Capítulo 1 -¿Está buena verdad?

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Lena es una chica madrileña de 18 años, morena, pelo a media melena, algo baja y de ojos marrones.

Acaba de terminar segundo de bachillerato, con unas notas no muy altas pero suficientemente como para estudiar lo que ella quiere.

Filología inglesa.

Vive con su madre Marta y su padrastro Will, quien se caso con su madre después de que Marta y Carlos, su padre biológico, se separaran cuando ella tenia 6 años.

Will es un hombre Inglés, que vino a España por trabajo, y terminó quedándose. Desde el primer momento, se ganó la confianza de Lena, pues era simpático, alegre, cariñoso y le consentía mucho. De ahí saco Lena el gusto por el inglés, ya que desde pequeña el le había hablado y leído cuentos ingleses.

Desde siempre fue como un padre para ella, ya que desde que se separaron, Carlos, al que no consideraba su padre, se había desentendido de ella y le había dejado la custodia a Marta.

Marta era todo lo contrario a Will, le costaba más expresar sus sentimientos, y era menos cariñosa con Lena. Aún así, ella sabía que la queria mucho.

Marta y Will tuvieron hace nueve años dos niños gemelos, Javier y Jaime, quienes más de una vez habian sacado de quicio a Lena.

Por suerte o por desgracia, iba a pasar un tiempo sin pelearse con ellos, porque se iba a ir a Londres a estudiar a la universidad, durante un año.



-Bueno, ya es la hora... . Dijo Lena levantándose del sofá.

-¿Ya te vas? Dijo Javier, que estaba jugando con Jaime con unos coches de juguete eléctricos.

-Si, anda despídete de tu hermana. Dijo Marta

-Adiós Lena... . Javier le dio un beso y Jaime después.

-Adiós chicos, os voy a extrañar.

-Bueno chicos, no abráis a nadie, en seguida volvemos. Dijo Will mientras salían por la puerta rumbo al aeropuerto.



Ya allí, dejaron el coche en el aparcamiento y acompañaron a Lena hasta el control.

-Bueno, aquí te dejamos. Dijo Marta con cara de pena

-Llámanos en cuanto llegues. Le dijo Will

-Sí, no os preocupéis

-Acuérdate que Mary y Josh te estarán esperando en la parte derecha de la salida

Mary y Josh son los padres de Will, allí se quedaría Lena a vivir. Siempre le habían caído muy bien, son muy buenas personas y como unos abuelos para ella.

Will y Marta abrazaron a Lena y ella se fue a pasar el control. Oficialmente estaba sola. Se subió al avión, ventanilla derecha. Al lado suyo estaba sentado un señor calvo que sacó tres libros gordos de lo que parecía un autor italiano.

Lena se puso los auriculares y dio al play a su lista de canciones favoritas. En dos horas estaría en Londres, y en dos horas empezará su nueva vida. Nunca había encajado en su instituto de Madrid, y aun que podría haber sido peor, nunca había tenido una verdadera mejor amiga. La habían traicionado mucho, y había llegado a la conclusión de que nadie es lo que parece. Durante su adolescencia solo ha tenido dos novios, uno cuando tenía 14 años que solo fue un juego de niños, y otro a los 16, que la terminó engañando.

Así que de momento no pensaba en relaciones de amistades o amorosas, solo quiere centrarse en sus estudios para conseguir un buen trabajo en el futuro.

Pasaron dos horas y el avión aterrizó en Londres. Lena cogió su bolso y fue a recoger las maletas. Desde que empezó el colegio, había estado dando clases de inglés, y desde los 5 años, iba todas las tardes a clases particulares, así que no tuvo ningún problema para orientarse. Después de coger las maletas, una mediana y otra grande, se dirigió a la salida, donde había mucha gente esperando a familiares o amigos.

Buscó por todas partes a Mary y Josh, pero no les vio. Estuvo dando vueltas y vueltas por el aeropuerto, sobre todo por la zona de la salida, pero nada. Cogió el movil para llamarles, pero sorpresa. Como había estado todo el viaje escuchando música, se le había agotado la batería.

-Genial. Se dijo para sí misma.

Entonces vio una cabina de teléfono, pero como no se sabía el número de ninguno de los dos, no podía llamarles. Cuando estaba empezando a desesperarse, se encontró con un guardia que vigilaba el aeropuerto.

-Hola buenas noches.. . Se acercó Lena al guardia

-Hola, dígame

-Mire vengo desde España, se suponía que mis abuelos me tenían que venir a recoger pero llevo una hora dando vueltas y no les veo. Tengo el movil sin batería y no me se su número, ayúdeme por favor. Le rogó Lena.

-Bueno, no te preocupes, te aconsejo que vallas a la comisaría en un taxi

-Esta bien.. ¿dónde están los taxis?

-Mira, sales, y en frente a la derecha es la parada. Le explicó el guardia

-Muchas gracias

Lena salió del aeropuerto y se montó en el primer taxi que vio.

-A la comisaría, por favor.

Estaba nerviosa, era la primera vez que se sentía tan sola y vulnerable.

-Aquí es, solo tienes que cruzar esta calle y en la esquina la encontrarás. Dijo el taxista parando el taxímetro.

Lena pagó, y con las maletas, esperó a que el semáforo estuviera en verde para cruzar. Cuando entonces, sintió un coche detrás suya, no le dio tiempo ni a girarse del todo para verlo cuando un hombre le agarró por la espalda y le puso un paño con cloroformo en la nariz.

Automáticamente Lena perdió la conciencia y cayó en los brazos de aquel hombre, que no debería pasar de los 25 años. La metió en el coche mientras otro, de la misma edad, cogía las maletas y las ponía en el maletero. En menos de 5 minutos ya se habían ido de ese sitio, con Lena en la parte de atrás, totalmente inconsciente.

El chico que había cogido las maletas, un rubio con acento irlandés, la miro y dijo sonriendo: -¿Está buena verdad?.

OBLIGADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora