Capitulo 19

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Al parecer Lucia se había quedado bastante convencida con lo explicado por mi hermana. Porque cuando me levanté, entrada la noche, no me había preguntado nada. Solo hablaba de cosas al azar, como lo leído en algún libro o me preguntaba sobre algunas palabras que desconocía.

Esa misma noche se durmió antes de lo acostumbrado, o tal vez era yo la que no podía dormir. Había descansado tanto, que en el momento en el cual realmente debía dormir, no podía pegar ojo. Por lo que hice lo único que podía hacer, me quede en la cama.

En realidad no me costaba nada, levantarme y ponerme a mirar un poco de televisión. Pero solo serviría para que Lucia se despertara. Cuando de ruidos se trataba, era como estar cuidando a un bebe, todo debe de estar en completo silencio o comenzaría llorar. Bueno con ella era casi igual, solo que no lloraría, si no que se levantaría y permanecería despierta todo lo que yo lo estuviera.

La poca iluminación, que me brinda la lámpara de noche, me permite observar toda mi habitación. Al principio Lucia le temía a la oscuridad, en realidad ese miedo nació, cuando comenzó a saber más sobre su entorno. No me habría dado cuenta, de no ser por una noche, en donde casi me deja sin brazo, ya que al parecer se había salido de la cama, golpeándole la cara. Cuando dormía como perro en el piso, justo al lado mio.

Yo deje ese temor, al entrar a secundaría, donde en las noche de piyamada con mis amigas, debía de dormir sin ninguna luz, o sería clasificada como una niñita miedosa. Por eso, las primeras veces que debía prender la luz, me molestaba para dormir ocasionando que anduviera de malas por la falta de sueño. Hasta que descubrí que colocándole una fina toalla, arriba de la lámpara, creaba una tenue luz agradable para ambas.

En cierta forma debía agradecerle a Lucia por ese pequeño temor, que no se si dejo de tener, porque ahora tenía una forma de no aburrirme, observarla dormir.

Hace ya un tiempo que esta durmiendo en la misma cama y no es algo que me moleste, al contrario, me agrada la idea de estar más cerca de ella. Evitando con todas mis fuerzas, cualquier cosa que pueda activar ciertas ganas "Prohibidas" era bueno dormir en la misma cama.

Es ahora que estoy segura de haber despertado o descubierto un extraño fetiche, verla dormir. Notar como su pecho sube y baja, a un ritmo lento, constante y tranquilo. Su rostro sin ninguna emoción más aquella que demuestra lo apacible que puede estar su sueño. Por cada parte de cuerpo emite serenidad, que me contagia, consiguiendo que al igual que ella, estuviera en calma.

Recuerdo como las primeras semanas, ella no pegaba ojo. Y en realidad no era por la falta de luz, si no por alguna razón, ligada a su pasado. Lo que provocaba que estuviera toda la noche mirándome ¿Por qué lo se? En uno de esos tantos desvelos, en donde fingía dormir, lo comprobé.

Se pasó toda la noche mirándome desde la oscuridad, no la pude ver, por la obvia razón de que no había luz, pero sentía su mirada, y eso era peor. Una cantidad inimaginable de imágenes de terror pasaron por mi cabeza esa noche. Recordé hasta momentos en las películas, donde unos de los protagonistas muere de la forma más dolorosa posible.

Eso me hizo quedarme inmóvil en la cama, hasta llegado el amanecer. No se que fue peor, el descubrir que realmente lo había hecho toda la noche, o el observarme en el espejo encontrando unas ojeras que no podría disimular. Mas el interrogatorio de Dalia y Tatiana, de la razón por la cual no dormí

Luego supe que la leche me podía ayudar. Hasta hace poco le daba leche con la comida, en vez de agua o jugo, lo que le daba sueño y se dormía. Por lo menos las noches de observación se habían acabado.

Cuando comencé con la lectura nocturna, también fue una idea estupenda. No solo ella se dormía, si no que mi cuerpo disfrutaba de una larga y apacible noche de descanso. Lo que ahora no podía hacer. Desde que ya sabe leer sola, y hablar con moderación, no era necesario la lectura nocturna. Tampoco me sentí tan mal, al saber que no debía de leer más.

Podía escuchar claramente, el pasar de los autos en la calle. Siempre estaban aquellos, que importaba la hora, seguían andando en su vehículo sin problema alguno.

¿Cómo saber la hora en la cual estaba? No tenía ningún reloj en la habitación, más el que traía mi celular. Giré la cabeza, encontrándolo arriba de la mesita, debajo del manto de luz. Estiré mi mano, alcanzándolo al instante, estaba muy cerca de la orilla, no me sorprendería que se cayera.

Lo desbloqué y observé la pantalla, grave error, mis ojos me insultaron por unos largos segundos. Cuando mi vista se acostumbró a fuerte luz, comparada con la que me rodeaba, pude ver que eran pasadas las dos.

Me moví un poco de más, para dejar el celular en una mejor posición y fue cuando escuché claramente el pequeño gruñido adormilado que dio Lucia. Para, a continuación, abrazarme por la cintura, escondiendo su rostro en mi cuello. Me apretó un poco, atrayéndome hacía su cuerpo.

Su respiración seguía siendo tranquila, como si fuera un impulso adormilado lo que había hecho. Era algo que odiaba, porque ahora mismo, mi sangre esta navegando sin problemas en toda mi cabeza y el sentir su aliento en mi cuello, no me esta facilitando la búsqueda del sueño.

Trague grueso, suspirando. Examine las posibilidades de ignorar todo esto y poder dormir, pero no eran tantas las opciones que mi buscador mental me daba. Por lo que hice lo que estaba en mis manos

Congele mis pensamientos, y me permití hacer algo que, estando ambas despierta, no haría por vergüenza

- Te amo- Susurré, besando suave su frente

Ella volvió a emitir ese ruidito, lo que me hizo sonreír. Me acomode mejor, e intente pintar todo el interior de mi cabeza de blanco.

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Un poco de amor para comenzar la noche del sabado ^^

Gracias por leer, comentar y vota... Me ayudan a la creación 

Hasta el proximo capitulo ^^

Mi amada bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora