La miraste descaradamente.
Ella estaba frente ti.
Estaba llorando y gritando.
Tú sólo reías.
Amabas verla así
Tan rota.
Amabas verla así porque sabías que el culpable de ese corazón roto eras tú.
Amabas ser la persona que la rompió, porque así, ella jamás te olvidaría.
Jamás olvidaría al hombre que le partió el corazón por primera vez.