Remembranzas

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  Elisabeth repasa una y otra vez sus recuerdos, tratando de entender en qué momento sus sentimientos cambiaron. No logra entenderlo, sólo sabe que es imposible cambiarlos ahora, por más que quiera. Esta enamorada, para su desesperación y frustración. Ella sabe que es incorrecto, una completa tontería, pero no puede hacer nada contra eso. Su corazón late con fuerza cada que está a su lado, y se pone nerviosa con su compañía, convirtiéndose en alguien torpe. Trata de evitarlo, de alejarse de su lado para borrar esas sensaciones, pero todo eso se queda en un intento. Quiere estar con él el mayor tiempo posible, que cada vez se hace menos debido a sus obligaciones. Y pese a que se alegra al verlo, no puede evitar sentirse culpable. El es su hermano pequeño, siempre lo ha visto así, crecieron juntos, Betty lo cuidó cada día desde hace más de 8 años, cuando él perdió a sus padres. Siempre habían sido muy unidos, pese a la diferencia de edad, pero Betty no podía comprender como se había terminado enamorando de él !Se llevaban 10 años! Él era apenas un adolescente de 14 años, y ella estaba terminando sus estudios. Hubiera vivido bastante bien engañada si no fuera por que Ash tenía una gran atracción con sus compañeras, cosa que terminaba poniéndola celosa. Ella, Elisabeth Blantorche, celosa por unas chiquillas de 15 años. Eso era bastante malo. Betty suspira con frustración al recordarlo. Esas chiquillas no se comparaban a ella, Betty era mucho mejor que ellas. Niega una vez, regañándose mentalmente. Ellas eran de su edad, y seguramente le brindarían un amor inocente de adolescente, como debía ser. Ash era alegre, divertido y ella por otra parte tendía que ser sería, reservada. Sólo cuando no se tratara de Ash, claro está, aunque al final sería mala influencia para el. Lo piensa una vez más, tal vez el viaje de negocios sea lo que necesita para alejarse de todo aquello. Aunque le duela, será lo mejor para los dos. Muerde con fuerza su labio y aprieta sus puños al ver a Ash platicando felizmente con una muchacha rubia. Debe dejarlo ser feliz, se lo merece. Betty golpea la pared antes de darse la vuelta y dirigirse a su cuarto. Antes que sea débil y cambie de opinión.  

Recuerdos de nuestra historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora