Capítulo 3

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Estaba en mi litera vistiéndome, Hansen se estaba poniendo sus zapatos, Miller estaba en su litera con su máquina que la ayudaba a respirar, y Evans, ella solo estaba durmiendo. El oficial Mahone, quien toda la cárcel odiaba, paseaba por los pasillos hasta que se paró en la puerta de mi habitación. Al ver que me vestía, se quedó parado fuera mientras que sus ojos me desnudaban. Me sentí incomoda, lo miré con mi peor cara y terminé de vestirme. Él solo siguió su camino.

—¿Siempre nos mira así? —pregunté.

—¿El Mojón? —preguntó Hansen. —Si, olvidé de decirlo, así le dicen aqui y  vas a tener que cambiarte las bragas, Camila. Esa basura va a empezar a apestar —dijo al verme con el único par de bragas que tenia sobre mis manos.

"Hernández, Issartel y Díaz, repito, Hernández, Issartel y Díaz, Vayan a alistarse, les asignaran sus habitaciones.'' —se escuchó por el altavoz.

—Al fin... —dijo Díaz entrando a la habitación.

—¿Ya las asignaran? Esto es una mierda. Hice lo peor y me mandaron a aislamiento, ¿Cuánto vamos a quedarnos aquí? —dijo Hansen.

—Si tú ya estas hace tiempo, ¿Por qué no te asignan a ti? —le preguntó Díaz a Hansen.

—No lo sé, pero sé que a ti te asignaran con tu madre y las Latinas —le respondió—. Y a ti... —me miró—. A ti te van a meter en los suburbios con la otra gente blanca.

—Yo también soy de descendencia Latina... —sonreí mirándola—. ¿Cómo escogen a tu compañera de cuarto? —pregunté.

—¿Por qué? ¿Temes acabar con tu novia rockera de ojos esmeralda?. —me quedé observándola. Díaz y Miller comenzaron a reír.

**************

—Perra, no te coles, hay fila. —me dijo una chica en el baño.

—Ve al baño, pequeña. —escuché una voz detrás mío. Era Kristen—. Espero que esté caliente el agua —dijo ella dirigiéndose a las duchas. Stewart era una chica un par de años mayor que yo, tez blanca, pelo corto y de seguro con el último corte de moda, ojos claros y de mi estatura. Era muy guapa ahora que me permitía observarla. No es que ande mirando chicas todo el tiempo.

Luego de ducharme fui a donde nos tendrían que pasar nuestros uniformes.

—Hora de quitarte este naranja, Mila —dijo Hansen retirando su uniforme beige—. Ahora eres una de nosotras. —Una de nosotras —volvió a repetir Kordei, que estaba en la otra fila. Dinah solo fue detrás de ella y se besaron. Me quedé mirándolas y avancé en la fila. Me quedé congelada. Tenía a Lauren en frente mío, ella estaba dando los uniformes. Estaba con su sonrisa perfecta y su mirada era tan intensa sobre mí. Me miró por segundos que parecieron eternos y sentí mis rodillas temblar. Jodido infierno esmeralda.

—Nueve y medio, ¿verdad? —me preguntó después de un rato. Me quedé observándola durante un tiempo.

—Diez. —susurré. No quería darle en el gusto de que me conociera tan bien.

—¿Te crecieron los pies cuando volviste con los chicos? —dijo irónica con una risa.

—Jódete. —tomé mi uniforme pasando a llevar su mano sintiendo ese hormigueo como cuando era adolescente y me marché. Durante todo el mediodía estuve corriendo en el patio, al fin y al cabo los guardias me habían dejado salir a tomar aire, y aquel tiempo lo aproveché para ejercitarme. Había corrido 15 minutos seguidos, me apoyé sobre mis rodillas y respiré.

—¡Hola bebé! —escuché que me gritaban. Miré y era Steinfeld. La chica que todos le decían ojos locos ya que se le iba un ojo porque tenía extravismo y parecía trucha cuando se alteraba mucho. Era más o menos de mi edad, pelo castaño y ojos claros.

Green is the new brown (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora