3: "El Rey Adrien"

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Europa, año 1398, aproximadamente:

El esposo de Arlene se llamaba Adrien. Pero era más bien conocido como el Rey Adrien. Era un hombre de facciones masculinas y cabello largo, de tonalidad oscura. Con barba. Su estatura era impresionante, y su condición muscular aún más. Era un hombre de cacería y su aspecto físico lo demostraba.

Tanto amaba la cacería, que incluso cuando se enteró que su esposa mantenía una relación con un vampiro, decidió mandar a cazar a la Familia Original. Un inútil intento de asesinarlos, ya que Klaus Mikaelson tomo el control de la situación, y decidió encerrarlo en una de las celdas de los calabozos del castillo, después de haber asesinado a la familia real.

No había escuchado nada de su esposa, Arlene, desde que lo dejaron allí días antes.

Justo en ese momento, escucho a alguien entrar a los calabozos y cuando vio a Klaus retrocedió levemente.

-Oh, tu miedo me halaga. –dijo Klaus al sostener una antorcha en sus manos, al quedarse de pie fuera de la celda, observándolo.

-¿Qué quieres? ¿Matarme?

-Por supuesto. –dijo Klaus.

-Entonces hazlo. Moriré con honor.

Klaus soltó una carcajada mientras que abría la celda.

-¿Honor? –cuestiono. -¿Llamas honor a que tu mujer se acostará con mi hermano?

El rey frunció el ceño y claramente su ego varonil recibió un golpe de inmediato. Adrien era un hombre de un fuerte temperamento... y en el matrimonio era un hijo de puta. Si tan solo tuviera a Arlene de frente, no se salvaría de una racha de violencia, solo por atreverse a dicho engaño.

-Todo este desastre sucedió por que no pudiste mantener a tu esposa feliz. –dijo Klaus al dejar la puerta de la celda abierta y detenerse a unos pasos de él. –Sus caprichos nos llevaron a una catástrofe.... Solo porque quería librarse de ti.

Adrien lo miro mal.

-No me mires así... estoy de tu lado. Tu esposa merece a castigo. –continuo Klaus mirándolo. –Ahora la preciosa Arlene está en algún lugar del mundo, aprendiendo a ser vampiro.

-¿Qué? No...

-Tal parece que sus servicios hacia mi hermano venían con un precio. –se burló Klaus levemente.

Adrien guardo silencio un segundo y desvió la vista.

-Puedo matarla. –comento Klaus. –Cazarla como un animal y torturarla hasta la muerte... ambos sabemos que se lo merece. Pero... creo que sería más cruel que tú lo hagas algún día.

-¿Vas a liberarme?

-Claro. –asintió el hibrido. –Pero... eres humano y eso te hace muy fácil de matar. –sonrío con malicia. –Ahora que ella es un vampiro tenemos que equilibrar la balanza.

-No...

Pero antes de que pudiera negarse, Klaus le dio de beber de su sangre. Para después romper su cuello.

Después de eso, decidió dejar aquel castillo junto con el resto de su familia. El peor castigo que Arlene podría recibir es estar atrapada en el mismo mundo con su esposo, para siempre.

Había toda una historia en su matrimonio que le daba motivos suficientes para no querer eso.

Y eso es justo a lo que Klaus la condeno.

The Royal Queen [Elijah Mikaelson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora