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  Mi mayor arrepentimiento fue ese día, veintitrés de abril de dos mil diecisiete... tu cumpleaños.

  Me mirabas expectante, esperanzado.

  Perdón amor mío, realmente siento haberme olvidado de esa fecha tan importante.

  Era el festejo de tu décimo séptimo año en éste mundo y yo como completo idiota lo ignoré.

  Ahora es veintitrés de abril del año dos mil veinte y estoy aquí, sólo, festejando tu cumpleaños con recuerdos, como desde hace dos años vengo haciendo.

  Porque ya no esperas que te diga "feliz cumpleaños". Ya tienes a alguien más que lo haga y por suerte, él sabe de la importancia de esa fecha.

  Porque -como yo hago ahora- él te atesora.

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