Capítulo 6 《 Me dejaste

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"Con un vicio que me duele quiero mirarte a los ojos."

LUNA.

Todo en casa es puro silencio, me abruma que ellos no digan nada pues estoy convencida que hay más ruido en sus silencios que en sus palabras. Dos horas han transcurrido después que mamá me recogió del colegio, el corazón me da vueltas al recordar todo lo que ocurrió hoy, solo que aún no descifro si es felicidad o un intento más de mi mente para torturarme. Salgo de mis pensamientos al ver a papá caminar de un lado para el otro mientras cruza sus brazos sobre su pecho, su cara refleja mucha tristeza y solo deseo que se enoje, que me grite, que me diga que siempre hago las cosas mal, no estas mudas palabras.

—Luna yo no entiendo —hace una pausa y pasa sus manos por la cara, se le nota muy agotado —Estos últimos meses hemos vivido un infierno por culpa de tu relación con ese muchacho y ahora vas, lo tratas como si nada, ¿Es qué acaso no tienes dignidad? ¿No has aprendido nada de todo lo que te hemos dicho tu madre y yo? —su tono de voz es frío y cada palabra se cuela en mi alma, quedándose allí.

—Ya basta Miguel, ya fue suficiente —interrumpe mamá y le coloca una mano en el hombro —Resolveremos esto como una familia.

Sonrío sin ganas y las palabras salen de mi boca sin yo darles permiso.

—¿Cómo vas a saber de familia mamá si nunca tuviste un bebé en tu vientre? Y tu papá, ¿Qué vas a saber si nunca pudiste cuidar de un bebé? No quieran darme un discurso moralista de que es lo que esta bien cuando ustedes me llevaron con la mujer que se hace llamar mi abuela, que les recuerdo ni siquiera quería mi existencia en este mundo —cuando termino veo a mamá conteniendo sus lágrimas mientras papá la sostiene de la cintura, se los dije, solo sirvo para destruir todo a mi pasa y ellos no son la excepción.

—Vaya Luna, veo que nunca nos vas a aceptar como tus padres —mamá mira hacia el techo y se que lo hace para no llorar, odio ser la causante de su dolor —Pero aún así nosotros siempre te vamos a aceptar como nuestra hija —el famoso nudo en mi garganta comienza a crecer mientras los veo abrazarse, ¿Por qué no puedo ser la hija perfecta para ellos? Quiero serlo pero no puedo, todo no es rosa.

Sabemos que no entiendes las cosas ahora mismo, pero ya verás como todo se aclara al final —dice papá con melancolía, no quiero creerle pues me doy cuenta que soy adicta al dolor, me hace respirar otra vez. Asiento lentamente y me dirijo a mi habitación, desde mi cama se puede apreciar la puerta rota de mi baño, llevandome a los recuerdos de ese día. No me resisto más. Perderme la cita de hoy con el psicológico no creo que haya sido una muy buena idea.

                          *   *   *

Abro los ojos asustada pues no recuerdo haberme dormido, olvidé lo cansada que había llegado del colegio. Las preguntas vuelven a mi, así como mi estómago ruge por comida. Al parece también olvidé comer.

Bajó a la cocina mientras reviso mi celular, no tengo ninguna notificación pues al romper el otro, perdí todos mis contactos y solo tengo agendado a mis padres. Eso no quiere decir que no lo use para stalkear a los chicos desde una cuenta falsa ya que desactive las mías. Durante el verano no quise dar señales de vida, aún no quiero.

Un sándwich de pavo es lo único que encuentro, más irónico no puede ser, mi mamá es chef y no hay comida preparada por ningún lado. Lo como rápido sin importarme lo frío que esta, acompañado de un buen jugo de melocotón. Me fijo en la hora y me asombro al ver lo tarde que es, las tres y un cuarto para ser exactos. Debería estar durmiendo, seguro mañana me va a costar mucho despertar para ir al colegio.

Sigo revisando mi celular hasta que un golpe en la puerta de la cocina me espanta, las imágenes de mi familia y yo siendo asesinadas por un desconocido se agrupan en el fondo de mi mente, no quiero morir, no cuando no he vivido nada.

