(Capítulo Único)

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Norman Reedus: 47 años. Estadounidense. Altura 1,78.

Andrew Lincoln: 43 años. Británico. Altura 1,78.

Basado en los capítulos finales de la sexta temporada. Detrás de cámaras. 

Indicios

-Al fin podemos verlo de una forma diferente-Comentó una asistente del directo que miraba atentamente como se filmaba la primera escena romántica entre Rick y Michonne- Es muy tierno, luego de, ya sabes, tanta sangre.

-Sí, supongo-Contestó el intérprete del cazador, quien observaba atento cada movimiento del protagonista, cruzado de brazos, con una seriedad extraña en él. Algo había ahí, en esa escena, que distaba de ser armonioso para él, aunque no fuese capaz de admitirlo en voz alta.

- Me voy a descansar- Sentenció tras algunos segundos, luego de decidir que era suficiente de ese repetitivo espectáculo y, sin esperar respuesta, se alejó del set de grabación, dirigiéndose hacia el remolque que le correspondía como camarín, saludando y bromeando con quien estuviera a su paso quienes, por su parte, no notaban su cambio de actitud, después de todo, Norman Reedus, era un experimentado actor.

Apenas se encontró en solitario, se recostó en el sillón de la estancia, en el cual se quedó meditando largos minutos, observando el techo de la misma, en busca de una respuesta más que obvia desde sus inicios.

-Bromance ¿eh? -Pronunció en voz baja sin cambiar la posición de su cuerpo.

Ese término, esa sencilla palabra, que había comenzado nada más que como un jugueteo ante las cámaras, había tomado otro rumbo, un rumbo que inició con miradas cómplices, derivando a pequeños roces y algunas que otra frase más que amistosa. No obstante, esto no era aún algo concreto entre ambos, solo un pequeño desliz, un acuerdo tácito entre ambos hombres, quizás un secreto o tal vez...solo él estaba mal entendiendo las cosas.

Esa última idea era la que no lo permitía ir más allá. Después de todo, a pesar de su aspecto libertino y despreocupado, hay barreras que a todos les cuesta enfrentar y, evidentemente, no es llegar y joderla con tu compañero de reparto y fiel amigo.

Comenzó a juguetear con una pelota de béisbol que tenía a su alcance, lanzándola una y otra vez, sin liberar su mente, ni por un solo instante, del sin fin de recuerdos y abrumadoras dudas que le provocaban el británico de ojos azules.

Este tipo de circunstancias se habían vuelto habituales en él desde que había comenzado ese, hasta ahora, inocente jugueteo. Paulatinamente algo estaba cambiando entre los dos y no estaba seguro si eso le agradaba, ni si quería llevarlo más adelante tomando las riendas del asunto, como lo hacía con el resto de los hechos en su vida. Verdaderamente su compañero lo estaba poniendo de cabeza.

Al rato optó por recurrir a su fiel hábito de relajación, el cigarrillo, aspirando tranquilamente el humo del mismo, aún fijando su azulina mirada en el monótono techo. La actividad logró centrarlo un poco, sin embargo, esto no duró más que escasos minutos, al desviarse toda su atención y emoción a la puerta de la habitación, la cual se abrió sin previo aviso. Los silenciosos y expectantes latidos de su corazón lo acompañaban en un ritmo inusual. Tenía claro de quien se trataba.

-Hey, creí que me esperarías, te vi entre los demás-Comentó apenas entró el intérprete del ex sheriff.

-Na...-Negó de forma desinteresada el aludido, volviendo a enfocar su vista en el humo que emanaba su cigarrillo, escapando de esos atentos ojos azules capaces de ir de una emoción a otra, impactando y contagiándosela a los demás.

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