Esta es la historia de cómo en una noche de pacifica brisa, un búho que al descansar sobre la rama de un árbol de cerezos se enamoro de un hombre. El hombre era bello como la noche y gracias a sus habilidades podía tocar con gran destreza el shamisen.
Desde ese momento el búho no pudo irse más de aquella rama con tal de observar día y noche como el hombre reproducía las más conmovedoras melodías maravillando al gran ave.
Aquel hombre vivía solo en lo alto de una montaña, por lo que no había nadie que lo molestara de sus prácticas. Aun así de vez en cuando el hombre salía de su hogar durante días, donde el búho no hacía más que esperar su regreso impaciente. Pensaba que si se iba el hombre jamás regresaría.
Paso la primavera y con ella el verano, el otoño no se hizo esperar dejando los árboles rojizos y las hojas esparcidas en el suelo. Pero cuando llego el invierno el búho no tenía un lugar para guarecerse, no se había hecho de una madriguera y en el árbol de cerezos solo continuaban sus ramas desnudas.
Una noche de especial ventisca el búho estaba a la intemperie sin tener un lugar donde protegerse y el frío cada vez se volvía más insoportable para su cuerpo. Aun así se tranquilizaba al ver la casa del hombre iluminada por el débil rojo de la leña quemándose al interior, que le daba una sensación de paz.
No supo cuando fue que cayó inconsciente, pero al recobrar la conciencia ya no se sentía frío, se sentía cálido y cómodo. Cuando abrió los ojos se puso en guardia de golpe sin entender muy bien lo que sucedía.
-Oh, tranquilo. Al fin despiertas -dijo una suave voz-
El búho comprendió que estaba en la casa del hombre y que para su sorpresa este le hablaba.
-Aquí tienes comida, debes estar hambriento -dijo el hombre colocando un trozo de carne junto al búho-
No tardo mucho tiempo en comer aquel manjar que le había regalado el hombre y con eso recobro gran parte de las fuerzas perdidas.
-Te he visto allá afuera escucharme tocar el shamisen ¿Te gusta la música?
Él búho giro su cabeza en un acto de sorpresa ¿El hombre se había dado cuenta que lo miraba desde el árbol?
-Supongo que eso es un sí. -dijo el hombre preparando un té- Mi nombre es Akaashi.
El búho ladeo la cabeza en la otra dirección aun más sorprendido por saber el nombre de aquel hombre.
-¿Tú tienes un nombre? Supongo que no.
En eso Akaashi se levanto de su asiento y regreso con un trozo de papel y tinta. El búho se puso a su lado y observo como trazaba líneas con su pincel.
-Bokuto -dijo Akaashi- ¿Te gusta el nombre Bokuto?
El búho no podía caer en el asombro, el hombre le había regalado un nombre y lo había escrito en un trozo de papel. Por su puesto el no sabía leer, pero creía que aquellos trazos se veían muy bien escritos.
El búho, o mejor dicho Bokuto para sorpresa de Akaashi tomo el trozo de papel con su pico y se lo acerco para que este lo tomara en sus manos.
-Supongo que te agrada -dijo y luego acaricio la cabeza de Bokuto-
Esa noche (la primera de muchas) Bokuto durmió bajo el calor de aquella guarida.
El búho había perdido una parte de su naturaleza salvaje cuando conoció al hombre llamado Akaashi, porque ya no seguía las conductas propias del ave rapaz que era. Abría sus ojos en el día y dormía de noche. No había buscado pareja en la primavera y tampoco un lugar donde dormir en invierno. Ahora solo se dedicaba a estar ahí junto a Akaashi y eso lo hacía el ave más feliz del mundo.
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Dreams (Haikyuu)
FanfictionUna serie de cuentos que relatan los diferentes sueños de quienes inconscientemente buscan el amor en medio de la fantasía. Parejas: KageHina TsukiYama BokuAka KuroKenma IwaOi ...