Capitulo 16

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- Parece fuera de si- Murmuró Dalia

- ¿Sabes cuanto tiempo ha estado secando esa taza?- Preguntó Tatiana, con algo de sorpresa y gracia.

"Las puedo escuchar aun si murmuran" Pensé, dejando la taza, que al parecer había estado limpiando hace un tiempo.

La cafetería esta tranquila, no hay mucha gente y la poca que esta, solo vienen a leer algo. No es la primera vez que esta así, pero si la primera en la cual no estoy completamente consiente.

Mi cabeza aun ronda en el recuerdo de aquel beso. Se que solo fue en la mejilla, y es algo normal, pero el cosquilleo en mis labios aun perdura. Así como el hermoso gesto que hizo Lucia, después de besarla.

Inevitablemente suspiro, dándome cuenta al instante de ese gesto. Sonrío ante el rostro extraño de mis amigas, quién seguro, me llenaran de preguntas en el receso.

- ¿Qué se supone que haces allí arriba?- Esa pregunta la tomó por sorpresa. Mirando hacia abajo, observó una esbelta figura femenina

Una joven, que pasaba por allí, la vio en la copa de aquel árbol por lo que se acercó para observar mejor lo que ocurría. Le sorprendió encontrar otra chica, aferrada a una rama como si de un mono fuera copia. Por lo menos estaba segura de que no caería.

No se veía peligrosa, a la vista de Lucia, sino que desprendía una extraña aura de tranquilidad que le impulsaba a contestarle.

- Busco a alguien

- ¿En la copa del árbol... De un parque?- Indagó, sin comprender porque estaba allí- ¿Acaso es una ardilla?

Lucia no le contestó, contrarió intento seguir el olor de su Lice. Pero gracias a la suave brisa veraniega, ese agradable aroma ya no estaba. No importaba que tanto lo buscara no podía hallarlo.

En cuanto salió de la casa, dispuesta a llevarle el aparato importante, se encontró con el rastro de ese aroma. Ese que la guió hasta ese parque, y así como apareció, se fue. Ahora se encontraba en un lugar desconocido para ella, buscando a su Lice.

- ¿Quieres que te ayude?- No se iba a ir, sentía esa necesidad de ayudarle, no se veía peligrosa ni nada. Más bien le parecía un pequeño perrito, en búsqueda de su dueña- Debes bajar, claro esta

Lucia notó como una cálida sonrisa se formaba en esos labios desconocidos. Se paró en la rama, podía ver toda una parte de la ciudad desde su ubicación, pero ¿Qué sabía realmente? Que Lice trabaja en una cafetería, pero ¿Qué era eso? ¿Dónde estaba?

Sin otra opción, bajo del árbol. Sin miedo, colocó un pie frente ella pisando en piso imaginario. Dejo que la gravedad hiciera lo suyo, trayéndola hacía la tierra. Cayó parada, como si eso no hubiera sido nada más que otra caminata por el suelo.

- De acuerdo- Comentó la joven, sorprendiéndose un poco por aquel movimiento- ¿Qué buscas?- Cuestionó acercándose

- Una cafetería

- Bueno... Hay algunas acá cerca, seguro que la encuentras, ven te llevaré a la primera- Comenzó a caminar, para detenerse unos pasos por delante- Por cierto, soy Carter ¿Cómo te llamas?

- Lucia- Era extraño como se sentía tranquila.

No se parecía en nada al estar con su Lice, eso era seguro. Con ella sentía tranquilidad, en cambio con Lice se sentía feliz, era agradable estar en su compañía, al tal punto que no le gustaba cuando se iba.

Mi amada bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora