Capítulo 1

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Una ves que te das cuenta de que te enamoraste... Todo cambia... Y más si lo haces de la misma persona y forma que yo.

-Jess apresurarte!-Lo escuché gritar-
-Ya voy Sam!-Grite corriendo detrás de él-

Sentí un ardor en mi espalda... El maldito me lanzo una bola de lodo.
Voltee a verlo de mala forma.

-Lo siento-Dijo encogiéndose de hombros con una sonrisa burlona-
-Es en serio?-Pregunte molesto-
-Que?-Pregunto riendo-
-Crees que soy un idiota!?-Exclame mientras le lanzaba otra bola de lodo-
-Hey!-Grito esquivandola-

-Chicos!-Se escucho desde adentro de mi casa. Era mi madre-Vengan!

Para mi cumpleaños número once pedí algo fuera de lo normal... No pedí un viaje como el año pasado... No pedí el iPhone 7... No pedí una gran fiesta de Celebridades... Pedí un día completo con mi mejor amigo, desde ayer en la noche se quedó a dormir y hoy lo volvería a hacer. Sam Cawthon.

Sam y yo entramos a la casa. En ese tiempo estábamos en mi casa en la playa. Solo estábamos mis padres, el y yo... Era maravilloso.
Comimos pizza y vimos películas, jugamos videojuegos y nadamos en la playa. Comimos pastel, mis padres estaban felices pues... Por primera vez me veía feliz, por primera ves no me importo ser un niño rico... Era un chico normal, solo Sam provocaba ese cambio en mi. Podía ser un chico adinerado, necio, terco y en ocasiones infantil... Pero... Siempre el estuvo a mi lado... Siempre estuvo el... Siempre estuvo Sam... Sam Cawthon.

-Hey, Jess-escuche que me llamaban-

Estaba en mi habitación dormido, Sam y yo dormimos juntos. Sentí como me agitaban.

-Jesse despierta!-Escuche como exclamaban-

Era Sam. Lo sabía pero estaba realmente cansado y no tenía fuerzas para moverme.

-Si no te levantas iré por la pistola de agua-me amenazó con vos irritada-

Comencé a abrir los ojos lentamente sintiendo como me rogaban ser cerrados.

-Que paso?-Pregunte frotándome los ojos adormilado-
-Quiero mostrarte algo-dijo sonriendo-
-Que es?-Pregunte confundido-
-Ya veras-dijo sonriendo-

Me levanté pesadamente, jamás lo desobedecía. Siempre haría lo que el dijera.
Me dirigí a mi armario y saque un pans negro y una playera blanca, al igual que una chamarra negra. Al voltear note que Sam me observaba, le sonreí y me devolvió el gesto. Me quite el pantalón de pijama y escuché como trago saliva lo cual me dio gracia. Cuando me quite la camisa escuché un ruido y al voltear Sam estaba todo rojo viendo por el balcón, veía la playa y la luna lo iluminaba, su cabello negro brillaba y sus ojos verdes se veían más brillantes que nunca, pude notar un leve sonrojo en sus mejillas... Se veía... tierno.
Jamás he sido de esos chicos gordos, siempre eh tenido un buen cuerpo al igual que Sam. Sam es un año mayor que yo. Cuando termine de cambiarme me giré y el ya me estaba viendo con una sonrisa.

Salimos de la casa y comenzamos a caminar por la playa, llevábamos un rato caminando y ya me estaba cayendo del sueño. Sam lo noto.

-Jess...-Murmuro viendome con notable preocupación-¿estas bien?
-S... Si-dije sintiendo mis mejillas sonrojarse-

Él me sonrió. Se incorpora frente a mi dándome la espalda, yo sabía lo que el estaba haciendo, siempre que me veía débil lo hacia, siempre que quería hacerme reír...

-No subiré-dije sonrojado-todavía puedo caminar por mi cuenta
-No es una pregunta-tomo mi mano y me jalo hacia el-Sube

Me quedé observándolo... Suspiré y me trepe en su espalda, el me tomo de los muslos y se levantó conmigo en su espalda, yo lo tome de los hombros con mi cuerpo pegado a el.
Comenzó a caminar, después de casi media hora caminando y media hora insistiendo en que me bajara, cosa que ignoro, llegamos a un lugar desierto. Solo había arena y unas cuantas rocas más arriba. Se veía todo el mar y se sentía la fresca brisa salada moviendo mechones de mi cabello castaño claro.

Sam me bajo lentamente y con cuidado de su espalda, después se incorporó a mi lado.

-Que te parece?-Pregunto viendome-
-Que...?-Pregunte sorprendido-
-Lo descubrí está mañana-dijo sonriendo mientras se sentaba en la blanca y suave arena-¿que tal?
-Es...-Observe todo una ves mas-Magnífico
-Siéntate-dijo sonriendo-

Me senté a su lado, nuestras rodillas chocaban.

-Jamas había venido a este lugar-dije apenado-
-Lo supuse-dijo riendo-

Ambos comenzamos a reír.

Durante largo rato estuvimos sentados en la arena, observando el océano y sintiendo la brisa fresca. Todo era maravilloso... Y perfecto.

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