Sobreviviendo a la Muerte (Daryl Dixon) [Terminada] #1

«Capítulo 7»

Había pasado una semana desde que casi muero por culpa de ese caminante, ninguno de mis amigos ha dejado que toque un caminante ni que se acerquen, pero tengo que dejar atrás ese miedo y también luchar para proteger nuestras vidas. No quiero ser una carga para ellos.

Salimos de la casa, aunque era un poco segura ya no nos podíamos quedar ahí ya que cada vez llegaban más caminantes y teníamos miedo que el muro se cayera, así que aquí estamos. Caminando debajo del sol y con muy poca agua.

Es sorprendente como Flor y Eros se han hecho tan cercanos. Creo que se tienen algo, Flor no me ha dicho nada pero seguro es porque quiere dar un poco más de tiempo. Aparte que la conozco demasiado y estoy segura que ellos dos se traman algo. Daryl y yo somos amigos pero nuestra relación no avanza como yo quiero, siento que él me ve como a una hermanita a la cual tiene que proteger.

Luego de caminar por largo rato vemos lo mejor en estos días. Una cárcel se apreciaba a lo lejos. Pueden decir que será feo vivir en una cárcel, pero tenía muchas ventajas.
Llegamos a las puertas de la cárcel y pudimos apreciar que habían varios caminantes merodeando por los largos campos de pasto, luego de este campo seguía una área con otro portón donde había muchas mesas de almuerzo y luego de eso la entrada del edificio y sus respectivos bloques, sin olvidar mencionar las torres de vigilancia que poseía, muy ideal en estos momentos. Este podría ser un buen lugar para empezar una nueva vida.

Llamamos la atención de algunos muertos y los íbamos matando a través de las rejas, luego nos encargaremos de los cuerpos. Cuando terminamos de despejar el campo entramos, era ideal como para sembrar frutas y verduras. Solo nos faltaba limpiar el área del almuerzo y algún pabellón.

Al finalizar el día no había ni un solo muerto merodeando por ahí. Esta noche dormiremos afuera, mañana limpiaremos un pabellón y quemaremos los cuerpos.

***

Siento unos rayos molestando mis ojos. Poco a poco voy abriendo los ojos y veo que ya es de día. Me levanto, afuera están haciendo desayuno, un rico pan con una jalea. El pan no se ve muy bien pero en estos días es estupendo tener algo para comer. Después de desayunar comenzamos con las tareas. Flor y Eros se harán cargo de los cuerpos, Daryl y yo limpiaremos un pabellón.

Al entrar al bloque C, todo se volvió un poco oscuro así que había que tener cuidado al caminar. No fue difícil limpiarlo ya que todos los muertos estaban encerrados en cárceles y los que no estaban encerrados eran pocos. Al subir el segundo piso Daryl se acercó a una ventana.  Me acerque yo también para contemplar la vista. A lo largo había un hermoso bosque con árboles llenos de vida.

— Creo que esto podría ser el comienzo de algo bueno. —Su rostro expresaba un poco de tristeza.

—Eso espero. —Un silencio se formó entre nosotros pero no era un silencio incómodo ni tenso. Daryl se giró hacia mí observándome por un rato.

— ¿Qué pasa?— Le pregunto con mucha curiosidad.

— Encontré esto en el camino y quería dártelo. — Levanta mi mano con la suya y en esta pone una hermosa cadena de oro con una pequeña flecha, dirijo mi mirada hacia él y noto como sus mejillas están un poco coloradas. —No es gran cosa, espero te guste.

— Gracias Daryl, esta hermosa. —Me la quita de mis manos y se coloca detrás de mí apartando mi pelo para colocarla, es una cadena realmente hermosa. Cuando termina, se coloca al frente de mí y en su cara se forma una sonrisa.

— Ven, sigamos revisando el lugar. —  Caminando detrás de él veo su espalda. Tiene hombros anchos y debajo de esa chaqueta se ven sus músculos bien definidos, todo en él está muy bien tonificado.

***

Al terminar de sacar los cuerpos nos reunimos con nuestros amigos y Flor me jala apartándose de los chicos.

— Cuéntamelo todo. Ya vi la cadena, es muy linda. — Muestra una sonrisa y noto que está realmente interesada así que decido contarle.

Al terminar de contarle la historia mi amiga lanza un sonoro suspiro y voltea a verme y luego dirige su mirada hacia un Daryl que se encuentra con Eros apartados de nosotras. Daryl siente nuestras miradas a lo que voltea a ver y sonríe un poco para luego voltear de nuevo hacia Eros.

— Se nota que le gustas. — La voz de Flor suena sincera.

— No lo creo Flor. Él me quiere como a una hermana.

— ¿Cómo lo sabes? Él nunca te lo ha dicho. — Flor tiene razón pero prefiero no hacerme falsas ilusiones así que cambió de tema.

— Y tú con Eros ¿Qué pasa? — En sus ojos un hermoso brillo aparece y un sonrojo creciendo en sus mejillas.

— Me gusta. Y creo que yo le gusto a él.

Pasamos horas hablando hasta que los chicos nos llaman para ir a descansar y que es bastante tarde.

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