Otro golpe se escucha en la puerta y mi corazón ya esta lo suficienteme acelerado para que me de un ataque cardíaco. Hasta que escucho su voz.

—Luna... Luna soy yo Matteo, necesitamos hablar —me quedo unos minutos pellizcandome para ver si es otra de esas extrañas pesadillas pero no pasa nada, estoy despierta.

—Luna se que eres tú, puedo ver tu silueta por el cristal, por favor abre la puerta, estoy muriendo de frío —en el parte superior de la puerta hay un cristal pero todo lo que se ve a través de el es borroso y casi no se distingue nada. Trago fuerte y con la mano temblorosa abro la puerta, y ahí estaba él.

Tan malditamente hermoso como siempre, aunque en su cara se podían ver los golpes que recibió hace unas horas. Traía puesto unos jeans negros con algunos orificios en el como de costumbre, abrigo con capucha negro también y unas vans rojas. Al entrar a la cocina, se quita la capucha y su cabello salta en todas las direcciones posibles. Me mira y solo se queda pasmado por unos segundos, puedo notar su nerviosismo.

—Matteo, ¿Puedo saber que haces en mi casa a estas horas? —él hace amago de hablar pero lo interrumpo —No, mejor dime como sabes a donde vivo —me mira avergonzado y baja la cabeza mientras guarda sus manos en los bolsillos de su jean.

—Cuando te fuiste con tu mamá, las seguí, no es tan lejos —lo miro asombrada sin poder creer lo que me dice, pero al mismo tiempo sus palabras logran causar el tan conocido efecto de las mariposas en el estómago, aunque pudo ser que el sándwich me cayó mal.

—Eso no esta bien, tampoco esta bien que estés a esta hora en mi casa, a parte que tú y yo no tenemos nada de que hablar. Tú terminaste nuestra relación —las palabras salen de mi boca como veneno, quiero herirlo tanto o más como él lo hizo conmigo, sus ojos me dicen que lo logré.

—Oh, ¿En serio quieres hablar de quién termino nuestra relación? —me mira enojado y no entiendo porqué, la enojada aquí debería ser yo. Con cada palabra que dice se acerca un poco más y no estoy segura que eso dea buena idea. Su presencia es tóxica para mi, y lo digo en la mejor manera posible.

—¿Quieres qué hablemos de quién salió huyendo de sus problemas por tres meses en vez de enfrentarlos? —la rabia sube hasta mi cabeza y se me hace imposible creer todo lo que me esta diciendo —Porque de eso deberíamos hablar Luna, te fuiste, tú fuiste la que acabó con nuestra relación por una estúpida apuesta.

》Te pedí perdón, te dije todo lo que sentía y sabías que yo estaba siendo sincero, ¿Sabes lo malditamente preocupado que estaba por ti? Joder Luna, no tienes una puta idea lo mucho que te busqué. Por semanas estaba como loco, cuando fui a la mansión de Ámbar y me contaron que tú y tus padres se habían ido quise morir, no dejaron dirección, ni nada. Te llamé más de mil veces, te envíe mensajes por todas las redes sociales existentes pero nunca respondiste. ¿Sabes lo mal que la pasó Nina? No solo me dejaste a mi, también la dejaste a ella y eso es algo que no entiendes. Yo no sabía que hacer, por milagro pude conseguir el número de tu papá y nunca atendió mis malditas llamadas. Sé que te fallé, que no debí aceptar esa jodida apuesta pero yo reconozco mis errores.

》Si quieres culpar a alguien del fin de nuestra relación, tienes que culparte a ti también. Luna me abandonaste, y por más estúpido que yo pueda llegar a ser, nunca en la vida te dejaría sola, no como tú me dejaste.

Al finalizar con su discurso, se da media vuelta y se va. Dejándome hecha un océano de llanto y penas, porque si en algo tiene razón es en eso, nunca me di la oportunidad de ver más allá de mi dolor.

Los abandoné, soy una egoísta.








Holee, tenía un montón sin escribir, lo siento mucho por eso. Amé a Matteo en este capítulo. Solo les digo que estamos viendo la historia del punto de vista de Luna y siempre hay aue escuchar las demás partes de la historia.

Nos leemos en el siguiente, con amor y tristeza, Aro.







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