Perseguido ||Erick B. Colón|| #CNCOINFINITEAWARDS2018

Capítulo 3

"VISITO AL PADRE DE FERNANDO EN LAS VEGAS "

Llegué  al aeropuerto de Las Vegas, bajé  del avión y ahí estaba el chófer del padre Fernando, quien se encontraba con un cartel que decía 《CLN》.
Me acerqué  y susurré《Yo》para que el chófer comprobara que era yo.

- Buenas tardes, señor-el chófer se limitó a decir- Mi nombre es Miguel.

- Buenas tardes-saludo y Miguel tomó la maleta y la subió al auto.

Al parecer la casa del padre de Fernando, de quien desconocía  el nombre, quedaba muy alejada de la ciudad pues ya habían pasado algunos minutos y aún no llegabamos. Estaba oscureciendo.

- ¿Es la primera vez que viene a Las Vegas?-pregunto Miguel mientras me miraba por el retrovisor.

- Si, nunca había tenido la oportunidad-respondí mientras golpeaba levemente la ventana con dos de mis nudillos.

Después de esa pequeña conversación no se volvió a emitir palabra hasta que llegamos a nuestro destino.

- Llegamos a la mansión de los Valdez-hablo el chofer mientras me abría la puerta del auto y se dispuso a bajar el equipaje.

- No, yo lo llevare-lo detuve

Tome mi equipaje y comenze a caminar hacia la entrada de la gran mansión, Miguel corrió tras de mi para abrirme la puerta.

-¡Señor, Erick está aquí!-grito Miguel cuando ya entramos.

Un hombre de unos cuarenta y cinco años bajo y se paró frente a mi.

- Héctor Rodríguez, un gusto-hablo el hombre.

- Erick Colón-me presenté.

- Seguro ya debes saber quién soy yo.

- Si, usted es el padre de Fernando-dije.

- Exacto, pero no te quedes ahí parado, toma asiento-hablo Héctor- ¿Qué quieres? ¿Vino?-pregunto.

- No, agua estaría bien-conteste.

- Bien-dijo el señor Rodríguez- Miguel, tráenos dos vasos de agua por favor.

Quede totalmente sorprendido por el comportamiento del padre de Fernando. Pensé que sería un hombre frio y muy irrespetuoso pero era totalmente lo contrario.

Después de haber charlado un rato, Héctor me condujo al comedor para cenar.

-Y ¿Usted vive solo?-pregunte y enseguida e arrepentí de hacerlo pues Héctor pareció entristecer.

- Pues...si, como sabes Fernando se fue después de que mi esposa...-respondió pero se le entrecorto la voz.

-Lo siento, no debí...-fui interrumpido.

-No, tranquilo. Hay que aceptar las cosas que suceden

***

Desperté  y se dio cuenta que no estaba en su habitación. Luego recordó que estaba en la casa del padre de Fernando.

Tomo una ducha y luego se vistió con unos jeans negros, una playera blanca y sobre esta una camisa de cuadros a la que no abotono y unas Adidas. Sintió necesidad de llamar a Marco, así que tomo su teléfono, trato de prenderlo pero no funciono. El móvil estaba descargado, olvido conectarlo al cargador.

Luego de haber conectado el celular y haberse quedado una hora tumbado en la cama mirando hacia el techo, bajo a la planta baja y se dirigió al comedor, encontró a Héctor sentado en la mesa mientras leía desde su portátil y tomaba un líquido rojo de un vaso de cristal.

-Buenos días señor Rodríguez-. Saludo Erick.

- Buenos días chico. Llámame Héctor-. Dijo mientras cerraba la portátil.

Héctor invito a Erick a tomar asiento, le dijo que desayunara lo que quisiera y eso era literal porque la mesa estaba llena de alimentos. Había jarras con jugos de frutas, café, pan tostado, huevos con tocino, en fin. Todo lo que fuese de comer- aunque no fuera para el desayuno-estaba en esa mesa. Le explico a Erick que el líquido rojo que estaba bebiendo era un jugo de frutos rojos así que no había porque preocuparse si el señor Rodríguez era Drácula o no aunque hace mucho que había dejado de creer en vampiros.

A Erick le parecía increíble que un hombre tan poderoso en Las Vegas le diera "posada" a un desconocido.

-¿Extraña a Fernando?-. Pregunto Erick.

- Por supuesto, cada día más que el anterior-. Respondió.

- El cuarto en el que estoy durmiendo es el que ocupo Fernando-. Afirmo Erick mientras miraba su taza de café.

- ¿Cómo es que lo supiste?

-Encontré un examen escolar que tenía su nombre.

- Debió de haber sido uno de los muchos exámenes que nunca me mostró-. Comento

- No lo creo, el examen tenía una calificación de 10-. Erick trato de defender a Fernando.

- Tal vez fue un examen del colegio en el que la máxima calificación era de 20-. Suspiro- Nunca le gustó mostrar lo inteligente que podía ser a veces.

El chico no podía creer lo cruel que era Héctor con Fernando. Quizá aún le guardaba renco por haberlo abandonado o tal vez Fernando tenía algo que ver con la muerte de su madre.

-¿Cuántos años tenía?, digo, cuando se fue-. Pregunto Erick.

- Tenía 13, no sé cómo o de donde sacaría el dinero para irse del país ni tampoco quisiera averiguarlo-. Respondió- pero ya no hablemos de eso, mejor ve a descansa o a hacer lo que sea que hagan los chicos como tu cuando se encierran en la habitación y están solos.

Erick regreso a su habitación, se cepillo los dientes y se colocó frente a la ventana la cual tenía vista hacia el patio trasero de la otra casa.

Habían dos niños jugando: un niño y una niña, al parecer eran hermanos. Empezó a recordar las veces en que él y Valentina jugaban y molestaban a sus padres con travesuras. No quería llorar pero era inevitable no querer hacerlo. Comenzó a sentir culpa.

Tocaron la puerta de la habitación y Erick se limpió rápidamente las lágrimas.

- Pase-. Se sentó en la cama e hizo como si estuviese atando su zapato.

- ¿Quieres ir a dar una vuelta?-. Pregunto Héctor entrando a la habitación- Estaba pensando en llevarte a conocer la ciudad.

- Si usted lo desea-. Hablo Erick.

- Ya te dije que no me trates de usted, llámame Héctor. Mi nombre tampoco es tan difícil de pronunciar-. Se sentó junto a Erick- Fíjate que cuando nací me pusieron el nombre de una marca de alimentos para bebe.

Erick se quedó pensando un momento pero Héctor volvió a hablar.

- "Babi Héctor, la felicidad en un frasco gris"-. Citó haciendo comillas con sus dedos- No era tan conocida, creo que su único cliente era yo. Al final esa compañía cerró y desapareció de la historia.

- Qué triste, digo, el que la fábrica haya desaparecido-. Erick miro al suelo.

- Sí, una pena-. Hablo el hombre- las cosas que tu adoras son las que siempre desaparecen.