que le disgusta la lluvia, al contrario, me encanta. Doy una vuelta por la plaza.

Las calles están apagadas y la mayoría de las farolas no emiten luz, no hay presupuesto para nada, ya que con las múltiples desapariciones, bajan los habitantes y con ellos los impuestos que pagan.

Este pueblo es una mierda-murmuro al mirar a mi alrededor. La respuesta de por qué no me he marchado antes es por el dinero, entre la universidad y el piso, no me queda para nada más, y al ver la calidad de todo lo que hay aquí, no se paga demasiado, por lo que me lo puedo permitir, pero si me voy, no podré pagarme un piso y me niego a volver con mis padres. Otra razón es...

Las torturas de IdelemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora