Sobreviviendo a la Muerte (Daryl Dixon) [Terminada] #1

«Capítulo 10»

Narra Eros

Llevábamos horas conduciendo, hoy nos tocaba ir a buscar un poco de suministros y algo de ropa. Cada vez llegaban más personas a la prisión, y estábamos haciendo una nueva vida.

Cuando iba a salir hable con Flor, estaba un poco rara pero no me dijo que le pasaba. Antes de salir de la prisión la vi acercarse a Daryl para darle la lista de cosas. Flor le dio dos papeles. Daryl guardo uno en su bolsillo y el otro me lo dio al rato. Tenía mucha curiosidad para saber qué contenía el otro papel. Nos subimos al carro, mi curiosidad estaba al límite y no aguante más.

— Vi a Flor acercarse para darte la lista… — Lo mire de reojo  y note que se incomodó un poco, dirigió su vista hacia la ventana y suspiro.

— ¿Y qué?

— ¿Qué dice la otra lista? — Lo observe un momento esperando su respuesta y luego de unos segundos volví a mirar hacia la carretera.

— Nada…

Decidí no preguntarle más y continuamos con nuestro camino. Llegamos a un supermercado, entramos con cuidado por si había muertos y yo tenía esperanzas de que no estuviera saqueado.

— Yo busco comida y medicinas. Tu encárgate de la ropa — Me dijo Daryl antes de comenzar a caminar hacia una parte alejada del supermercado.

Llevábamos buscando un buen rato. Había muchas cosas, los dos íbamos cargados de grandes maletas con muchas provisiones. Nos dirigimos al vehículo, al llegar a este coloque mis maletas adentro y me voltee para ayudar a Daryl. Al quitarle su maleta una pequeña caja cayó al suelo. La observe detenidamente, al darme cuenta que era me quede congelado en mi lugar.
Daryl la cogió y subió al auto en silencio, yo lo seguí y comencé a conducir hacia la prisión. Ya nos faltaba poco para llegar, talvez unos minutos más.

— ¿Para quién es esa prueba de embarazo?

— Eso no te importa Eros. — Su tono fue algo duro.

— Es para Flor ¿cierto? Esa fue la hoja que te dio por aparte.
Dixon solo me observo un momento para luego girar su cabeza hacia adelante sin decir nada.

— ¡Demonios! — Mi repentino grito tomó por sorpresa a Daryl por un momento, este solo me observo sin decir nada.

— ¿Sabes? Un hijo es una gran bendición… pero, no creo que estos sean los mejores momentos para traer una pequeña criatura a este mundo lleno de maldad. — Su rostro tenía muestras de tristeza.

— Lo se Eros. Pero aún no sabemos si está embarazada. Y si lo estuviera, todos nosotros cuidaremos a ese pequeñín con nuestras vidas. — Una ligera sonrisa salió de su rostro llena de nostalgia.

Ya habíamos llegado a la entrada, Daryl me dio la prueba y yo fui directo hacia Flor. Me dirigía hacia nuestra celda, caminando por pasillos oscuros que parecían un poco aterradores. Entre a esta y encontré a Flor acostada boca abajo durmiendo muy plácidamente. Era como estar viendo un hermoso ángel, con esas facciones tan delicadas y ese hermoso pelo rojizo que caía en su cara. Me acosté lentamente a su lado, ya que no quería que se despertara y en no me di cuenta cuando caí en los brazos de Morfeo.

Narra Flor

Poco a poco comienzo a despertarme, un gran bostezo sale de mí, he dormido varias horas y creo que ya es tiempo de cenar. Hago el intento de levantarme pero algo me lo impide. Giro mi cabeza y encuentro un brazo rodeando mi cintura. Automáticamente sonrió y me giro totalmente. El rostro de Eros queda a centímetros del mío, está muy tranquilo, al verlo así no aguanto y le doy un beso, de su rostro sale una pequeña sonrisa y sus ojos se van abriendo lentamente.

— Hola hermosa

— Hola — Es un momento tan perfecto. Hasta que su expresión cambia un poco, se da vuelta agarrando una caja y me vuelve a ver colocándola en mis manos. No sé qué será, así que el agarro. Cuando sé que es mi corazón da un vuelco. Lo miró durante segundos sin saber qué decir.

— Debiste haberme dicho. Solo quiero decirte que sea cual sea el resultado yo te apoyare, porque te amo Flor. Te amo y daría la vida por ti…

Me quedo sin aliento, mi cuerpo tiembla y siento la necesidad de contestarle. Esta es la primera vez que Eros me dice esto y en verdad me siento muy feliz y afortunada de tenerlo a mi lado.

— Yo también te amo. — Susurro. Al terminar de decir esto, sus labios impactan con los míos. Es un beso dulce y suave. No me quiero separar pero nos estamos quedando sin aire y yo tengo que ir a hacerme la prueba. Lentamente nos apartamos, él me mira y asiente. Yo salgo de la celda y me dirijo hasta el baño para saber si tengo o no a un bebé creciendo dentro de mí.

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