1.- El nuevo.

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Un día como todos en ese horrendo lugar. Todas la niñas del orfanato se levantan temprano para hacer sus obligaciones.
Todas. Sin excusa alguna.

Ella dormía, aún no quería despertar, pero un fuerte ruido la hizo levantarse.

-Muy bien, hora de levantarse-. La mujer gritaba con autoridad.

Todos en menos de 15 segundos ya estaban de pie, incluso ella. No quería otro castigo.

-Quiero que en menos de media hora estén todas listas en el campo o no habrá comida. ¿Les quedo claro?

-¡Si señora!-Gritaron al unisono.

Todas se cambiaban rápidamente, lo que llevaban puesto no era nada mas que ropa rompida, «es mas de lo que se merecen» les recordaba Maria. Les tiraba con ellas en la cara. Esa mujer era una bruja, pensaba Alanna. No, no era una bruja, las brujas son mejor a comparación de lo que hace ella.

Ya cuando estaba a punto de terminar ve que se habré la puerta del lugar. Ella pensó era era Maria, pero no.

En su lugar venia Adrián arrastrando a un joven, el se veía terriblemente mal.

El chico tenia heridas visibles, señal de que lo habían golpeado. «Bueno esa es su primer golpista, aun faltan mas» Pensó Alanna.

Adrián le hizo una señal a Ivy para que se acercara. Ella obedeció rápidamente y Adrián le dijo algo que Alanna no alcanzo a escuchar.

-¡Todas! Fuera-. Adrián grito y todas rápidamente salieron.

Alanna estaba a punto de salir cuando Adrián la tomo del brazo. Ella pensó que la golpearía. Pero no fue así.

-Tu no te vas, Ayuda a Ivy a curarlo. Después se van a hacer sus obligaciones.

El se dio vuelta y se fue.

Ella se giro y vio como Ivy trataba de subirlo a una de las camas disponibles.

-¡Ayudame!-. Pidió la niña.

-Si

Rápidamente lo subieron a la cama y comenzaron a curar sus heridas.

El chico se movía entre las cobijas y Alanna trataba de sujetarlo para que Ivy lo curara rápido.

-Esta vez si se pasaron, lo pudieron haber matado-. La pequeña lucia asustada.

-Sabes que eso no les interesa, ¿Quien crees que fue? ¿Adrián o Maria?

-Para juzgar como lo dejaron, yo pienso que fueron ambos.

Ivy le puso unas vendas en la cabeza y con eso termino.

-¿Listo?

-Sip

Las chicas se levantaron y se dispusieron a guardar todo.

-¿Crees que estará bien si lo dejamos solo?

-Tenemos que ir hacer nuestras obligaciones o nos darán un castigo.

-Si, pero y si se cae de la cama...

-¡No Alanna! Sabes que Tenemos que irnos. El estará bien.

-¿Como estas tan segura?

-Porque le puse un sedante

-¿Como lo conseguiste?

-Después te cuento. ¡Haces muchas preguntas!

La joven y la pequeña niña salieron de ese granero.

La preocupación que Alanna sentía por ese chico era extraño, ella no era muy apegada a las niñas. Pero por alguna razón con el joven fue distinto.
Ivy lo noto de inmediato, para tratarse solo de una pequeña de 14 años de edad, captaba muy rápido las cosas.

Estaban a punto de llegar a su lugar de trabajo. Cuando una vos mas que familiar las hizo girarse.

-¡Alanna!

Alanna enmudeció solo de escuchar su nombre de los labios de esa mujer. Ella pensaba que había echo algo malo, y ahora tendría un castigo.

Caminó hacia ella con temor. Claro que tenia que temer, Maria no solo te golpeaba solo hacías algo malo, a veces lo hacia solo por diversión.

-Si, señora.

-Adivina pequeña...

Sabia sin necesidad de que le dijera lo que era, a donde la iba a mandar. Pero le rogaba a dios que no fuera así.

-Las Manzanas...- Dijo en un susurro.

-¡Sorpresa!-.La mujer grito con una gran sonrisa en su boca.

-Pero mis manos aún no sanan de la ultima vez...

-Ese no es problema mio-. Maria sonreía ante la mirada aterrada de la joven- ¿Acaso quieres un castigo?

-No señora, voy de inmediato.

Cuando se giro vio como Ivy seguía ahí.

-Y tu, ¿Que haces ahí? ¡Vete hacer tus obligaciones!

Ivy al escuchar esto, simplemente corrió.

Alanna simplemente camino hacia el campo de manzanas, deseando cambiar su vida, irse lejos. Después volver y hace pagar a todas las personas que le hicieron esto.

Al llegar tomo una de las canastas y camino hacia el primer árbol.
Ahí estaba un anciano, era de las pocas personas con las que Alanna podía tener una conversación agradable. Las demás eran solo suplicas al momento que la golpeaban.

Josué la recibió con una agradable sonrisa, y ella le correspondió de la misma manera.

-Hola, pequeña. ¿Pero que haces aquí? Tengo entendido que tus manos aún están mal.

-Si, Josué. Mis manos aun lucen mal, pero Maria...

-Si ya lo se. Esa bruja...

A Alanna le parecía gracioso como el viejo josué maldecía o insultaba a Maria.
El era de las pocas personas que conocían su "Condición".

El pobre anciano era el dueño de la granja pero al ver que ya no podía cuidar de ella decidió dársela a su único hijo, este por un trágico "Accidente" falleció y todo quedo en manos de Maria. La muy perra decidió poner a trabajar a su suegro. Es por eso el odio que le tiene.

Alanna confiaba en el y viceversa. Era un cariño extraño pero sincero.

-Bien pequeña, comienza con aquella hilera de arboles.

-Claro.

Antes de que Alanna se girara para empezar con el primer árbol, josúe la llamo.

-Espera, Aly-. El metió su mano en su bolsa que siempre cargaba y saco un par de guantes- Creo que necesitaras esto.

-Josúe, muchas gracias.

-No hay porque. Anda, y si viene Adrián los escondes.

-Así será-. Y con una sonrisa se marcho hacia su puesto de trabajo.

Gracia por leer el primer capítulo.

La Chica de las Manzanas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora