Tu lugar es conmigo

8.9K 949 469
                                    

[Narrado por Namjoon]

La cena no pudo ir mejor. Jin nos contó del desplante al fotógrafo, cosa que no negare me encanto oír. Incluso le pedí repetir.

En la mesa también llegamos a un acuerdo, nada de secretos. Todo lo que nos involucrase se sabría. Después de todo la base de una relación es ni más ni menos que la honestidad. Y vaya fue mi sorpresa, cuando salieron algunas cosas a la luz. Como por ejemplo, la relación entre Jimin y Suga. Eran unidos, todos lo sabíamos. Pero, nadie vio venir que fueran tan unidos. O bueno, casi nadie. Pues Jin si lo sabía. Él incluso había sido aliado de Suga, por ello al pelinegro le dolió tanto el saber que Jin podría salir de Bangtan.

-Es mi aliado, no podía aceptar perderle con una sonrisa. Además, sin el yo sería el más viejo del grupo. No gracias –explico Suga ganándose un zape de parte de Jin y risas generales.

-Total, ni me veo de mi edad –dijo la princesa.

Al finalizar la cena el mayor intento levantar los platos para lavarlos, ninguno se lo permitió. En parte porque todos decidimos que ese día seria para mimar a la princesa y en parte porque querían darme privacidad con él por lo que mágicamente todos los hyungs se encerraron en la cocina. Vaya tontos nada sutiles.

-Vaya, sí que les afecto que pudiese irme –musito Jin alegre y sorprendido.

-¿Por qué lo piensas, princesa?

-¿Acaso estas ciego? Todos están lavando, sin queja. Por lo general debo amenazarles y ahorita mírales, todos en la cocina.

-No durara –dije.

-Ni siquiera me plantee dicha posibilidad. –respondió sonriente.

Yo me puse a pensar temas triviales para aplazar lo que estaba por hacer. Si, lo admito, era un manojo de nervios. Desgraciadamente ni morir de nervios puedo hacerlo en calma y eso me lo reitero la vibración en el bolsillo de mi pantalón. Era un mensaje de whatsapp de Jimin.

"No nos la viviremos en la cocina esperando, imbécil. Se lo dices tu o lo hago yo" –decia el mensaje.

Okay, corrijo. El mensaje fue enviado del celular de Jimin pero sin duda el autor era Suga. Y lo peor es que conociéndole no era amenaza sino advertencia.

-Jin, ¿podemos hablar?

-Eso hacemos, ¿no? –me respondió.

-Si bueno, quiero decir... en un lugar más... ¡agh! Solo sígueme –dije para posteriormente tomar su mano entre la mía y caminar a la azotea del edificio.

-Namjoonie, ¿seguro podemos estar aquí? –cuestiono Jin mientras abría la puerta.

-He venido miles de veces. –respondí justo antes de que la puerta se abriese. Al conseguirlo me aparte, dándole el paso primero.

Al entrar lo primero que vi fue la sorpresa reflejada en los ojos de la princesa.

La azotea de nuestro edificio era considerablemente más pequeña pero lo importante no era el lugar sino la imponente vista de Seúl. En estos momentos el cielo era de tonalidad morado oscuro el cual contrastaba de maravilla con la enorme luna llena y las luces de la ciudad. En mi opinión la altura era ideal y el paisaje parecía no tener final además el clima era perfecto, una noche fresca. Ni calurosa ni helada.

-Es mucho mejor de lo que creí –musito Jin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Es mucho mejor de lo que creí –musito Jin.

-Me alegra que te guste. –dije yo.

El volteo a verme.

-¿Qué rompiste ahora? –pregunto sin rodeos. Seokjin creía que venía aquí para que le diese malas noticias, aquello me hizo reír.

-No te traigo aquí para darte malas noticias, princesa. O bueno, eso dependerá de cómo lo veas.

-Vale, te escucho.

-Estoy enamorado de ti, Jin. –dije. Jin abrió los ojos como platos.

-Kim Namjoon, si esto es una broma... –empezó, yo volví a reír. Sin duda, me encanta el castaño ante mí.

-No es una broma, me gustaste desde el pre-debut. Al verte lo primero que pensé es que eras el chico más guapo del planeta, que contigo no tendría problema en formar un grupo. Más adelante te fui conociendo y me di cuenta que no solo me gusta tu físico. Me gusta todo de ti. Tu risa de parabrisas, tu voz, tu actitud de diva, tu inteligencia, tu carisma, tus berrinches... todo en ti me encanta. Y lo confirme cuando morí de celos con solo imaginarte en brazos del fotógrafo intento de surfista.

-Y tu brillante solución fue reclamarme e ignorarme...

-Jamás me había sentido así, no es justificación. Lo sé. Pero no supe reaccionar. Eres la musa que inspira las canciones románticas que escribo y temí que te perdería sin siquiera pelear por ti.

-Namjoon...

-No digas nada si no quieres, pero yo necesitaba decírtelo, necesitaba... –dije, pero me vi interrumpido cuando los labios de Jin se posaron en los míos.

Nos estábamos besando, por fin mi sueño era una realidad.

-Ya que leyeron mi diario, sabes que te correspondo. Pero quiero que lo sepas de mis labios. El sentimiento es mutuo, también desde el pre debut. Eres el motivo de mis suspiros y la mayoría de mis sonrisas. Tú me inspiras a superarme, invades mis pensamientos y descontrolas todo en mi interior; eres uno de los motivos por los que me rehusé a ser modelo porque sencillamente no puedo imaginar mis días sin ti, Namjoon.

Ante esas palabras me arrodille, extrayendo de mi chaqueta una cajita de terciopelo rosa, dentro contenía dos anillos idénticos de platino con una franja roja escarlata al centro producida por pedreria swarovski  (imagen en multimedia)
porque se que mi princesa ama dicha joyeria. Me salio en un ojo de la cara, si. Pero por Seokjin soy capaz de vender hasta mi alma.

-Son...

-Calma, no. No son de matrimonio, no todavía. Estos anillos son de promesa. La franja roja representa el hilo rojo del destino. De algo estoy seguro, si la leyenda existe la persona que tiene el otro extremo de mi hilo es quien tengo enfrente. Con esto, prometo que a partir de ahora mi corazón es, fue y siempre será tuyo. Mi corazón, mi alma y mi ser. Todo de mi te pertenece, si me aceptas, claro.

Los ojos de Seokjin se cristalizaron.

-Nam yo... no sé qué decir.

-Una palabra, dos letras. ¿Aceptarías ser novio de este tonto impulsivo?

-Sí, Kim Namjoon. Si acepto; Una y mil veces sí. –dijo sin dudar, yo le coloque el anillo en su dedo anular de la mano izquierda y cuando tome el mío para ponérmelo, me lo quito para ponérmelo él. Al hacerlo llevo mi mano a sus labios, depositando un beso en el dorso.

Yo me puse en pie para tomarlo de la cintura, abrazandole. Risas de alegría salían de boca de ambos. Nos besamos nuevamente, varias veces. No afloje el agarre de su cintura en ningun momento y no pretendo hacerlo.

-Jin, hay algo que quiero que tengas en mente –le dije viéndole a los ojos.

-¿Qué? ¿Qué no puedes vivir sin mí? –pregunto burlón. Yo sonreí ante ello.

-Además de eso...

-¿Qué cosa? –cuestiono.

Yo le acerque más a mí.

-Cada que creas no tener un lugar, recuerda que si lo tienes. Que siempre lo tendrás. Tu lugar es conmigo, princesa. –murmure acariciando una de sus mejillas para después inclinarme a sus labios para unirlos con los míos nuevamente.

Tu lugar es conmigo [NamJin BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora