Vikings.
Episodio 11. Temporada 4.
Los hermanos me llevan al centro de Kattegat, ahí me dan unos zapatos. Después, me llevan a su humilde morada, o más bien a la de sus padres.
—¿Qué hacías corriendo descalza? —Pregunta Ubbe.
No me da tiempo a contestarle.
—Seguro que se estaba preparando para la batalla de mañana. —Interviene Ivar con un tono burlón.
—¿Batalla? —Murmuro. — ¡Si no sé luchar!
Desesperada, me agarro a una de las columnas que hay. No pienso ir a ningún sitio que no sea mi casa.
—De aquí no me mueve nadie. —Me quejo agarrándome con fuerza.
Se miran entre ellos, y con una risa, habla Sigurd.
—Si peleas mejor que Hvitserk.
He de admitir que los hijos de Ragnar son bastante guapos. ¡Ay, señor! Estoy en una de las series más sangrientas y aún así tengo tiempo para pensar así. Bueno, mira el lado bueno, al menos no he aparecido en Juego de Tronos.
Cierro los ojos, negándome a desconcentrarme. No van a moverme de aquí. Oigo la risa de Hvitserk, y después, noto unos brazos que me rodean por la cintura. Intento que no consigan soltarme, pero Ubbe es más fuerte que yo y consigue apartarme.
—Vamos a entrenar un poco. —Propone Ubbe. — Ya verás como se te refresca la memoria.
—No quiero. —Me quejo.
Los cuatro hermanos me mira, y tras sentirme muy intimidad, me doy por vencida.
—Vale, ¡vale! —Digo mirándoles. — Pero que Ivar no lance más hachas, por favor.
Todos menos Ivar se ríen, y él me dedica una mirada enfadada.
Volvemos a la explanada, donde una hora atrás casi me atraviesa la cabeza un hacha. Hvitserk me lanza una espada, la cual cojo al vuelo.
Frunzo el ceño, aunque estoy bastante sorprendida.
—¿Desde cuándo sé coger cosas puntiagudas a la primera? —Susurro.
—Empecemos. —Dice Hvitserk.
—Adelante.
Hvitserk se acerca a mí, y me ataca por la derecha. Con un grito, paro su golpe. Él sigue lanzando ataques, y para mi sorpresa, los paro todos. Me defiendo sin ningún problema.
—¡Te lo dije! —Grita Sigurd. — Eres mejor que Hvitserk.
Ante su comentario, me distraigo. Hvitserk aprovecha para agarrarme del brazo en el que tengo la herida. Grito al notar el dolor.
—¡Hijo de la gran...! —Me quejo dándole con en la mano con el mango de mi espada.
—Estás totalmente preparada para la batalla de mañana. —Apremia Hvitserk, que ahora se ha alejado de mí.
—Pelea contra mí. —Dice Ivar, que está sentado en un tronco cortado.
—¿Contra ti? —Pregunto mirándole de arriba abajo.
—Que no pueda usar mis piernas no significa que no sepa luchar. —Se defiende.
—Ya he tenido bastante por hoy.
—Vamos, cobarde. —Me reta.
—¿Cobarde? —Susurro. — Verás.
Me acerco a él, y le ataco con la espada. Por un instante me siento invencible, pero Ivar me recuerda que no tengo ni idea de luchar y consigue defenderse sin dificultad alguna.
Doy un paso en falso, dándole ventaja a Ivar. Él me agarra de la muñeca y tira de mí hacia su pecho. Coloca su espada cerca de mi cuello, y lo único que evita que me roce, es mi espada. Con todas mis fuerzas, intento apartar su espada, y lo consigo tras varios segundos empujando. Aunque deja que la quite, indicándome que ha ganado.
Me aparto de él, tirando la espada al suelo. Ivar sonríe triunfante.
—Toma. —Me ofrece Ubbe un vaso.
Bebo, y tras saborearlo, escupo. Todos ellos se ríe, y con desgana le devuelvo el vaso.
—Lo vas a hacer bien mañana. —Asegura Sigurd.
—Entonces tengo que ir, ¿no?
Cuando asiente, las esperanzas de poder quedarme aquí desaparecen. Solo quiero tirarme al suelo y llorar.
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Las desventuras de Faith.
Fanfiction¿Cómo te sentirías si pudieras vivir en una de tus series favoritas? ¿Cómo te imaginas que sería conocer a ese personaje que tanto te gusta? Pero, ¿qué pasa si al entrar en esa serie todo cambia? ¿Qué pasa si lo que al principio pensabas que sabías...
