Carta #54

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¿Recuerdas que una vez mencioné que los introvertidos son como jarras, que se van llenando poco a poco hasta que desbordan?

Hoy me desbordé.

Fui meticulosa y conté. Hoy fue la vez número treinta y siete que me preguntaron por qué carajo no hablaba tanto.

Me desbordé y mis pensamientos salieron de mi cabeza hasta mi boca,y le dije a la cara al chico todo lo que me había guardado por años.

Esta bien, soy callada, y no comparto mucho lo que esta pasando por mi mente. Pero no es que tenga miedo a compartirlo, es solo que no suelo sentir la necesidad de hacerlo. No comparto todo lo que pasa por mi mente porque es demasiado. Porque yo me conozco y porque algunas cosas es mejor no escucharlas. 

Necesito mi tiempo, necesito el tiempo para observar, para escuchar, para entender. Y sí, incluso para corregir mis pensamientos antes de dejarlos fluir en el mundo.

Necesito mi tiempo porque entiendo y respeto el poder de las palabras.

Entonces no, no hablo mucho y no hablo de forma ruidosa o alta. Pero al menos sabes que cuando hablo, va ser algo que siento y en verdad entiendo. Algo que me emociona, que creo que importa, y que suena verdadero para mi alma. Porque para mí, hablar tiene ese propósito.

Así es como soy, así funciono. Yo no voy preguntándole a la gente "¿Por qué hablas tanto? ¿Por qué eres tan ruidosa?"

Porque es simplemente grosero.

La clase se quedó en silencio. No me arrepiento de nada.

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Inspirado en un texto de Christian Rogers.

Cartas de una Introvertida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora