Capítulo 5 《 Tipos de heridas

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"Luego tantas mentiras, que ya ni tú te las creías."

LUNA.

Solo ha pasado una semana desde que empezó el colegio, amaría decir que todo volvió a la normalidad. Que mis amigos aún son mis amigos y que después de un par de disculpas, la vida nos juntó una vez más pero las cosas nunca salen como las imaginamos, ¿Cierto? Es mi nueva lección aprendida; las expectativas demasiado altas siempre terminan en decepción.

Extraño a Nina, su timidez, sus buenos consejos y como siempre se salía del tema, cambiando a ecuaciones, o cualquier tema que requiera de química. Extraño ir con ella a mi casa y que nos riamos de nuestras malas imitaciones de Ámbar y las demás. La extraño tanto que duele y verla convertida en otra persona hace que me den ganas de nunca salir de mi casa. Ya no es para nada tímida, y según lo que ví ahora es amiga de los chicos malos de la escuela, sus notas bajaron considerablemente provocando que la quitarán del cuadro de honor de la escuela. Esta de fiesta en fiesta y por alguna razón siento que es culpa mía.

No he vuelto a "hablar" con Matteo en el colegio si es lo que quieren saber, nos evitamos mutuamente. Actuar como si nunca nos hubiésemos conocido es peor que la discusión que tuvimos en el pasillo. Saber que ya no le interesa ni siquiera averiguar como estoy después de todo lo que pasamos juntos hace que mi pecho arda como mil demonios, no puedo soportarlo.

Los demás siguen igual, Ámbar ya no se molesta en hacer mi vida una pesadilla porque bueno, ya lo es. Pero aún así se encarga de darme una mirada victoriosa cada vez que puede, ya saben solo para asegurarse que sé que ella es la reina y todas esas babosadas infantiles. Ya no me molesta que me haga daño o a los demás, sino su falta de madurez. No puedo esperar a que terminemos el colegio para ver hasta donde llegará con esa actitud de mierda, porque les aseguro que en el mundo real, nadie aguanta las porquerías del otro.

Camino hacia mi siguiente clase desganada, ya no se escuchan los rumores de porque mi "luz" se apagó, a nadie le interesa. Seguro porque ya tienen un nuevo rumor el cual a mi no me importa lo más mínimo.

Así pasó el día de colegio, cambiando de clases, quedándome en el aula almorzando porque se que en la cafetería tendría que sentarme sola y es incomoda la sensación de que todos me observan, además también aprovecho para evitar a Matteo y los demás. Matar dos pájaros de un tiro suelen llamarlo.

El día termina más rápido de lo esperado y maldigo porque se que mañana me toca cita en el psicólogo, el cual no me ha ayudado un carajo debido a que estoy rotundamente negada a decirle aunque sea una pequeña parte de mi vida a esa hombre. ¿En qué cabeza cabe confiar en alguien que trabaja para la persona que no quería que nacieras? Eso no tiene sentido, nunca lo tendrá.

Siempre espero que todos salgan primero para después irme yo, odio todo el alboroto que se hace a la hora de la salida. Una vez afuera, me siento en un banco a esperar a mi mamá para que me recoja, después de todos los problemas que tuvimos con el asunto de Sol se volvieron mucho más estrictos en cuanto a mi seguridad se refiere. Tomo un paquete de galletas de mi mochila y las como tranquilamente para matar el tiempo pues hoy me olvidé de traer mi celular. Con tanta rapidez no llegue a tomarlo.

Escucho unas voces provenientes del parque que se encuentra frente al colegio y parece como si estuviesen discutiendo, ¿Debería ir a ver qué pasa? Sigo comiendo mis galletas hasta que las voces se hacen más fuertes y la curiosidad está matandome, debido a la lejanía no puedo ver quienes son o distinguir sus voces pero si se que tienen el uniforme del colegio y eso me intriga aún más. Dejó lo que queda de mis galletas en el banco y tomo mi mochila para dirigirme al parque a paso lento, tengo mucha curiosidad pero la flojera me gana, además estoy cansada.

Una vez allí reconozco quienes son y el corazón me late con fuerza, tanta fuerza que temo que puedan escuchar mis latidos, logro esconderme detrás de un árbol sin que ellos me vean, necesito saber que esta pasando.

—Vamos Matteo, ¿Ahora resulta que tienes miedo? —ella ríe pero es una risa de burla y me hace estremecer, esta no es la Nina que conocí —¿Dónde coño estabas ayer y por qué no llegaste a la reunión? —Matteo no responde por lo que ella le hace seña a uno de los chicos que está detrás de ella y otros tres chicos se acercan a mi ex novio, dos lo sostienen por los brazos mientras otro le da un puñetazo justo en la nariz y esta hace un ruido extraño.

Cierro los ojos y pongo mi mano en mi pecho porque siento que me falta el aire, no entiendo que esta pasando y todas las preguntas logran abrumarme en segundos. 

—¡Vamos Matteo levántate! No seas marica infeliz —Nina lo mira con odio y no logro descifrar que cosa pudo haber hecho él para que ella le mire así. Estoy aturdida.

—Ya paren, por favor —Dice él intentando gritar pero su voz suena débil, mi corazón se rompe una vez más.

—Nos fallaste Matteo, esto te servirá de recuerdo para que nunca vuelvas a cometer el mismo error, ni con nosotros, ni con nadie más —Nina da la vuelta para irse mientras que los chicos golpean a Matteo unas cuentas veces más, en el estómago, las costillas y en la cara para finalmente marcharse.

Las lágrimas no tardan en llegar y antes de darme cuenta estoy corriendo hacia Matteo que se encuentra tirado en el pasto, ni siquiera intenta levantarse y eso me asusta más. Llego hasta él y tiene los ojos cerrados, mis lágrimas aun no se detienen.

—Matteo, Matteo mi amor abre los ojos por favor —digo desesperada mientras toco suavemente su cara, ahora toda magullada. Él intenta abrir los ojos pero se que le duele, esta sorprendido de verme.

—Mi luz... Estás aquí —las palabras le salen lentas y cortadas así que sólo le sonrío, una sonrisa genuina después de tanto tiempo.

—Shh, toda va estar bien, pero vamos a ponerte de pie, ¿Si? —él asiente lentamente y me da una sonrisa con ladeada, y vuelvo a sonreír como una tonta, como si hace tres meses no meses hubiese roto el corazón.

Paso su brazo por mi hombro y lo ayudo a ponerse de pie, él se levanta pero los quejidos que hace logran que mis lágrimas vuelvan, odio verlo sufrir. Un largo rato después estamos sentados en el mismo banco que me encontraba comiendo mis galletas. Miró fijamente hacia la nada, ¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué lo ayudo? ¿Por qué sigo actuando como que él nunca me hizo daño? ¿Cómo es que lo sigo amando después de todo? Quiero hacerme bolita porque la magnitud de mis sentimientos por él me asustan.

Siento que alguien toca mi mejilla y rápidamente lo miro, su toque quema, hace tanto que no lo sentía.

—Odio verte llorar —es lo único que dice mientras limpia mis mejillas y yo no puedo evitar cerrar los ojos, hasta que recuerdo lo que pasó hace una semana.

—Eso no fue lo que dijiste en el pasillo del colegio —mi voz sale ronca y vuelvo a sentirme miserable, juré que no volvería a llorar por él, en frente de él pero siempre fallo. Él me mira y se que no sabe que decir, la culpa lo esta matando.

—Prometo decirte todo cariño pero necesito tiempo, tienes que confiar en mi —.

—No puedes pedirme eso —mi voz se rompe y las lágrimas salen descontroladas mientras niego con la cabeza pero él se acerca mucho más y ahora muestras frentes se tocan, odio admitir que amo esta sensación.

Él suspira y veo que también llora, sus ojos están cerrados y nos quedamos así por un largo rato. Justo ahora el tiempo no existe.

La bocina de un auto se escucha y ahí recuerdo que mamá iba a recogerme. Toda la magia se destruye y ella me mira decepcionada. La entiendo, yo también lo estoy.












•••

Holaaaaaa cielitos, ya lo sé tenía mucho tiempo sin subir, pero es que estaba bloqueada. Aquí les traigo un nuevo capítulo y este es uno de mis favoritos so far, me gustó mucho escribirlo y esa escena Lutteo me hizo doler el corazón.

Espero que les guste mucho, voten y déjenme saber que les pareció.

Nos leemos en el próximo ♡.

Aro♡♡.











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