Capítulo 2 -A-Asimilar...¿el qué?

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Lena despertó con las manos atadas al cabecero de una cama. La habitación parecia de hospital, con las paredes blancas y muchos armarios, impecable. Estaba totalmente desnuda.

Poco a poco Lena fue viniendo en si, miró de frente y estaban dos hombres, uno mas mayor, como de unos 50 años, el otro, mucho mas joven, de unos 20, alto, con el pelo rizado y lleno de tatuajes y pearcings, la miraban.

Lena pegó un grito.

-¿dónde estoy? ¿quienes soy vosotros? otro grito.

El hombre de 50 años se rió y se acercó a ella.

-Tranquilízate, gritando no vas a lograr nada, déjame presentarme... Soy Cowell, señor Cowell para ti, y esta, es mi mansión, mansión en la que tu vas a pasar una larga temporada. Dijo Cowell acariciándola la mejilla.

-Yo-Yo no quiero estar aquí. Murmuró Lena

Cowell y el chico de rizos rieron.

-Ya cariño, pero es que eso no lo eliges tú. Dijo Cowell, mientras bajaba su mano por los pechos de Lena.

Ella dio otro grito y Cowell la pegó una bofetada.

-¡Que te calles! Primera norma querida, no hablar al menos que te pregunten.

¡Clara! ¡Ven!

Una mujer alta y rubia, de unos 40 años, y con algo de sobrepeso entro en la habitación.

-¿Si señor?

-Revisa a esta niñita, y como de un solo grito, me la traes a mi despacho, así sabrá lo que es gritar. Dijo Cowell, mirando a Lena con cara desafiante.

Cowell salió por la puerta y el chico alto con rizos le siguió, no antes sin mirar a Lena, tenía unos ojos verde esmeralda muy bonitos, pero a Lena no le dio mucho tiempo para fijarse porque la mujer rubia cerró la puerta y se dirigió hacía ella.

-Por favor ayúdeme, por favor. Le suplicó Lena.

La mujer ni si quiera la miró, estaba cogiendo unos puntos de apoyo como los que hay en los hospitales para dar a luz y le colocó las piernas en ello.

-No por favor, no. Lloró Lena, quitando las piernas.

La mujer, sacando una fuerza que parecía que no tenia, le volvió a colocar las piernas, y se las ató a los apoyos con unas cuerdas.

-¿Qué me vas a hacer? Por favor no, suelte me, prometo no decir nada por favor. Suplicaba Lena llorando.

La mujer, muy seria seguía sin mirarle a la cara, como si estuviera tratando con una muñeca, en vez de con una persona.

Entonces Lena sintió un dolor muy fuerte en su vagina. No pudo ver que era exactamente lo que le hacía, solo gritaba y lloraba.

-Si te pones así, te dolerá más. Le dijo la mujer

-¡Por favor pare se lo suplico! Grito Lena

Pero la mujer no le hizo caso, y hasta no pasar 15 minutos, Lena no paró de llorar.

Cuando terminó, le hizo un análisis de sangre, y vio como la mujer escribía algo.

Lena no podía ni hablar, estaba exhausta.

-Ponte esto. Le dijo la mujer, entregándole una lencería con un vestido transparente. Y soltándola de la cama.

Lena lo observó, parecía sacado de un video porno.

-Tienes 2 minutos. Dijo la mujer saliendo de la habitación.

Lena se levantó como pudo de la cama tan incómoda en la que la habían atado. Le dolía todo.

Aun así intentó vestirse lo mas rápido posible.

-Sígueme. Dijo la señora rubia.

Lena la siguió por unos pasillos, todos muy largos y con cuadros muy raros. Escaleras y mas escaleras..entonces llegaron a una puerta donde había un cuadro de una mujer, insinuantemente vestida, fumando.

Pasamos y daba a otro pasillo, esta vez mas corto y totalmente diferente.

Aquel sitio era oscuro, viejo y sucio.

La mujer abrió la puerta una de las habitaciones que había con una llave, que guardaba en un llavero con muchas iguales .

Era una habitación pequeña, con grietas en las paredes, sucia, y con apenas una ventanita en la pared.

Habia dos estanterías pequeñas, con tres velas cada una, y un armario pequeño.

También se veía una pequeña taza de bater.

Había dos colchones, uno a cada lado de la habitación con una sábana.

En el de la derecha, estaba una chica acostada, que al oír el ruido de la puerta abrirse, se despertó sobre saltada.

-Esta será tu habitación, hoy ya no hay mas cena así que ya desayunarás mañana. En el armario hay una jarra de agua, si es que esta gorda no se la ha bebido toda. Dijo la mujer yéndose y cerrando la puerta con llave.

-¡No por favor, no me deje aquí! Gritó Lena, empezando a llorar.

-¿C-Como te llamas? Le preguntó la otra chica.

-Lena, ¿y tu? Respondió secándose las lágrimas.

-Demi.. aún queda agua en el armario. Dijo levantándose y dándole un vaso.

Lena estaba tirada en el suelo al lado de la puerta. Le llamó la atención su pelo, era... rosa.

-Ten, te hará bien. Dijo Demi dándole a Lena el vaso de agua.

Lena bebió.

-Te... ¿acaban de traer? Preguntó Demi

-S-Si. Respondió Lena temblando aún del sofoco.

-Yo llevo aquí cuatro meses...

La respuesta de Demi solo hizo que Lena se pusiera mas nerviosa, no entendía nada.

-Cálmate, créeme que no se consigue nada llorando... solo que te traten peor. Lo mejor es asumir lo cuanto antes.

-A-Asumir... ¿el qué? Preguntó con miedo Lena

-Que te han secuestrado.

-¡Todas a dormir! ¡No quiero oír ni un ruido! ¡Dentro de media hora pasaré por las habitaciones y como vea a alguien despierto...! ¡Se las verá conmigo!. Se oyó desde el pasillo.

-¡Vamos métete en el colchón! Le dijo Demi a Lena

-¿Quién es?

-Paul, uno de los guardias. Mañana te lo explico todo, te lo prometo. Pero ahora intenta dormir, lo de que pasa a las habitaciones es verdad, y revisa que estemos dormidas. Así que si no lo estás, fíngelo.

-Ok. Respondió Lena asustada.

Lena intentó con todas sus fuerzas dormirse. O despertarse, que todo esto estuviera siendo un sueño. Que se hubiera quedado dormida en el avión y que estuviera en una pesadilla.

Pero no fue así.

Paul, el guardia fue a ver si estaban dormidas, y aun que el corazón le bombeaba con tanta fuerza que se podía oír perfectamente, no se dio cuenta de que estaba despierta.

"No se consigue nada llorando" "Lo mejor es asumir lo cuando antes" "¿el qué?" "Que te han secuestrado".

OBLIGADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora