Entonces, se rompió de a poco

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Leo en su intento de sentirse mejor fallaba bastante, estaba muy ausente en su trabajo y fue algo que sus superiores notaron al instante.

Entonces, se encontraba allí, en la oficina de su jefe.

- Leo, hemos notado que has estado muy ausente en tus labores, la verdad no nos molesta, pero creo que te caería bien un descanso, así que hemos decidido darte unas vacaciones, estas dos semanas serán libres para ti, no tengo más que decirte por el momento, así que ¡Disfruta tu descanso!

El moreno solo hizo una pequeña mueca, esas vacaciones serían buenas si Des fuera parte de él aun, pero como no era así, no sabía que hacer o con quien planear algo, salió de la oficina y se dirigió a la cafetería, a una que no fuera la del chico de mirada de sol.

Sirvieron un café frente suyo dándole la carta del lugar y cuando la chica al fin se retiró Leo no pudo evitar sentir nostalgia, "Si tan solo fuera Des" pero no era así, no evito  bajar su mirada y comenzar a llorar sobre el café recién servido, a cada momento que pasaba las lágrimas continuaban llenando la caliente bebida.

"¿Cómo es que algo así había sucedido?" comenzaba a preguntarse en sus pensamientos el moreno sin parar de llorar "¿Cómo se supone que podré olvidar esto...y a él?"

Regresando con Des, el cual a cada rato que pasaba se encontraba más ausente sin poder pensar una buena solución a todo lo que recién había pasado.

Entonces, se dirigió a su mesera, dándole instrucciones  "encárgate del café en mi ausencia" ordeno, iba a resolver este problema y nada ni nadie iba a impedírselo.

Subió a lo que era su hogar, comenzó a preparar un pastel, con el amor incondicional que Leo creía que ya no sentía por él, así comenzaría una disculpa, o, tan siquiera iba a poder verle de nuevo.

A la mañana siguiente, el timbre del hogar del moreno Splinder sonaría, atendiendo el mismo sorprendido al ver a la persona que veían sus ojos.

- ¿Des? ... pero, ¿Qué haces aquí? – lo miro confundido él moreno.

- Solo vine a traerte esto, lo cocine para ti – el chico de mirada ámbar extendió una caja para que, si se lo permitía el joven Leo recibiera.

- ¿Es una tarta? Supongo que no tomaste enserio lo que te dije y no tratas de matarme – dijo sarcásticamente el moreno, tratando de evitar la nostalgia que le pasaba por el cuerpo al ver de nuevo al chico de ojos ámbar.

- Ehhh... ¡Por supuesto que no! Jamás intentaría algo así... esto es solo...una parte de mis disculpas, pero entiendo si no lo quieres – Des, triste bajo la caja enfrente del moreno, retirándose.

Leo no hizo nada por detenerle o seguirlo, a decir verdad aún estaba resentido, pero no pudo evitar sonreír al ver que el joven Aeva había estado allí, frente suyo.

Alzo la caja y ya dentro de su casa la abrió, la tarta hacia notar que tenía la pinta de estar muy deliciosa.

Noto que al lado de la tarta se encontraba una nota del joven Aeva.

"Leo, esta tarta la hice con todo el amor que te tengo y te tendré siempre, sé que te he demostrado lo contrario, pero no te miento al decirte que arreglaré esto, porque, a decir verdad extraño tanto el estar cerca de ti que no se si soportaré el estar otro día lejos de ti"

"Des"

Leo no pudo evitar mojar la nota con las recientes lágrimas que salían de su rostro, estaba feliz, pero a la vez se sentía tan roto y mal que no sabía con exactitud qué era lo que sentía por Des, guardo la tarta en su refrigerador, esperando tener ánimos para poder comerla.

Des tomo un taxi que lo dirigiera hasta su café, sin saber que tomar ese taxi haría un cambio radical en su vida.

Tranquilamente, el taxi avanzaba, pero, en la acera contraria un chico a exceso de velocidad y con un evidente grado de alcoholismo impacto con ellos. Dejando al conductor y al pasajero inconscientes y muy mal heridos.

Rápidamente, la gente cerca del lugar llamo a una ambulancia, que se llevó al joven Aeva, al conductor y al dueño del otro vehículo.

Un teléfono comenzó a sonar, a lo que el joven Splinder atendió de inmediato.

- ¿Si? ... ¡¿Está segura de lo que dice?!... ¡Voy para allá de inmediato!

Leo corrió hacia el hospital, y al llegar lo primero que hizo fue preguntar por Des.

Al instante recibió informes sobre el chico, el cual se encontraba grave y con evidentes heridas y al parecer, tendrían que operar.

- Cree... ¿Usted cree que pueda verlo? – pregunto muy preocupado Leo hacia el doctor.

- Supongo que sí, no prometo que despierte, pero puedes verlo.

Dirigieron a Leo hacia la habitación, dejándolo solo ante un muy demacrado Des.

- Oh dios mío – Leo llevo sus manos al pecho de Des – yo... yo no quería que esto te pasara... - comenzó a llorar Leo – si tan solo todo estuviera bien...

Entonces, unas manos pálidas llenas de moretones tomaron las de Leo.

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♥ Bien .w. creo que me pase esta vez...pero tenía que hacerlo ...supongo xD

Lo que escuchan es "Sarah Smiles" de Panic at the disc...si creen que lo recién ocurrido resolverá el problema, pues no .w. la historia tiene que ir a su curso y las cosas no se pueden solucionar tan fácil... ¡Gracias por leer!

Y si quieren matarme o algo parecido lo entenderé ;w;

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