Hermano Homofobico *Frededdy* (FNAFHS)

2

 Luego de un largo día de escuela, Freddy volvió a su casa devastado. Tenía varios moretones nuevos y un ojo morado. Pero incluso luego de esto, se sentía feliz, ya que vería a su hermano y eso era todo lo que le importaba. 

 Caminaba con dificultad, y se estaba cansando mucho (no tenía fuerzas ya que no almorzó, unos chicos en la cafetería robaron su dinero para comida). Sacó las llaves de su mochila y abrió la puerta. 

 Y entonces, oyó algo que hizo que llorara de nuevo. Desde el cuarto de arriba se podían escuchar gemidos, y podía reconocer la voz de Bonbon y de Fred. Dejó caer su mochila al piso mientras lagrimas caían de su cara. 

 Ya no podía ir a su cuarto, ya que era compartido con el de pelo negro, así que se dirigió a la sala de estar y allí lloró sin que nadie lo oyera. 

 Luego de algunos minutos, los gemidos pararon y escuchó la puerta de su cuarto abrirse, seguido de BonBon bajando las escaleras mientras se despedía de Fred y se refería a él como "su pareja".  Abrió la puerta y se fue, mientras Freddy la miraba con tristeza y con algo de envidia. Cuando Fred bajó las escaleras y lo encontró llorando, se dedicó a hacerlo sentir aún peor.

- ¿Qué carajo haces aquí tan temprano?

- Y-yo

-  ¿Dónde está mi merienda?- lo interrumpió

- Oh, l-lo siento, n-no lo recordé

- ¡Nunca te acuerdas de nada! ¡Eres un imbécil! Ohhhh, ¿Estás llorando? ¡Marica! 

 Lo que siguió fue una serie de golpes al castaño. Luego de un rato, Fred paró y lo miró con odio.

- Levántate ahora mismo y hazme la merienda.

 Freddy se levantó como pudo y fue tambaleándose a la cocina. Preparó la merienda de Fred y tomó una manzana para él. Se la llevó y estaba por dirigirse a su cuarto, pero su hermano lo tomó del cuello de la camisa.

-¿Te di permiso para comer?

- P-pues no

-¡¿Entonces qué carajos haces?!- le quitó la manzana de la mano y la lanzó al piso.

 Entonces, se escuchó el timbre, indicando que su madre había llegado. Fred soltó a Freddy y fue a saludarla. Siempre que su madre estaba presente el pelinegro se comportaba como el niño más bueno del mundo, y hacía quedar mal al castaño, diciendo mentiras sobre él. Luego de que su madre elogiara al mayor, mandó al otro a su cuarto, ya que Fred le había dicho que éste le pegó.

 El más bajo subió las escaleras con mucho esfuerzo y al llegar se recostó en la cama de su hermano, abrazando su almohada, no le importaba que él le diera una golpiza luego. Las lágrimas brotaron de sus ojos y se durmió.