Rompiendo el lazo.

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Des, frente Adrián no sabía que contestar, ni mucho menos como es que las palabras brotarían de su boca.

- Bueno... yo... - comenzó paralizado frente al albino, estaba muy nervioso, además temía que lo que diría dieran un terrible resultado en su vida personal.

- Bien, te escucho.

- ...Yo no sé qué es lo que siento exactamente por ti...

- ¿Estás seguro de eso? – Miro de reojo Adrián.

- No me preguntes cosas que no se.

- Es algo que deberías saber, ¿No crees?

- Estoy confundido, por eso no lo sé, además, siento que lo que estoy haciendo no es lo correcto.

- ¿Y a quién le importa lo correcto e incorrecto?

- Al parecer, a ti no.

- Lo correcto e incorrecto no importa, importa más lo que tú sientes.

Des solo hizo una mueca, no sabía cómo seguir y mucho menos como evitar esta charla.

- ¿Y qué hay de lo que siente Leo? – Reto Des, sin embargo, un recuerdo frió vino a su mente, su sueño, donde Leo se deshacía de el a diestra y siniestra sin importarle en absoluto. Cambiando el semblante de Des al instante.

- Por la forma en que lo expresas creo que eso es lo que menos debería importarnos – rió Adrián.

- Yo... - el de mirada ámbar no pudo soltar más de sus labios, no sabía con exactitud lo que estaba haciendo, pero tampoco pensó en que no debería hacerlo.

Sin previo aviso Adrián lo jalo del brazo, volviéndolo a besar, una acción que Des no rechazo y correspondió entrelazando sus manos en el cuello del contrario.

Entre besos, Des guió a Adrián a su habitación, a lo que su contrario lo acomodo bien en la cama comenzando a quitar su suéter y desabotonar su camisa con desesperación.

Des, cegado por la lujuria quito el pantalón del contrario dejándolo semi desnudo sobre él en la cama.

- Vaya que no pierdes el tiempo – sonrió Adrián.

Des ni siquiera sabía si lo que hacía era correcto, incorrecto o lo mejor que podía hacer en la situación en la que se acababa de involucrar.

Entonces, un artículo de porcelana callo al frió suelo, rompiéndose no solo el objeto, sino algo dentro de un moreno de ojos verdes, quien, al ver lo que tenía enfrente no pudo evitar soltar lágrimas de sus ojos.

Lo que había dejado caer era un regalo para Des, al parecer era por el aniversario que cumplían y que Des olvido por su notable nueva distracción.

El ruido del artículo sorprendió a ambas personas, que al instante voltearon, uno muy sonriente con mirada triunfante, mientras que el contrario con un rostro de culpa y preocupación.

- ¡Leo! –grito muy sorprendido Des, su rostro no podía ocultar la culpa que sentía al ver a su moreno llorar frente suyo por su propia mano.

- Vaya... pensé...yo...yo pensé que solo estabas muy ocupado con tu café, por eso eras tan ausente y distraído...pero mis ojos están viendo a tu verdadera distracción... - Leo salió de la habitación, roto por dentro sin poder parar el llanto.

En ese momento, ya fuera de la habitación, una mano sostuvo la de Leo, era la de Des, quien lo siguió hasta afuera de la habitación.

- ¡Perdóname por favor!...yo....la verdad...no tengo justificación alguna por lo que te acabo de hacer...además, soy el peor de los novios, al parecer, olvide por completo nuestro aniversario y te di la peor sorpresa que se pueda dar...

- Dime Des, - comenzó Leo entre lágrimas – ¿Cuánto tiempo llevas saliendo con él? ¿Fue divertida la primera vez? ¿Qué número era este? ¿7 o 8? ¿Por qué no mejor me mataste? – termino sarcásticamente el moreno.

- Leo, por favor, cálmate, yo...no he salido con él jamás y mucho menos hemos llegado a mas que esto...sabia en lo que me estaba metiendo y aun así le seguí el juego – comenzó a sollozar – Yo te amo Leo, pero entenderé si tu no me perdonas por esto. – no pudo decir más el chico de la mirada ámbar, estaba lleno de culpa, soltó el brazo del contrario quien solo lo miro más roto y destruido, decidiendo irse sin contestarle.

Leo se sentía más roto que el artículo de porcelana en ese mismo instante, ¿Su mirada lo había traicionado?, no, lo que había visto era real, y al parecer eso no podría cambiarlo nunca.

Des puso su camisa, y como Leo ya no estaba allí cambio su rostro a uno molesto.

- Quiero que te vayas de aquí y nunca vuelvas – miro con desdén a Adrián.

Él solo sonrió, terminando de vestirse.

- Al parecer ese chico te importa, y mucho, a decir verdad, no pensé que te importara a ese grado, está bien Des, de mí ya no sabrás, pero esto es algo que al parecer él no olvidara y mucho menos te perdonara – Adrián decidió retirarse después de haber sentenciado al pálido.

El brillo de los ojos ámbar de Des se perdía de a poco, pues era cierto lo que le decía el albino y la solución sería lo más difícil de encontrar en una situación así y Des, tendría que hallarla si quería continuar con Leo.

En cuanto Adrián se fue, Des comenzó a recoger los trozos de porcelana, al parecer era una bella figura de una mariposa, una en la cual tenía la leyenda "Juntos para siempre". La cual se encontraba destrozada, al igual que el corazón de Leo y Des que al parecer, ya no eran uno solo.

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♥ Hola! La verdad eh estado teniendo problemas con mi wifi, por eso la demora, pero prometo solucionarlos pronto, además han llegado al punto clave de la historia, lo que escuchan es "Cassual affair" de Panic! At the disco, que le da el título al fic, ¡Gracias por leer y seguir esta historia!

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