El sol comenzó a alzarse por el horizonte, atravesando las ventanas de edificio de dormitorios de la escuela, despertando a más de un incauto que hubiera olvidado cerrar las persianas dado que las clases en si comenzaban hasta las 8 de la mañana y en esa área los rayos bajaban desde las 6 de la mañana; y uno de estos incautos fue Vincent, quien apenas había logrado pegar un ojo en toda la noche a causa de los llamados sueños húmedos en los que aparecía Alexander haciendo algunas cosas que el pobre, confundido y madrugado Vincent no quisiera recordar en este momento.
Sus ojos se entrecerraron, incomodos por el exceso de luz que entraba en su habitación, así que fue a levantarse para cerrarla y despertarse mejor, aunque cuando se sentó dispuesto a levantarse para hacerlo, se dio cuenta que tenía un problema entre sus piernas; en cuanto lo vio, su cara se tiño de rojo por la vergüenza, en sus 17 años - y aunque sonara extraño – nunca le había pasado algo así, razón por la cual en sus momentos de reflexión se preguntaba si había algo extraño en el más nunca había ido con un doctor por dos razones: pena de que en efecto el fuera anormal y además que las consultas costaban dinero que no quería tener que pedirle a sus padres. Lo único positivo de esa situación es que sabía que era normal, lo malo es que su primer sueño húmedo había sido con un chico que conocía de 1 día y que además había sido su mejor beso – no era como su hubiese tenido mucha experiencia previa – pero ahora tendría que tocarse para intentar bajar el "problema".
Con esfuerzo se levantó de la cama, cubriéndose con la cobija pues las persianas de su habitación seguían abiertas y no quería que nadie viera lo que le había pasado, sentía que si alguien sabia moriría de vergüenza pues era una escuela solo para chicos. Tras asegurarse que nadie podría verlo por su ventana dejo la cobija en su lugar y fue al baño de su habitación donde abrió la ducha y mientras la temperatura se ajustaba a lo que el quería comenzó a desvestirse, notando que incluso su ropa interior estaba sucia de una sustancia viscosa que él conocía poco, solo esperaba que fuera a limpiarse; una vez desvestido entro a la regadera donde como pudo intento bajar su miembro y paso media hora haciendo eso y tomando una verdadera ducha para despertarse bien.
Una vez terminado con ese problemita, cerro la llave y tomo una de las toallas que ya estaban ahí y se cubrió la cintura con una toalla mientras usaba otra para secarse la cara, el cabello, el pecho y los brazos mientras caminaba de vuelta a la recamara para tomar su ropa y vestirse; una vez tranquilo y mientras buscaba en sus cajones recordó que aún tenía que ir a ver lo de la tarjeta estudiantil y antes de dormir se había dicho que iría por la suya para poder pagar todas sus comidas durante su estancia. Sin ningún problema encontró su ropa interior y el uniforme, el vestirse le tomo unos 10 minutos y tras eso decidió salir ya listo para las clases con su mochila al hombro.
Salió de su habitación asegurándose que tenía su llave y todo lo que fuera a necesitar en su mano, en su cartera o en su mochila y al levantar la vista para comenzar a caminar se dio cuenta que no había nadie afuera de sus habitaciones, todas las puertas seguían cerradas, cosa que le pareció extraña hasta que miro su celular y se dio cuenta que apenas eran las 6:40 y todo tuvo sentido, de no ser por el hecho de que tenía algo que hacer, el también seguiría en su cama haciendo tiempo para las 7 am y seguramente eso haría el día siguiente; sin darle una mayor importancia a ese hecho comenzó a caminar, atravesando todo el pasillo hasta las escaleras, donde bajo piso por piso hasta el primero, y tras todo ese ejercicio sintió su estómago gruñirle a causa del hambre. Pero a pesar de eso Vincent siguió a paso firme, convenciéndose que el conseguir la tarjeta no sería algo muy largo o complicado, o al menos eso pensó hasta que se dio cuenta de un detalle pequeño pero muy importante...
¡No tenía ni idea de donde quedaban la oficina para las tarjetas estudiantiles!
Suspiro en ese momento sintiéndose abatido por un par de segundos, ¿Qué podía hacer? No parecía haber ningún otro alumno despierto a esa hora, por lo que pedir indicaciones no parecía una tarea fácil pues el ir pasando de puerta en puerta hasta encontrar a otro alumno que estuviera de buen humor y fuese lo amable suficiente para ser su guía a esas horas de la mañana; no queriendo ser una molestia avanzo, intentando calcular una forma de ubicarse por su cuenta, tenía un cierto nivel de confianza en su sentido de orientación pues cuando era un niño su padre lo había llevado a acampar un par de veces y nunca se había perdido por más que se hubiera alejado del campamento, un talento que en momentos así realmente apreciaba tener. Ya parecía que comenzaba a desarrollar una nueva invasión a Rusia cuando sintió alguien tocando su hombro, desconcentrándolo completamente y al mismo tiempo tomándolo por sorpresa.
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Mi Querido Gatito
Novela JuvenilAlexander y Vincent son chicos totalmente opuestos, el primero es el tipico brabucon, el chico malo sexy de la escuela que siempre se mete en problemas, su padre es rico y nunca le a faltado nada, mientras que Vincent es un chico humilde, timido, se...