Capitulo 13

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 El tigre soltó su agarre del tronco del árbol, cayendo sobre el suelo del bosque. Furioso busco la pequeña figura del gatito, estaba cegado por la cólera, la pequeña mierda lo había hecho sangrar y lo había retado enfrente de la manada entera, era hora de que aprendiera lo que conllevaba ser su pareja.

Un rugido de tigre se escucho desgarrar la paz del bosque. Louis paro su carrera entre los árboles, levantando la cabecita peluda trato de ubicar desde donde venía la amenaza. El pequeño felino tenía la seguridad de que si el enorme alfa lo atrapaba le haría mucho daño, al principio estuvo cegado por una irracional cólera, ahora su sentido de la auto preservación le decía que huyera lo más lejos que pudiera. Según las leyes animales, si eras tan valiente para retar a otro, eras también el responsable de defenderte, así que su padre no podría hacer nada para evitar que se lo almorzaran, sin poner en compromiso la paz entre las manadas.

Olfateando el aire, Louis sabía exactamente a donde ir. Sacando las garras las uso para aumentar el agarre sobre el suelo del bosque, debía encontrar a su pareja, él lo ayudaría. El pequeño gatito maullaba llamando a Harry , las marcas de olor le dijeron que ya había pasado la frontera de los lobos.

Aullidos se escuchaban por todas partes, Louis estaba seguro de que para ese momento no solo lo cazaba un enorme tigre y sus subalternos. Debía encontrar pronto a Harry , con esa idea fija siguió corriendo, devorando los kilómetros, como alma que lleva el diablo. Jamás había corrido tanto en toda su vida, ni tampoco se había sentido tan cansado. Saltando entre la hierba alta se escondió, mientras trataba de llenar sus pulmones de aire.

Fue en ese preciso momento en que el terrible mareo regreso, el bosque entero comenzó a girar. Dejándose caer sobre el suelo del bosque, supo que su destino estaba sellado. El tigre estaba muy cerca, podía escuchar como el enorme animal quebraba ramas en su afán por despedazar al pequeño gatito que lo había retado frente a propios y desconocidos. Con una sonrisa pensó que quizás era lo mejor que todo terminara así.

Un aullido de lobo respondió al rugido del tigre, eso fue lo último que Louis escucho antes de caer en la inconsciencia.

Para Harry el maldito día había sido un mierda desde que se levanto, conforme pasaban las horas su lobo solo se ponía más rabioso cada vez. Cuando una hembra le sonrió al pasar por la calle camino a la casa de su mejor amigo, el lobo le gruño advirtiéndole que mantuviera las distancias. No había llegado la hora del almuerzo cuando ya se había peleado con dos centinelas que le preguntaron qué palo andaba metido en el culo. Lo peor de todo es que hasta el mismo alfa de los lobos evitaba encontrarse en la mis habitación que su hijo.

Conforme el día iba pasando, Harry estaba más intranquilo. Era cuestión de horas para que la luna estuviera reinando en lo alto del cielo. Los machos solteros sonreían libidinosos a las hembras disponibles, los que estaban emparejados se ponían muy cariñosos preparando a sus parejas para una noche loca. Solo el joven lobo estaba como en el limbo, por un lado no le tentaban las mujeres de la manada y por otro su pareja no estaba allí con él para ayudarle con su problemita de bolas azules. Eso solo aumentaba exponencialmente su mal humor.

A la caída del sol todos los miembros de la manada de lobos se fueron reuniendo en el claro, lejos de las miradas curiosas. Los cachorros más jóvenes, los que todavía no tenían edad de estar en celo jugaban por allí sobre sus cuatro patas, entre empujones y mordidas juguetonas le daban un ambiente festivo al bosque.

Cuando el lobo atrapo a su gatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora