Capítulo cuatro:

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Capitulo cuatro:

Al día siguiente, no tenía ganas de hacer nada. Pero le había prometido a sol, que iba a ir, ya que me quería decir algo. Esa chica, cada vez me cae mejor. Me levante de la cama y me arregle para ir al colegio, me bañe, lave los dientes, etc. Baje las escaleras, y me encontré con una notita en la mesa de la sala: “____, me fui a comprar cosas para la llegada de tu hermano. Acordáte de que hoy es martes, y que vuelvo tarde del trabajo. Te amo. Mamá.” Me prepare el desayuno y después me fui al colegio. Cuando llegue, había una multitud enorme en la puerta viendo no se qué. Me acerque, y lo encontré a zayn. -hola, ____, ¿no?- dijo poniéndose de puntillas para ver lo que había ahí. Esta vez estaba con anteojos. No sé si los usa porque los necesita, o porque le quedan muy bien. -sí, esa soy yo.-dije poniéndome de puntitas también. Estábamos justo al frente de la puerta principal del colegio. Por el pasillo logro distinguir a un rubio que se acercaba a la salida. Escuche una ambulancia, y me di cuenta de que lo que todos estaban viendo era algo serio. Salieron con una camilla y se introdujeron entre toda la multitud. Cuando sacaron la camilla, no pude distinguir quién era, ya que me tapaba la gente que se corría. Volví a ver a niall, y lo vi empezar a correr hacia donde estaba yo. Me entusiasmé pensando que venía conmigo, entonces, paso por al lado mío y me esquivo. Me desilusione. Lo seguí con la vista y vi, que se había puesto a llorar, ¿Por qué? Ahí es donde la distingo a sol. Zayn se había paralizado y se había puesto pálido. El director robin, estaba al lado de la camilla junto con niall. -necesito a 2 personas más para que lo acompañen a niall, elegí vos que sos el hermano. - le dijo a niall. -¡¡ZAYN!! ¡Veni!-dijo niall llorando. -¿podría venir ____?, se hicieron amigas últimamente.-dijo zayn. - si, por supuesto. ¡¡Vamos!!- dijo niall subiéndose con sol a la ambulancia. En todo el viaje, no se escuchaba nada más que la respiración agitada de niall, ya que se había calmado un poco. Cuando llegamos, la acompañamos a sol a su cuartito. -no entiendo nada de lo que pasa-dije confusa. -sol, tiene… una enfermedad “mental”. Cuando alguien la empuja o la golpea ella no sabe utilizar los brazos para defenderse, o sea, cada vez que se cae al piso se golpea la cabeza o el cuerpo porque, su cerebro por alguna razón no hace que reaccionen sus brazos en defensa de la caída.- dijo zayn sentado al lado de niall. -desde chiquitos que venimos al hospital, más o menos, todos los días, ya que jugábamos y ella se caía.-dijo niall refregándose los ojos- hace más de cuatro años que no le pasaba más.- dijo esta vez empezando a llorar. - buenos días.-dijo el médico entrando al cuarto mientras no despegaba los ojos de la planilla.- paciente… ¿horan?-dijo el médico con cara de sorprendido, mirándolo fijo a niall.- no lo puedo creer, solamente, no lo puedo creer. En serio pensé que lo había superado.-dijo acercándose a niall, para luego saludarlo. -yo tampoco lo puedo creer.- dijo niall secándose las lágrimas. -hola zayn, y hola…- -¡____!.-dijo niall.- es su nueva amiga.- -¡ah!... hola ____, yo conocía a zayn, porque viene desde chiquito a acompañarla a sol.- dijo el médico. Cuando me dijo eso, me di cuenta de que zayn es realmente un verdadero amigo para sol. -mucho gusto.- dije estrechándole la mano. -bueno, mañana ya va a estar bien. Lo lamento ____, pero se tienen que ir.-dijo señalándome la puerta. -sí, perdone.- dije acercándome a la puerta. Cuando llegue y estaba por salir, me di cuenta de que los chicos no me seguían. -¿ustedes no vienen?- dije mirando como ambos se volvían a sentar. -no ____, nosotros nos podemos quedar.-dijo niall. Entendía que niall se pudiera quedar, es el hermano, pero zayn… no lo llegaba a entender. -¿y zayn?- dije medio celosa de que, él sí, se pudiera quedar. -Él también.- dijo niall.- después te explico.- dijo con una sonrisa falsa, ya que estaba preocupado por su hermana. -está bien- dije yéndome del cuarto. Llegue a mi casa y eran como… las doce del mediodía. Si que era temprano. Entonces me di cuenta de que tenía todo el día para preparar las cosas para mi hermano. Había pensado en hacer una fiesta sorpresa. Agarre la agenda y llame a todos mis familiares. Después fui al shopping para comprar y me encontré con… Lucio…tan hermoso como siempre. El era mi platónico de mi antigua escuela. Mientras él estaba en sexto año, yo estaba en quinto. Siempre me gusto, pero un día, lo vi con otra chica, mientras que conmigo tenia…algo, y me desilusioné. Igual termine siendo muy buena amiga suya y a mí me dejo de gustar. Ayudo mucho que él terminara el colegio. Cuando me entere, me puse triste, pero, en las vacaciones, me entere que iba a empezar a trabajar en el colegio y me alegre, pero, como siempre, mi mala suerte apareció con la noticia de que mi mama y yo nos teníamos que mudar por cuestiones de su trabajo y por eso ahora estoy en Mcgiber. Trate de esconderme entre las góndolas del supermercado, y cuando pensé que lo había perdido, siento que choco contra una columna dura y ¿cálida? Me doy vuelta y lo vi a él, esa perfección, que aunque trate de olvidarme lo que sentía por él, en ese momento no pude. -¿de quién te escondes?- me dijo con cara de triunfo. -¿qué? ¿Yo? ¿Esconderme? Pfff por favor.- dije rápido -siiii como digas. Bueno, ¿Qué haces por acá?- -ehhh, no. La pregunta es. ¿Qué haces VOS acá?-dije destacando la palabra vos. -bueno, ¿te acordas que… cuando termine el colegio, después de las vacaciones, iba a empezar a trabajar como profesor de gimnasia?-dijo. Me parecía medio obvio, porque él era malo en casi todas las materias, excepto en una en la que era casi perfecto…gimnasia. -si.- dije contestando a su pregunta. -bueno, ahora me pasaron a un colegio nuevo, ya que vino el profesor que estaba antes. Y me recomendaron a otro colegio en el que me aceptaron y ahora trabajo ahí. -¿a si?, y… ¿Cuál es?- dije con cara picara. -el Mcgiber.- -¿QUÉ?... ¿ES UN CHISTE O QUÉ?- dije agitada, pero, con una sonrisita chiquita en la cara. -no, boba. En serio.- dijo con esa sonrisa que…me mata. Cuando vi esa sonrisa sin aparatos, me acorde cuando él solía usarlos y me acorde de…niall. ¿Por qué? Yo no tengo que pensar en niall. Él es un amigo que ni conozco. Es más, ni siquiera es mi amigo, es el hermano de mi amiga. -Hola, ¿estás ahí?- me dijo moviendo la mano al frente de mis ojos para que volviera a la realidad. -sí, sí. Perdón, me quede pensando en…algo.- -¿Por qué preguntabas si era cierto?-dijo él. -mira, da la casualidad de que… ¿viste que me cambie de colegio?- le pregunte  inquisitivamente. -si… cuando fui a la primera clase de gimnasia y no te vi, me desilusioné- dijo mirando al piso. ¿Qué?... ¿Por qué hizo eso? -¿Cómo? No entendí-dije frunciendo el ceño. -Claro, cuando entre al colegio como profesor de gimnasia…no es necesario destacar que estaba muy ansioso… espere encontrarte en el gimnasio con los demás y no estabas. A la tarde, fui con la directora para darle el temario, y aproveche para preguntarle las personas que se habían ido de la escuela. Te juro que cuando te nombro empalidecí…no lo podía creer. Vos siempre dijiste que te ibas a quedar en el mismo colegio hasta terminarlo, porque no te gusta mucho hacer amigos nuevos-. Dijo mirando a sus dedos entrelazados. NO LO PUEDO CREER. Lucio Gena nervioso, mejor dicho, sonrojado. Wow.   -¿En serio?- le dije enternecida por lo que había dicho. Él asintió con la cabeza lentamente. -Bueeeenooo… seguís sin contestarme la pregunta- me dijo levantando una ceja hacia mí. -Así, perdón.- dije rápidamente- bueno, me cambie de colegio, y da la casualidad que me cambia al…- hice una larga y agonizante pausa para los dos. Para él, porque quiere saber qué colegio, y para mí, porque quiero ver su reacción al saber que nos vamos a ver en el colegio. -¿y?-dijo sacándome de mis pensamientos -al Mcgiber.- dije rápido y todo junto. Su cara era de sorpresa, pero tenía una sonrisa, una sonrisa de felicidad. -¿Qué? ¿En serio?- dijo el agitando las manos. Y ahí está el verdadero lucio, un chico entusiasta, alegre, y no como se muestra todos los días, el chico malo y líder de la bandita de los rudos del colegio. Tengo la suerte de conocer a los “diferentes lucios” y poder elegir cuál es el mejor. Obviamente el chico alegre es el mejor para mí. Creo que soy una de los únicos que puede sacar a ese lucio al exterior. -si, en serio. Vas a ser mi profesor. Espera un segundo, eso no esta tan bueno. Dios no, no quiero.- dije actuando como si estuviera horrorizada -jeje, ¡sí!- dijo envolviendo sus manos maliciosamente.- te voy a tener cortita ____, vas a tener todos 2 y 3 en el boletín.- y luego de ver mi cara de asustada destaco: -Mentira, ____, no lo voy a hacer. Tranquila.- sonrió. -Bueno. Me tengo que ir para organizar algo en mi casa. Nos vemos…el jueves, creo, creo que ese día tengo gimnasia.- le dije tratando de esquivarlo, pero como siempre se corrió en el mismo sentido que yo, se interpuso en mi camino, y no me dejo pasar. -¿Qué organizas en tu casa?, yo estoy desocupado todo el día, te puedo ir a ayudar si queres.- Me dijo. Y…me puse a pensar y, me sería mucho más fácil si hay otra persona ayudándome y le dije que sí.   Estábamos haciendo la fila de la caja del súper. -serian… $45.50 ¿quieren bolsa?- pregunto la chica de la caja. Estaba a punto de sacar la plata de la billetera cuando veo que lucio le paga, mientras que le dice que si, y agarra las bolsitas para guardar las cosas. -no era necesario.- le dije seria y ayudándolo a guardar las cosas. -soy un caballero, ____ .Si es necesario.- dijo. Me sonroje. Aunque se junte con todos los chicos malos del colegio, siempre fue un caballero con todas las chicas. Ahora que me lo pongo a pensar, siempre fue mucho más caballeroso…conmigo. Wow. ¿Qué significa eso? Salimos del supermercado, y nos fuimos al estacionamiento. ¿Qué mier*da? ¿Desde cuándo tiene ese auto? Era una camioneta grande, blanca y espaciosa. Realmente linda. -¿y ese auto?- le digo asombrada por su elección, muy buena obviamente. Me mira sonriendo irónicamente con una ceja levantada. -Regalo de mis padres por empezar a trabajar.- dijo sacando las llaves del auto, para tocar un botoncito y que los seguros del auto se saquen. Claro, ¿Cómo no lo pensé?, sus papas son casi ricos. Pero por suerte ni él, ni ningunos de sus primos o familiares se burla de los demás por ello. No le prestan mucho interés al dinero, son como una GRAN familia normal. Entro al auto, y siento ese aroma, aroma a lucio de fiesta. Salió a bailar de seguro, porque usa ese perfume cada vez que sale a bailar o sale con amigos. Llegamos a mi casa. Estoy a punto de abrir mi puerta para salir, cuando sale disparado del otro lado del auto para abrirme la puerta. -Caballero, ¿recuerdas?-dice mientras me ayuda a salir del auto. Saco las llaves de mi bolsillo, y entramos a mi casa.

Tardamos dos horas en poner: guirnaldas, globos, estrellitas de colores, y todo lo necesario para hacer una fiesta acogedora y agradable en casa.   Me di cuenta que, sin una torta, no hay fiesta y le pregunte a lucio si me ayudaba a preparar una.   -lucio ¿me ayudarías a preparar una torta?- le dije con cara tierna. -si, por supuesto.- dijo y empezó a caminar hasta la cocina. Lo seguí. Saque las cosas de la heladera, los recipientes, puse manteca en el microondas para que se derrita más rápido y prendí el horno. Agarre un bol, coloque los ingredientes necesarios y comencé a batir la mezcla. Luego de batir durante aproximadamente 5 minutos, siento… unas manos rodear mi cintura. Dios, me pongo tensa, y una barbilla se apoya en mi hombro izquierdo. Decido no prestarle atención y sigo batiendo. Él comienza a besar mi hombro, luego sube por mi cuello hasta llegar por debajo de mi barbilla. Un poco cansada, suelto la cuchara y dejo de batir. Me doy vuelta y encaro a lucio. Sin alejar sus manos de mi cintura, me mira sonriendo. -¿Qué haces?- le dije frunciendo el ceño. -Te extraño ____, mucho.- me dijo -No, no lucio. Ya sabes lo que paso entre nosotros, no lo quiero revivir. Por favor, déjame salir.- dije intentando salirme de sus brazos fuertes y musculosos. -No, ____, por favor. Te necesito. No sabes cuánto te extrañe todo el tiempo que estuvimos separados desde que paso lo que paso con Eugenia...- dijo medio melancólico. -Bueno no lucio, eso me hiso muy mal. Me sentía muy mal y no querida.- dije. Él frunció el ceño- Y el único que me pudo ayudar en ese momento fue Louis.-dije. A Louis lo conozco desde que tengo memoria. Su mamá es la mejor amiga de mi mamá. Fue, es, y será, mi mejor amigo. Crecimos juntos, fuimos siempre a la misma escuela, íbamos al mismo salón y nos sentábamos juntos, hacíamos todo juntos. El siempre fue mi mejor amigo. Su casa estaba al lado de la mía y la ventana de nuestros cuartos daba justo al frente, así que nos veíamos todos los días. Siempre nos ayudábamos mutuamente en todo lo que necesitábamos y estábamos ahí para el otro. -¿te hacía sentir no querida?- pregunto él. - y si, ¿Quién quiere que alguien lo “engañe” estando en “algo” con esa persona?-dije haciendo comillas con las manos. Lucio puso una cara de “mi amor, pobrecita. ¿Yo te hice sentir así?”. Lo decía todo con la mirada. Puso una mano en mi mejilla y empezó a acercarse hacia mí. No sé por qué, pero yo no me corrí. Creo que me quede paralizada al ver su cara de ¿sufrimiento?, no lo sé. Estaba a punto de rozar sus labios con los míos, cuando suena la alarma del microondas. ¡Claro! La manteca. Me separo de él, abro el microondas y empiezo a cocinar de nuevo. Gracias a dios, ¿verdaderamente quería darle ese beso? Puede ser. Antes lucio me gustaba, pero desde que lo encontré en el baile, besando a esa tal, Eugenia, no siento lo mismo por él. Lucio suspiro, y se sentó en la islita que hay en la mitad de la cocina, en uno de los banquitos altos que hay ahí. Luego de aproximadamente media hora termino el biscocho de la torta y saco crema y vainilla de la heladera para cubrir el biscocho. Ese es el sabor que más le gusta a mi hermano. Luego de terminar la torta la guarde en la heladera, y me dirigí hacia el living para revisar que este todo en su lugar y en orden como lo había planeado Al terminar de preparar todo para la fiesta (bebidas, vasos, decoración, TORTA, etc.) Eran las 16:35 de la tarde y, para la fiesta, no teníamos nada más que hacer. Decidí llamar nuevamente a todos los invitados para verificar que vengan a la fiesta. Llamé a: .Mis tíos: Taylor y Lila. .Mis primos: Juan, Nicolás, Joaquín, y Leila. .Mis abuelos: Susana y Blas. .Algunos de mis amigos del colegio anterior: Sebastián, Guadalupe, Marta, Agustina, Zaira, Eugenia (otra Eugenia, no la que se beso a lucio), Nicolás, Sean, José, Micaela, Facundo, Daniel y Daniela (son mellizos jeje) y por ultimo obviamente Louis. .Algún que otro amigo de mi hermano: Matías, Linda, Lola, Patricio y Roberto. .Y otros: Julieta, Victoria, Rocío, Luciana, Iván, Alexis, Agustín, Brenda, Bruno, Orne y Martin. (Algunos son amigos/as de mi mamá, y otros son amigos compartidos entre mi hermano y yo.) Cerré la agenda y fui con Lucio, que se había tirado en el sillón a ver tele. Mire el reloj y eran ¡¡18:55!! Dios, se me fue volando la hora. Claro, algunos familiares se asombraron con la noticia, mis amigos y los amigos de mi hermano también. Pero lo que más me dolió fue decirles a mi abuelo y a mi abuela la noticia. Los dos lloraron y me rompieron el corazón. No me asombre cuando mi abuela empezó a llorar, pero mi abuelo… eso, eso… me rompió, quebré, y empecé a llorar con ellos. Fue todo muy doloroso, pero al final todos vienen a verlo a él. Me senté cansada, al lado de lucio y mire la tele hasta que vi todo negro.

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Así, por siempre. ~Niall y tu~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora