Ella es una chica universitaria, está enamorada de su artista preferido, hasta hace poco lo descubrió. Hará todo lo posible por llamar su atención sólo que...¿ Será que él le correspodera?
Escritora Eli Grandchester
Terry entró a la habitación de Candy. Era la primera vez desde hacía seis meses que se le ocurría ir como ladron al hospital. Albert había insistido en que se quedara en su casa pero el no lo quiso escuchar.
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Su respiración era tan débil, que por un aterrador momento pensé que no respiraba en absoluto.- pensó Terry
Camino para volverle a poner el CD haber si miraba una reacción en ella ...Avanzó hasta su cama y alargó su mano para poder tocarla. Necesitaba Terry desesperadamente sentir la fuerza de la vida latir bajo su piel. Al ver que no tenía ninguna venda, colocó suavemente la mano sobre la parte izquierda de su pecho y casi le fallaron las rodillas por la emoción. El latido constante del corazón bajo sus dedos era la prueba de que, por muy pálida que estuviera, seguía viva.
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-Te quiero, Candy.... No puedes morir, por favor. Lucha, sigue luchando.
No me di cuenta se dio cuenta que estaba llorando hasta que él derramó varias lagimas y calleron en la mano de Candy , tomó un pañuelo de papel, que se encontraba en la mesita un lado de la cams, se secó las lágrimas que le corrían por las mejillas. Lo tomo y las seco sin quitarle los ojos de encima de la mujer de su vida que estaba en la cama.
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Asentio con la cabeza y los ojos se volvieron a posar sobre aquella rubia, olvidando por completo que el interno podía ir al cuarto de Candice también , estaba en el pequeño cubículo, tomando la mano de ella pensando como loco. Para el solo contaba su Pecosa. Ella había llenado su mundo en todo este tiempo, que la idea de seguir viviendo sin ella hacía que el dolor que sentó cada segundo dolería más.
