La Jaula y El Canario

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Era un domingo donde toda la familia estaba reunida, nosotros tenemos una mascota, un canario encerrado en su jaula víctima de la crueldad del paradigma humano. Lo habíamos propuesto liberarlo de su jaula, considerando que no era correcto privar de su libertad a ningún ser viviente. Entonces abrimos la puerta de la jaula deliberadamente, para que el canario pudiera elevar sus alas hacia la libertad.

Por más de dos días que la jaula se mantuvo abierta, el canario no salió de la jaula y esto nos estaba desconcertando, evidenciando desconcertados que en ninguna ocasión intento escapar. Al poco tiempo decidimos que era mejor sacarlo de la jaula para ver su reacción en el exterior e incentivarlo a emprender el vuelo, pero para nuestra sorpresa el canario se quedó en el suelo, lanzándose temeroso a volar algunas veces, pero no lo hacía por más de un metro medio retornando nuevamente al suelo, desesperado en adentrarse en su jaula.

La enseñanza que mi amigo el canario era contundente, la mascota había vivido la mayor parte de su vida en el interior de aquella jaula por lo que se había acostumbrado a estar ahí dado que durante ese lapso con nosotros nunca le había faltado la comida. Aprendió además cuales eran sus límites de vuelo alrededor de su aposento y por esa razón cuando tuvo la oportunidad de escapar pero simplemente no lo hizo, demostrando un notable temor a conocer el más allá de su jaula en notorio conformismo.

Casualmente, esta actitud no difiere con la realidad del paradigma humano que vivimos en la actualidad en relación a nuestro entorno, nuestra jaula es la dogmatización impuesta a lo largo de nuestras vidas, la misma que moldea así mismo nuestra forma de pensar manteniendonos presos de nuestros propios conceptos.

Es común que incluso tengamos una idea cerrada de lo que es nuestro exterior, a causa de nuestra percepción distorsionada y condicionada. Si alguien nos pregunta quienes somos, inmediatamente vamos a referirnos a los típicos aspectos triviales como nuestro nombre, religión, patriotismo y edad lo cual demuestra nuestras respuestas en base a conceptos e ideas que hemos generado sobre sí mismos.

Es evidente que desde nuestro bautismo sin consentimiento hasta el país donde nacimos somos incitados a este condicionamiento. Esto se prolonga a lo largo de nuestro crecimiento recibiendo una gran cantidad de imposiciones en toda clase de conceptos, tendencias y normas morales que en la mayoría de las veces, se tiene objetivo cumplir con la norma básica de la sociedad; Competir con otros para mantener o alcanzar determinada posición social, mejorar la adquisición del dinero y entrar al del consumismo.

Lo que somos hoy en día no es nuestra real esencia, sino un montón de datos, experiencias laborales, estudios alcanzados y clases sociales las cuales componen la jaula del canario. Somos nacidos libres, siempre lo somos pero al crecer nos hemos puesto las cadenas invisibles en esta es nuestra vida cíclica a la cual estamos acostumbrados.

Somos cobardes, tenemos miedo de ver allá donde existe un , una naturaleza y un ecosistema enorme que se está viendo amenazado. Nuestras creencias singularmente suelen ser distracciones mentales impuestas con el fin de que no veamos el más allá de la jaula, ese mismo que podemos conocer y en el que podemos aportar para recuperar de la destrucción que nosotros mismos hemos perpetuado.


Se trata de abrir nuestras alas y salir de la jaula de nuestros propios conceptos con cimientos de arena. Ser pensadores basados en la experiencia mas no en la teoría que distorsiona la mente, enfocándonos hacia lo objetivo y renunciamos los dogmas religiosos, éticos, morales, políticos desnudos de lo que nos mantiene a una autentica percepción de la realidad y la vida. 

Comprendiendo el InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora