¿Carta de un suicidio, trae hechos peores?

...

Sus manos temblaban, viendo el desorden en aquella habitación. Su ambiente no era nada dramático, para lo que estaba pasando. Eso haría pensar que quizás no era el momento adecuado, o nadie le haría falta su ausencia. "!Joder! ¿de verdad todo tiene que ser tan trágico?." De esa manera sollozan las voces en su cabeza ante tal situación.

Sin mas rodeos, toma el papel y comienza a leer, exactamente lo que se imagino que decía:

"Hola... Es estúpido decirte eso, en una carta.

Lamento hacertelo saber de esta manera, solo rogare que me perdones. No podía más con esta situación, tu vida merece mucho mas que yo.

Espero nunca tengas que leer esto, y si lo lees, es porque ya estoy muerta.

Por ende. Las cenizas en frente de ti, en este momento, soy yo.

Me prendi en fuego, para sentir lo que hacia a otras personas. Y así poco a poco, dejar de existir.

Mi ausencia era más fuerte que todo aquello. No te preocupes cariño, ya yo estaba muerta.

Jamas reces a alguien que no existe por mi..."

Sus ojos estaban a punto de desbordarse. Sus lágrimas tenían que ser derramadas con mas razón.

Tomo una pequeña navaja junto a la carta, el no sentía compasión de matar a aquellas personas junto a su adorada persona, ya hecha cenizas. Para el, nunca fueron personas reales, pero mientras clavaba lentamente la navaja en su muñeca, se dio cuenta que el simplemente era un estereotipo, su compasión no estaba ni siquiera hacia su persona.

En su ultimo respiro, leyó la parte trasera de la hoja, llena de cenizas y sangre. "Reza a alguien que no existe por ti, ya estas en ruina..".

Los amigos normalmente no existen, ella dejo la navaja a su vista, sabía que el lo haría. Conoció la mas mínima parte de el. Lamentablemente, esa fue su primera sospecha hacia ella y ultima vez en darse cuenta.

Clava la navaja de felicidad en ti, como si no se tratase de un ser humano.