- Elian, que vas a llegar tarde al instituto - Grito Rycardo desde la cocina.
- Ya voy, no metas prisa hombre - Dije mientras agarraba dos tostadas, los desayunos de Rycardo eran los mejores, simples pero los mejores.
Habían pasado ya dos semanas desde el encuentro con Uriel, todo iba mejor, había hecho amigos y Denisse y yo cada día nos llevábamos mejor, hasta con Brad había empezado a tener una gran relación de amigos, podría decirse que somos mejores amigos. Rycardo me enseñaba artes marciales, había comprado un saco de boxeo. Hizo un horario para entrenamiento y estudios.
- Bueno me voy ya Rycardo, como no me quieres aquí - Dije con voz dramática mientras iba saliendo por la puerta.
- Que tonto eres - Me dijo con una sonrisa forzada mientras me empujaba hacia afuera. Note que algo le pasaba.
- ¿Te pasa algo? - le pregunte.
- Que va, no me pasa nada, estoy cansado eso es todo. No te preocupes y vete ya que llegaras tarde.
No le creí pero sabia que era imposible que me lo dijera. Al llegar al instituto me encontré con Brad que me saludo con uno de sus chistes malos. Había notado que Uriel había tenido razón con respecto a Theo, empezó a decir que yo era un monstruo que le había quemado pero nadie le creía, pensaron que sufrió un golpe en la cabeza, Theo en varias ocasiones vino a mi para que dijera la verdad pero me hice el loco.
- ¿Sabes que le paso a Denisse?- Me pregunto Brad con cierto tono de preocupación.
- No, ¿le ha pasado algo?
- Bueno, me la vi antes, se iba, no me quiso decir mas.
Estaba mal Denisse por algo y me angustiaba el no poder estar con ella ayudándola, estaba preocupado pero dudaba que se hubiera ido a su casa, creo que ya sabia exactamente en donde se encontraba.
Detrás del instituto en aquel jardín inmenso tumbada entre las flores estaba ella, no se veía feliz, reflejaba dolor, se veía triste y como si hubiera llorado. Me acerque a ella, se percato de mi presencia, me senté a su lado, al mirarme me enseño su mejor sonrisa a la que le correspondí.
- ¿No es curioso? - Comenzó a hablar - En un momento de tu vida piensas que todo es perfecto, que nada puede salir mal, que eres feliz y de repente todo cambia, no confías en nadie, porque si lo haces, te acaban fastidiando - Me miro por unos segundos y procedió a decir - He roto con mi novio - agacho la cabeza y no pude evitar forzar una sonrisa, estaba contento, mal por ella pero no podía ocultar esta felicidad, pero aun así lo hice, por ella.
- ¿Que ha pasado? - termine diciendo
- Me ha engañado, ¿como pude ser tan idiota?
- No eres idiota, no te merece, nadie debería hacer sufrir a una chica como tu, si lo hace es que es un capullo
- Gracias, eres un buen chico - esbozo una suave sonrisa antes de levantarse - Deberíamos ir a comer, necesitaba tomar aire y sentirme bien, tu me has echo sonreír y pensaba que nadie podría, no podía ir a clase y verle la cara.
- No tienes que agradecer nada.
Ambos nos fuimos a la cafetería en silencio, supongo que ya no teníamos una conversación estable, lo que necesitaba era olvidar a ese granuja infiel. Nos sentamos en la penúltima mesa, me había pedido un bocadillo de tortilla y un café mientras Denisse tan solo pidió el café. Antes de agarrar el bocadillo y dar mi primer bocado me percate de unos hombres que lucían muy extraños en la puerta y que justamente sus miradas encontraron la mía. Algo en mi interior hizo que me agachara por debajo de la mesa, parecia que estaba haciendo un poco el idiota, aquí me podrían ver y estaba llamando mucho la atención pero al asomarme un poco, Denisse me miraba con extrañes, a parte de ella nadie mas se había dado cuenta de lo que estaba haciendo y ya los hombres de la puerta no estaban. Salí asustado de debajo de la mesa y me volví a sentar, Denisse dejo el café y me pregunto un pelin molesta.
- ¿Que estas haciendo?
- Nada, pensaba que se me había caído algo, ¿sabes?, la sensación de que algo se te ha caído y vas a comprobarlo
- Eres muy raro
Sabia que me estaba comportando de una manera que no era normal pero si supiera lo que me esta pasando lo entendería, eso creo.
Ya tocaba la ultima clase, historia, buena asignatura para echarme una siesta, andaba algo cansado y no era mi asignatura favorita así que perfecto, Denisse quiso sentarse a mi lado, lo que me sorprendió y alegro.
- ¿Sabes?, hoy veremos un vídeo sobre la edad media - Me dijo Denise con una sonrisa, historia era una de su asignatura favorita así que no podría establecer una conversación con ella mientras estábamos en clase así que decidí colocar mi mochila en la mesa y pegar una cabeza dita, puse mi rostro en dirección a la ventana en vez de al profesor.
La siesta no me duro mucho cuando las luces se encendieron rápidamente, fue apagarse y encenderse, alguien había llamado a la puerta, no me apetecía mirar quien era, escuchaba porque no tenia mas remedio pero para nada me apetecía mover mi rostro con lo agustito que yo estaba.
- ¿Que se les ofrece? - Mi profesor pregunto
- Estoy buscando a unos jóvenes, se han escapado de casa y estoy algo preocupado
- ¿y están aquí?
- Si, estoy seguro ya que se les ha visto a uno en el almuerzo, ¿importara si echamos un viztaso?
- Claro
Todo esto me resulto muy curioso así que eche un vistazo rápido y me percate de quien era, no puede ser, la persona de la que tanto estaba huyendo, la persona que tanto odio podía yo tener ahora mismo estaba frente a mi.
- ¿Te pasa algo? - Me pregunto Denisse preocupada ya que me vio sudando
Mierda, los calores otra vez, la rabia, me gustaría tranquilizarme ahora mismo pero no estaba bien
- Necesito que me ayudes, esa persona no me puede ver aquí
- ¿De que me estas hablando?
- Es mi padre, ya te explicare
- ¿Eres tu el chico al que esta buscando?
- No te lo puedo explicar todo ahora, ¿me vas ayudar?
Ella asintió y yo volví hacer lo mismo que en la cafetería, solo que algo distinto ocurría, me agache y puse mis manos en el suelo para mantener el equilibrio, lo que no podía remediar es que estaba quemando el suelo, "mierda" me susurre. Mire por debajo de las mesas, estaban revisando todas las mesas y se estaban acercando a mi, iban por la izquierda hacia la derecha, ¿que podía hacer?
- Oye, huele a quemado - me susurro Denisse
- lo se, haz algo - estaba desesperado
Ya están cerca, ya están ahí, frente a mi mesa, miraban a Denisse
- ¿Puede levantarse señorita?
Era la voz grave de mi padre, como lo detestaba ahora mismo, me percate de un hombre que estaba apoyado en la pared que estaba al final del aula, iba a fumar un cigarro, estaba apunto de encender el mechero, lo mire fijamente, al encenderlo, pensé en como seria si ardiera, en crear una llama tan grande que podría llegar a tocar el techo y así lo hice, fue un pensamiento tan real que lo convertí en fuego. El grito desolador del hombre llamo la atención de todos los del aula, gritaba que se había quemado la mano, los que acompañaban a mi padre fueron detrás del hombre, pero mi padre se quedo petrificado mirando una mesa en concreto, una mesa que sospechaba de donde provenía el accidente del hombre, la mesa de donde prevenía un olor a quemado, la mía.