C U A T R O

31 11 2
                                    


—Mei... ¡Mei!

—¿Me vas a devolver mi pantufla?

—...

—...

—Ño —fue lo único que respondió.

—¿Que querías? —Dijo Mei de mala gana.

—Oye Mei... te gustan los pollitos.

—Si.

—¿Que hace un pollito arriba de otro?

—ehh... ¿No... lo se?

—Un pollito de dos pisos.

Mateo era el único que se reía.

Mei solo lo miraba como si de un enfermo se tratara.

—¿Me darías mi pantufla, por favor? —Pidió Mei al sentirse incomoda.

—Si.

Mei extendió la mano, esperando que se la entregara.

—Pero el problema es que, no se donde la deje —Le confeso Mateo.

—¡Deja de comportarte como un estúpido y entrégame mi maldito conejo! —Grito Mei.

—La voy a ir a buscar, pero has silencio que despertaras a Mike.

Mateo la encontró, después de media hora de búsqueda.

—Toma —La extendió Mateo.

—Por fin.

Mei intento agarrarla, pero se le resbalo.

Vaya casualidad que el perro de Mike estuviera en la terraza.

—¡Maldito chihuahua! —Mei estaba molesta.

—¿¡Quién fue el que despertó Moly!?

—¡Cállate Mike! ¡Tu perro se esta comiendo mi pantufla!

—¡Maldita niña malcriada!  

Por La Ventana De MeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora