Capítulo 3

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Ella me había dejado solo en aquella blanca habitación, totalmente atónito. Sus últimas palabras antes de salir retumbaban en mi mente como si de un eco se tratase.

"Por cierto anoche casi terminas propasándote conmigo y me decías que tenía un buen trasero"

Dirigí mis manos hacia mi cansado rostro y un dolor punzante apareció en mi cabeza, maldición no volvería a beber de aquella manera. Vamos Connor no seas pesimista por lo menos mira el lado positivo de esta situación y fue que una amable mujer se apiado de un ebrio como tú y te llevo a su apartamento.

1,2,3. Mi mente hizo click en ese instante, era cierto me encontraba en su hogar.

Examine detalladamente aquella habitación en la que me encontraba, era un poco espaciosa y la luz entraba tenuemente por la ventana estilo francesa, a un lado de la habitación se encontraba un gran armario color caoba. A simple vista parecía un sitio decente y ¿cálido?

—Briana Rowling—sin pensarlo de mis labios salió aquel nombre.

Era una mujer un tanto extraña pero en el buen sentido. Me aproxime a pasos pesados hacia el armario, ella había dicho que podía usar la ropa de su hermano, dirigí mi mis manos hacia las puertas y lo abrí.

En aquel armario se hallaban demasiadas camisas, pantalones jeans y suéteres.

Vaya parece que su hermano es un tipo un tanto informal.

Deje escapar un suspiro y tome cualquier cosa que me pareciera decente con tal después regresaría a mi hogar a cambiarme y descansar un poco, la verdad no tenía demasiados ánimos como para irme a trabajar así que no lo haré.

Había tomado una pequeña pero tranquila ducha y me dirigía hacia lo que creo que era la cocina ya que solamente seguía el delicioso aroma que impregnaba el aire de todo el lugar. Me detuve en seco al escucharla cantar y bailar mientras terminaba de servir el desayuno, ella estaba completamente absorta en su rutina matutina que no pude evitar esbozar una sonrisa, efectivamente, es una mujer un tanto peculiar tanto de personalidad como a la hora de vestirse. Ella empezó se giro mientras mantenía los ojos cerrados y sostenía varios platos, danzaba al compás de su canción, hipnotizaba a quien la viera de esta manera, era una mujer cautivadora. Cerré mis ojos para así poder relajarme con la canción que tarareaba.

— ¿Te gustó la canción? —su voz me saco de la ensoñación en la que me encontraba.

—Sí, tienes una bellísima voz—le dije con una sonrisa sincera mientras nuestras miradas se cruzaban.

— ¿Desea bailar conmigo, señor?

Ella hizo una pequeña reverencia mientras una sonrisa adornaba sus labios, algo en ella te hacia corresponderle cada sonrisa que te dedicaba, hice una reverencia y bese su mano delicadamente, mi otra mano se deslizo ágilmente hasta su cintura, podía escuchar su corazón palpitar con fuerza.

Empezamos a bailar al son de una canción imaginaria pero teníamos cierta conexión que hacía que nuestros pasos no se vieran perjudicados, parecíamos estar completamente conectados de alguna u otra manera, podría sonar loco para alguien que escuchase mis pensamientos pero así era.

—Entonces eres una mujer de armas tomar—no pude evitar reírme al escuchar sus historias un tanto alocadas.

— ¡Claro que no! Soy bastante inocente la verdad, aunque siempre termino haciéndole la vida imposible a mi hermano y a su esposa—su risa era angelical.

—No puedo creerlo enserio, ¿cómo pudiste lanzarle un cubo de pintura a tu hermano? Encima desde el segundo piso—de tan solo imaginarme al hermano de Briana asistiendo al trabajo con el cabello teñido de verde me hacía bastante gracia, aunque en el fondo siento un poco de pena por el pobre hombre.

—No fue mi culpa, simplemente la cuerda que sostenía el cubo no fue lo suficientemente resistente y pues...—ella se empezó a reír mucho más fuerte en esta ocasión y sin poder evitarlo su risa me contagio incluso a mí.

Me estoy dando cuenta de que ella es una mujer que disfruta la vida en cierto modo, parece que todas sus preocupaciones pasan a segundo plano. En cambio en mi vida todo siempre ha sido un desastre desde que ella se fue de mi vida.

En cierto modo ella era mi motor, la que impulsaba todos mis planes y mis proyectos en la vida. Cuando me la arrebataron todo se volvió tan oscuro y monótono en mi vida, pocas cosas realmente me interesaban, simplemente esas cosas se redujeron a trabajar, a mi hermana, a mis sobrinos y a nada más.

Creo que esas pocas cosas son lo único que actualmente me mantienen con vida.

La examine con la mirada cosa de la cual ella se dio cuenta y podía ver en su mirada confusión. Le sonreí débilmente, creo que ya es hora de que me marche a casa, no puedo seguir aprovechándome de su amabilidad. Me levante y tomé los platos que anteriormente estaban llenos de pancakes, tocino y pollo.

— ¿A dónde piensas que vas con esos platos? —me detuvo y me miro ¿molesta?

—Bueno quería ayudarte a lavarlos después de todo fuiste demasiado amable en brindar...—no pude terminar de completar la frase ya que ella poso uno de sus finos y fríos dedos sobre mis labios.

—Eres mi invitado y no puedo permitir que mi invitado vaya a lavar los trastes, no me sentiría bien si lo haces—ella me miro y me guiño un ojo mientras me arrebataba de las manos los trastes.

—Pero...

—Sin peros, ya te lo dije eres mi preciado invitado y no puedo permitir que hagas algo, después de todo igual me siento feliz de tener a alguien en casa—esto último lo dijo demasiado bajo pero alcance a escucharla.

Ella se dirigió a la cocina y empezó a lavar los trastes silenciosamente, algo en mi interior sentía que había metido la pata en el fondo simplemente por querer hacer una buena acción.

La mire detenidamente, cada uno de sus gestos y acciones, en el fondo tal vez ella ¿tenía un problema?

RIIIIN, RIIIIN, RIIIIN.

Saque mi móvil del bolsillo y atendí la llamada.

—Aquí Connor.

—Maldita sea hermanito ¿en dónde rayos te has metido? Te estuve llamando y ni siquiera contestabas mis llamadas, me tenias completamente preocupada, eres un completo insensible—Camila gritaba a todo pulmón.

Aleje un poco mi móvil del oído, estaba completamente seguro que si seguía manteniéndolo en la anterior posición quedaría completamente sordo por sus gritos.

Deje escapar un suspiro de cansancio.

— ¿Me estas escuchando, Connor?

—Sí, Camila, te estoy escuchando, no tienes porque gritar de esa manera.

Briana se quito el delantal y me dirigió una sonrisa mientras señalaba que ella iba a ir a su habitación. Yo asentí y mis ojos la siguieron hasta que desapareció de mi vista.

—Ven a casa, por favor, Connor, tienes que venir a casa a pasarla en familia—su voz estaba cargada de súplica.

Trague saliva, no es que no me gustara la idea pero cada vez que me encontraba en familia, sentía que mi mundo se venía abajo, porque en el fondo lo sabía, que yo podría haber formado mi propia familia con ella. Pero el mundo es tan cruel que decidió separarnos.

No puedo evitar sentirme culpable por lo que sucedió, tal vez si yo no hubiese ido, solamente si no la hubiese dejado sola, tal vez ella ahora mismo estaría a mi lado.

—¡DÉJAME EN PAZ, MALDITA SEA! —los gritos de Briana empezaron a inundar toda la casa.

Me levante alarmado y corrí hasta la habitación de donde provenían sus gritos.

—¿Connor, de quien es esa voz? ¿qué está pasando? —Camila se empezó a alarmar por los gritos de Briana.

—Después te marco, hermanita—antes de que ella pudiese reclamarme algo le colgué la llamada.

Mis manos formaron un suave puño y toque su puerta débilmente, no sabía lo que le estaba ocurriendo.

— ¿Briana, estas bien?

Nadie respondía en el interior de esa habitación y un escalofrío recorrió mi espalda, algo no olía bien.


Between darkness and lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora