Once Upon a Time.
Episodio 10. Temporada 3.
Con las manos aún en alto, miro al torre que hay delante de mí. En ella, hay un reloj que marca las ocho y cuarto. Un humo morado se desvanece, y, entonces, me viene una idea de dónde puedo estar.
Storybrooke.
Varias personas que paseaban por la calle, se han parado para mirarme y otras se han alejado de la zona a paso ligero.
Tengo que encontrar la tienda del señor Gold. Él tiene que saber qué está pasando.
No tardo en localizar la tienda. Llamo varias veces, pero nadie responde. Me giro al oír una explosión. Miro hacia el cielo, de donde un barco está saliendo de entre las nubes.
Oh, genial, estoy en el episodio en el que vuelven de Nunca Jamás.
Corro hacia el muelle, donde veo a Bella y a Ariel junto a Eric. Me acerco a ellos, y espero a que bajen del barco. Tengo que conseguir hablar con Rumpelstiltskin.
Mucha gente empieza a apiñarse alrededor del barco, todos vitorean de felicidad. Han vuelto con Henry, o al menos eso es lo que ellos creen, ya que es Peter Pan el que está en el cuerpo de Henry.
Espero unos segundos, no queriendo interrumpir la bonita escena que transcurre delante de mí. Alguien nota mi presencia, y me señala.
—¡Ella!
—¿Yo? —Pregunto señalándome.
—Ha aparecido entre una nube morada. —Grita el hombrecillo.
Su comentario hace que todos se pongan alerta.
—¡Oh, perfecto! —Dice alguien con sarcasmo. — Otra más que usa magia.
—Yo no uso magia. —Me defiendo. — De hecho, soy una persona normal y corriente.
Vosotros sois los personajes de una serie, pero no os lo puedo decir porque cada vez que menciono algo relacionado con eso, aparezco en otra serie diferente.
—Entonces, ¿por qué dicen haberte visto aparecer...?
—No lo sé. —Interrumpo a Emma. — Soy una simple chica de granja.
—¿En nuestro mundo eras una plebeya? —Pregunta Regina.
Por ti soy todo lo que tú quieras, reina.
—Sí. —Contesto ignorando mis pensamientos.
—¡Pero yo sé lo que he visto! —Se queja.
Me giro para mirar al hombre, el cual no se esperaba que le mirase.
—El tiempo está muy revuelto últimamente. —Comento. — Habrás creído ver algo que no es.
—Aún así, ven conmigo. —Ordena Emma. — Quiero hacerte unas cuantas preguntas.
—Está bien. —Accedo.
Junto a ella, voy caminando hacia la comisaría. El señor Gold viene con nosotros, así que decido aprovechar esta oportunidad.
—Disculpa. —Llamo su atención. — ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Acabas de hacer una. —Contesta.
Ignoro su comentario de listillo y vuelvo a hablar.
—Sobre los portales a otros mundos... —Murmuro. — Necesito saber algo.
Cada palabra que digo, lo hago con cautela. Tengo miedo de que al decir una palabra equivocada me haga cambiar de serie.
—¿Qué pasa con los portales?
—No soy de este mundo. —Confieso.
—Claro que no, nosotros tampoco, pero es lo que toca. —Contesta.
—No me refiero a eso. —Me quejo. — Pensé que estaba soñando, pero ahora no lo creo.
—¿A qué te refieres?
—A que vosotros no existís, sois personajes de una serie. —Digo dándome por vencida.
Con miedo, espero a que el escenario cambie, pero no pasa absolutamente nada.
—¿De dónde dices que vienes? —Pregunta.
—Del mundo real.
—Esto es el mundo real. —Contesta el señor Gold con obviedad.
—No, no lo es.
—Sí, sí lo es. —Me contradice.
—No me lleves la contraria, Rumpelstiltskin. —Le advierto entrecerrando los ojos.
—Deja de decir tonterías. —Se queja el señor Gold.
ESTÁS LEYENDO
Las desventuras de Faith.
Fanfiction¿Cómo te sentirías si pudieras vivir en una de tus series favoritas? ¿Cómo te imaginas que sería conocer a ese personaje que tanto te gusta? Pero, ¿qué pasa si al entrar en esa serie todo cambia? ¿Qué pasa si lo que al principio pensabas que sabías...