Mi cuerpo me duele...
Poco a poco recobro el conocimiento de todo esto.
Trate de levantarme más me era un poco imposible.
Hice un poco más de fuerza hasta que lo logré.
Al levantarme completamente note el ambiente muy devastador, edificios destruídos, cuerpos de gente sin vida.
Me incorporé a mi postura normal, note al instante que estaba llena de polvo y escombros.
Comencé a darme unas palmadas en todo el cuerpo, para quitarme el sucio.
Escuché a lo lejos unos estruendos, voltee a ver de dónde provenían hasta que en el cielo ví a un ser de piel verde, peleando con un chico de cabello azul... Se me hace conocido ese chico.
— ¡Los Humanos son solo una abominación! ¡No debieron de existir!- el hombre de piel verde le brindaba fuertes ataques a el peliazul.
— ¡Cállate! ¡El único que debe desaparecer eres tú!
Miraba su pelea, tratando de recordar a ese chico que se me hace conocido, cuando estaban en los golpes más duros, otro hombre apareció de la nada.
Al verlo bien, notó que se parecía a una persona que reconocería en cualquier lado.
— Papá... - Una gran felicidad recorrió todo su ser. - ¡Heeeey! ¡Papa! ¡Estoy aquí!-Grito, con cierto tono de alegría al verle.
Cuando aquel hombre se giró, notó su sádica mirada, notando al instante que ese hombre no era su padre.
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
Cuando de pronto:
— ¿Qué haces aquí? ¡Es muy peligroso! - una chica con cabello negro me tomó del brazo izquierdo. - Debes ir al refugio con los demas humanos.
— ¡Espera! ¡Creo conocer a ese chico!
— ¡Vamos! - la chica arrastrando me llevó hacia un subterráneo, donde habían muchas personas.
Algunas heridas graves, otras leves y algunas sin ningún rasguño.
— ¡Mai! ¿Cuando terminará todo esto?
Un pequeño niño se acercó a la chica.
Me alejé de ellos, comenzando a recorrer el lugar, me dió tanta tristeza ver a bebés llorando.
Este ambiente está horroroso, recuerdo que papá siempre me decía que yo debía ayudar a los demás cuando la situación lo pidiera.
Hoy no será la excepción.
Aunque le moleste a mamá, lo haré.
A escondidas trate de salir hacia la pelea que había, con la intención de poder hacer algo.
Logré salir, ocultandome en algunos escombros, bajé mi KI para que nadie sepa que estoy aquí.
Comencé a buscar con la mirada a los enemigos.
Pero no hallé nada.
— ¡Oye! ¡Ve a buscar refugio! - escuché decir a alguien por los aires.
Levante la mirada encontrándome con el chico de antes.
— ¡Hey ven aquí! - grité.
El joven descendió, hasta donde yo estaba, obviamente él era un poco más alto que yo.
— Tú te me haces conocido. - murmuré viéndolo detalladamente.-
— ¿Enserio? ¿Porque?
— Tienes la mirada del señor Vegeta...
— ¡¿Conoces a mi Padre?!- se miraba asombrado.
— Si, mi papá es el Señor Goku... Entonces tú debes de ser... ¡Trunks!
— ¡Exacto! Soy yo, ven te llevaré con tu Padre.
— ¡Gracias!
— ¿Puedes volar?
— Sip. - sonreí.
— Vaya, me impresionas, bueno vamos.
Emprendimos vuelo, hacia un pequeño lugar donde estaba el Señor Vegeta y...
— ¡Papá! - comencé a llorar - ¡Papá! ¡Eres tú!
Al momento de aterrizar, salte a sus brazos, ocultando mi rostro en su cuello, a los pocos minutos me correspondió.
— Papá, te quiero, te extrañe tanto.
— Mi pequeña _____, no te había reconocido. - acarició mi cabello. - estás más grande.
— Jejejeje Ay papá.
Me separé de él limpiando mis lágrimas viéndolo a los ojos.
Cuando de repente se escucharon unos aplausos.
— ¡Espléndido reencuentro! - comenzó a reír sádico. - Por lo menos la viste antes de morir... Saiyajin.
Voltee a ver a ese hombre que es idéntico a mi Padre.
— Black...
Fecha de publicación:
30/10/2017