Capítulo 1: Ojos azules como el mar

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    Pude escuchar el sonido del mar, las olas chocar contra las piedras del risco. Una mano cálida me acaricia la mejilla, me siento tan relajado, muy tranquilo, demasiado tranquilo y todo es muy pacífico. Un viento frío erizo mi cuerpo y de inmediato abrí mis ojos, para encontrarme con unos ojos azules mirándome fijamente, con una sonrisa radiante.

—¿Cómo te sientes? —Me senté en el pasto verde, el sonido de las olas chocando contra las rocas del risco se hacía cada vez más fuerte, la luna estaba a punto de ocultarse—. Oye, te hice una pregunta, ¿por qué no contesta...? Oh... es verdad, tú estás—ella se sentó a mi lado, cerró sus puños con mucha fuerza y luego al abrirlo había una pequeña perla azul—toma—con mucha duda la agarré, ella se hecho su largo y negro cabello hacia atrás—. Cómete eso, te ayudará a sanar—fruncí el entrecejo y vi la perla, reluciente, brillante y blanca. No se ve para nada comestible y menos apetecible—. Hazlo, te ayudará con tu voz—con mucha duda me llevaré el objeto circular a mi boca.

El sabor es completamente horrendo, lo iba a escupir, pero ella se adelantó y tapó mi boca con su mano y sin darme cuenta me tragué la perla. Después de eso no sentí nada extraño, hasta que, mi garganta me comenzó a arder y luego la sentí fresca y mentolada, las lágrimas sin querer comenzaron a brotar de mis ojos, abrí la boca y por primera vez en mucho tiempo pude escuchar un sonido salir de ella, pero no es un simple sonido, era música que provenía de mi boca, música alegre que me hacían llorar de la felicidad.

—Luke... me llamó Luke—ella se levantó del suelo y estiró su mano hacia mí.

—Lo sé...



💧



Estuvimos caminando por todo el lugar, me encontraba en una isla, no sabía cómo había llegado a esa isla, pero sentía en lo más profundo de todo mi ser que ese lugar ya lo conocía, se me hizo tan familiar como si hubiera caminado por aquí muchas veces. Ella, la chica del cabello negro azulado, de ojos color azul marino, me guiaba hasta lo más alto de la isla, me iba contando sus historias y parece que está muy contenta.

—¿Cómo te llamas? —Me costó un poco hablar, pero por lo menos ahora puedo formar palabras cortas.

—Me llamo Azariel—se le ve tan alegre y no entiendo el porqué de tanta alegría—. Cuando uno muere o está a punto de morir, puede ver más allá de todos sus sentidos, para mí fue extraño ver a un chico, ya que yo vengo de puras mujeres; fuertes, poderosas, encantadoras y muy guapas. Pero fue diferente esa vez, en mi mente se vino la imagen de un hombre, alto, fuerte, con una voz profunda y gruesa, con una cara adorable, nuestros típicos ojos azules y sobre todo muy apuesto. Fue grata esa sorpresa, pero luego vi lo que yo arrastraba, no pensé que eso se le fuera a pegar, pero paso, me siento mal por eso, porque le quite su voz—por un momento el ambiente se puso algo melancólico.

—Son cosas que pasan. Uno nunca elige cómo pasará todo, nadie puede ver el futuro—ella se volvió a animar y me tomó de las manos y me llevó corriendo hacia lo alto del risco.

Las olas se pueden escuchar claramente como chocan contra las piedras, la vista es fenomenal algo que mis ojos jamás habían presenciado. Me quede idiotizado al ver el hermoso color del mar, ella me tomó con fuerza de la mano y eso me hizo salir del trance en el que estaba envuelto.

—Tienes que hacerlo mejor. Confió en ti, en lo que puedes dar y hasta dónde puedes llegar. Recuerda que eres la única esperanza que tenemos—sus palabras me están sacando de contexto, porque no entiendo nada de lo que me dice.

BrokenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora