Las torturas de Idelem

Parte 5 La otra razón

    Llevo toda mi vida aquí, no solo yo, sino...mis abuelos, Simón y Agatha, ambos murieron cuando yo apenas tenía 10 años, pero aún así, les puedo recordar, no puedo contar con los dedos todas las veces que he soñado con ellos, y tampoco puedo prometer el no haber querido ir con ellos, a donde sea que estén, cuando sucedió la tragedia, me derrumbé, no podía soportar la noticia que me estaban contando mis padres, parece ser, que a mi madre le afectó tanto cómo a mí, ya que eran sus padres y eso mosqueaba a mi padre, mi madre se pasaba los días en el sofá sin decir nada a nadie, no salía a la calle y mi padre no aguantaba. Se peleaban continuamente. Seguramente estéis pensando que un día se pelearon tanto que hicieron una locura, pero estáis equivocados. Era una tarde de invierno y las calles estaban congeladas aquí en Idelem. Mi padre se había mosqueado y salió de la sala de estar mosqueado, gritando y fuera de sus cabales. Mi madre fue tras él intentando calmarle, pero eso solo hizo que se mosquease más y más. mi padre no miraba por dónde iba y un coche pasó por la calle dónde hace bastantes años, vivía una familia feliz, la mía. El coche iba a pasar por dónde mi padre y sin darle opción a quitarse, el motor se congeló y el coche estaba patinando literalmente sobre la fría calle que después de dos segundos, tuvo un horrible color rojo. Mi madre se volvió a derrumbar, yo me ocupaba de todo para que nadie se diese cuenta de nada, pero el dinero faltaba, mi madre no trabajaba y cómo era de esperar, los agentes sociales me separaron de ella, ahora, con tan solo 12 años, estaba solo en el mundo, sin saber dónde vivía mi madre ni cómo estaba, sin saber nada. Cuando salí, regresé a Idelem, mi pueblo, aunque mi vieja casa estuviese derrumbada, me quedaba el saber que ahí,algún día, fui feliz.